Dos de los músicos de cuerda más reconocidos del jazz flamenco español, el guitarrista Agustín Carbonell, "El Bola, y el contrabajista Javier Colina, inauguraron el V Festival de Guitarra de La Laguna, en el teatro Leal.

Dos de los músicos de cuerda más reconocidos del jazz flamenco español, el guitarrista Agustín Carbonell, «El Bola, y el contrabajista Javier Colina, inauguraron el V Festival de Guitarra de La Laguna, en el teatro Leal.

Después del estupendo concierto que nos han propinado tanto el guitarrista Agustín Carbonell ‘El Bola’ como el contrabajista Javier Colina con la participación también de José Bandolero a la percusión, uno no tiene más que quitarse el sombrero de respeto y de admiración. Todo ello como si no fuera suficiente una carrera llena de éxitos que, por ejemplo en el caso de Colina, le ha llevado a actuar con músicos de la importancia de Hank Jones o de Tete Montoliu o participar en el seminal ‘Calle 54’, vital para la propagación del denominado Flamenco Jazz y para la popularización de los géneros más latinos del estilo.

La actuación tuvo lugar en el marco del V ‘Festival La guitarra La Laguna’ y, para más señas, en el lagunero Teatro Leal. El público, que se acercó al show en una media entrada larga, tuvo tiempo para disfrutar de la bulería, del tango, de la rumba. Pasaban diez minutos de las nueve de la noche y Agustín Carbonell recibía al público en solitario y poco a poco iban incluyéndose en el escenario los músicos restantes, percusión y contrabajo. No faltó algún piropo a la cultura japonesa en la canción ‘Kobe’, una tremenda lección de la necesidad del reverb para que los ‘armónicos lleguen al final’, algún que otro tema importante en la historia del jazz como ‘Night in Tunisia’ en una lectura flamenca, incluso, una preciosa dedicatoria a Pancho Amat en ‘Rumba de Pancho’, en un paseo por La Habana y un guiño cómplice al gran percusionista cubano Tata Güines. Todo ello se sintió como un solo pulso. Como un solo corazón. Es el acierto de este grupo, saberse sentir como un todo. Lo que señalamos a excepción de los extraordinarios solos de cada uno de los componentes que en más de una ocasión mereció el aplauso cómplice del respetable.

Después de este tremendo show los protagonistas nos reciben, exhaustos pero contentos, tomándose un merecido refrigerio…

– ¿Cómo se originó este proyecto que han presentado hoy en La Laguna?

– Agustín Carbonell ‘El bola’: Se originó hace bastante tiempo. Llevamos varios proyectos en el que intervenimos tanto Javier como yo. Desde que en mi primer disco Javier colaborase, hace muchísimos años, hemos estado participando muchísimas veces juntos. Fue como en el año 89. Después nos perdimos algo la pista, cada uno con sus viajes y con sus historias. Ahora lo hemos vuelto a retomar. Somos hermanos de la música y del corazón. Ahora estamos otra vez dando guerra. No sólo con este trío sino con otro proyecto que tengo también además de este ambiente jazz, incorpora baile flamenco, se llama ‘Rojo y rosa’. Es un espectáculo que me gustaría traer también por aquí, por Tenerife. Javier también está en ese proyecto. Estamos retomando los mecanismos de antes de jazz, de flamenco pero actualizado y con más frescura. Con mucha más pegada y más definición en todo.

– Javier Colina: La manera que tiene ‘El bola’ de componer me mantiene, no diría que en tensión, pero si en un camino. Sí quizás en atención. Tiene bastantes cambios y estimula mucho. Es un compositor impresionante. Tenemos también un momento de creatividad muy grande cuando tenemos que hacer solos. Como la música de Agustín no hay otra igual.

Escucha aquí parte de la entrevista con Javier Colina y Agustín Carbolnell

– El concierto de hoy tuvo bulerías y también, por ejemplo, una tremenda versión aflamencada de ‘A night in Tunisia’ de Dizzy Gillespie, ¿Dónde empieza el flamenco y dónde acaba el jazz? ¿Cómo se realiza la fusión? ¿Es un ensamble único?

