Cancion2014Canción a quemarropa se muda de su habitual rincón a ‘The Jazz Gallery’ en el 1160 de Broadway (New York, NY) aunque sea por lo que dura esta entrevista. Después de un genial concierto, nos encontramos con los protagonistas de esta charla, desde Puerto Rico pero afincados en la Ciudad de los rascacielos, los saxofonistas Miguel Zenón y Mario Castro. En un breve descanso, nos reciben exultantes, alegres. Tanto Castro como Zenón son músicos que se han forjado de manera similar, en sus respectivas escuelas de música en el Estado Libre Asociado y después en Berklee School of Music de Boston y otras escuelas de Norteamérica. A pesar de su juventud, Castro ha editado ya dos discos de excelente factura, ‘Primavera’ (Inner Circle Music, 2011) y ‘Estrella de Mar’ (Interrobang Records, 2014). En este último, recién sacado del horno, explora en un total de 12 canciones, el encaje de su quinteto de siempre con un grupo de cuerdas y una gran cantidad de interesantes colaboradores como los reputados saxofonistas Dave Liebman y David Sánchez, así como la violinista canaria Tania Mesa.

Por su parte, Miguel Zenón es un nombre ya consolidado en la escena no sólo de la Gran Manzana sino también del jazz internacional. Citando a Ornette Coleman y a Lee Konitz como algunos de sus ídolos, ha trabajado de manera seria y concienzuda haciendo todavía más internacionales los ritmos de música plena y jíbara de su Puerto Rico natal. También como sideman de discos de músicos como el pianista venezolano Luis Perdomo. Su próximo álbum está previsto para noviembre y va a llevar el título de ‘Identities are changeables’. Se trata de explorar en la identidad de la comunidad puertorriqueña de New York y en su música. El concierto, en el mítico ‘The Jazz Gallery’, bajo el título de ‘The Mentoring Series.Vol 1’, ha formado parte de una serie colaborativa que ha implicado en este caso, a Zenón con Mario y a otros músicos como Ricky Rodríguez –que nos invitó a las sesiones de grabación del que será su nuevo disco en Sear Sounds- y los baterías Henry Cole y Joel Mateo. Una forma de realzar el hacer de los jóvenes, poniéndolos al lado de músicos con una contrastada y dilatada trayectoria. Canción a quemarropa, desde Broadway ¡Quién nos lo iba a decir!

– ¿Cómo se encuentran después del concierto en un sitio tan particular como The Jazz Gallery?

– Miguel Zenón: Excelente, estar aquí con Mario y ¡Bien divertido!

– Mario Castro: Para mí es un placer encontrarme con el maestro Miguel Zenón. Estar aprendiendo y hablando de lo que hacemos.

– ¿De donde vinieron?¿Cómo empezaron en este mundo relacionado con la música?

– M.Z.: Mario y yo curiosamente venimos del mismo sitio, de Puerto Rico. Yo soy de San Juan, de la capital. Empecé a estudiar música clásica a los 11 años en una escuela para las artes que hay en esa localidad que se llama ‘Escuela libre de música’. Es una institución en donde cursé desde esa edad hasta los 17 años. Al final de esa etapa empecé a interesarme por el jazz, eventualmente me mudé a la ciudad de Boston, para estudiar en el Berklee Collage of Music y después me mudé al Manhattan School of Music. Eso quiere decir que llevo bastante tiempo en la city y en Estados Unidos haciendo música.

– M.C.: También fui a la Escuela libre de música del pueblo de Humacao, que fue en el municipio en donde me crié. Mi padre es músico y yo empecé en la escuela pero siempre fue increíble formarme con una persona que me ponía mucho rock y blues. Empecé en ese centro y tuve grandes maestros tomando clases de saxo y de sonido. Al mismo tiempo estaba en la Banda Municipal de Humacao. Ahí tocábamos mucha música popular que no es lo que se supone que hace una banda. Lo pasábamos muy bien. De ahí, a Berklee, como Miguel. Así fui creciendo y aprendiendo de todo el mundo.

«Ya hace 4 años que pasé por las Canarias. Sé que hace ese tiempo porque fue justo el verano en que España ganó el mundial de fútbol (risas) ¡Nunca se me olvida! Justo tocaba en Las Palmas de Gran Canaria y la gente trepaba a la tarima con ánimo de celebración ¡Fue increíble! Es un lugar genial ¡Estoy loco por volver!».

– ¿Qué tendrá ese rincón de Boston? ¿Qué tendrá la Berklee School of Music que parece una verdadera fábrica de grandes músicos? Algo que se reproduce también en varios lugares del mundo, como por ejemplo en Valencia (España) desde hace unos años. Desde esa perspectiva, ambos son hijos de Berklee…

– M.Z.: La institución de Berklee lleva bastantes años teniendo una relación muy fuerte con Puerto Rico. Desde el año 95 empezaron a hacer talleres y a darle becas a algunos estudiantes jóvenes. Fue así como me dieron la beca, y también fue el caso de Mario. Entre otras cosas, lo que ha conseguido una universidad como Berklee es servir como un tipo de filtro. Crea una comunidad puertorriqueña no sólo en Boston sino también en New York, de músicos interesados en el jazz y que han pasado por esa