– A.C.: Sí tu lo acabas de decir. Es una rueda única. La música pasa por la misma inspiración. El flamenco rueda lo mismo que el jazz. Hace años comenzó esa fusión verdadera entre el jazz y el flamenco. Podemos encontrarnos con un engranaje de las armonías, de los compases, los tiempos. Hace un buen número de años empezó esta unión y a través de gente muy importante como son los casos de Jorge Pardo, Carlos Benavent, Chano Domínguez y, claro está, el mismo Javier Colina. Por mi parte, me he subido en ese barco. Es un lenguaje propio. Se puede hacer flamenco, se puede hacer jazz y se puede hacer flamenco jazz también. Ha habido personas que nos hemos mojado un poquito en ese aspecto.

– Visto con la perspectiva que dan los años ¿Cree Javier Colina que es necesario otro Calle 54 (Fernando Trueba, 2000) para que haya un altavoz de lo que se está haciendo ahora en el mundo del jazz?

– J.C.: Eso sería interesante pero yo creo que se le puede achacar más a la televisión. Desde los canales privados se puede hacer más. Echamos de menos ayuda desde ese aspecto. Los estamentos públicos podrían también ayudar. Por ejemplo, la televisión pública no le ha hecho jamás, en veinticinco años, un programa aunque fuese de quince minutos que no fuera a las cuatro de la mañana. Compartir un ‘Informe Semanal’ con gente como Carlos Benavent, alguna vez. Eso no pasa, hace falta gente como Fernando Trueba. Para que él hiciera Calle 54 nadie le daba el dinero, decían que era muy arriesgado. ¿Qué era eso? Dijeron. Los productores que arriesgaron les fue bien. Con un proyecto así la gente te conoce y después que hagan lo que quieran. De lo que pasa el gran público no se entera, no son negocio.

– Con todo el espacio que hay en la televisión y más con la nueva TDT ¿No nos merecemos un canal específico de cultura?

– J.C.: Los canales y sus espacios culturales, a veces salgo y todo. Tienen unas programaciones de jazz y de músicas alternativas a las cinco de la mañana. Estás dormido, más que posiblemente. El caso es que sale económicamente bien, incluso por los derechos de autor. Encima no son programas de divulgación cultural sino actuaciones sin más. A veces da la sensación de que darle publicidad a la cultura no conviene, no sea que la gente vaya a salir, como en Trípoli, la gente a la calle. No interesa vender mucha cultura por si acaso. Parece preferible traficar con el analfabetismo.

– A.C.: Echamos en falta muchas cosas. No solo un programa. Necesitamos espacios en la prensa diaria, que la gente se informe. Pertenecemos a la madre arte. Otras ramas si tienen espejo. Somos emprendedores de estilos muy grandes que ha contagiado a un montón de gente no solo en España sino en todo el mundo. Cuando salimos a las cuatro de la mañana me parece que, como dice Javier, es más bien para justificar la cuota. A las cuatro de la mañana ¡ya me dirás! (risas). Después resulta que a la gente le gusta. La mentalidad de los productores de televisión en ocasiones es mentira porque cuando apuestan por la música la gente suele tener una buena reacción. Una vez que se rompen esas barreras y van descubriendo lo que se ofrece después hay una buena percepción por parte del público en general. Ya no solo por nosotros sino por la gente joven, para que tengan acceso.

– ¿Qué recuerdos tiene Javier Colina de gente que ya no está con nosotros y con los que ha colaborado como Hank Jones y Tete Montoliu?

– J.C.: Para mí Tete no ha muerto. Sigue existiendo. No está porque no puedo hablar con él. Me acuerdo de su persona mil veces, de cosas, de anécdotas en escenarios y fuera del mismo. No está, claro pero sí de alguna manera dentro de mí, de eso que no te quepa ninguna duda.

-Manden un saludo a nuestros lectores en Creativa Canarias.com

– J.C.: Un saludo para los seguidores de www.creativacanaria.com, para toda la personas que funcionan en eso.

– A.C.: Muchas gracias por todo, espero que nos podamos ver pronto porque esta tierra es impresionante.

– José Bandolero (percusión): Solo quiero dejar constancia de mi agradecimiento por poder compartir con estos dos maestros de la música. Estoy encantado de estar en Tenerife. Estoy loco por comerme unas papas arrugadas y disfrutar de esta tierra. Muchas gracias por vuestra hospitalidad, vuestro público, vuestro arte. También por vuestro ‘soniquete’ de aquí que es tan bueno como el de allí. Me siento en un lugar muy caliente y con mucho arte.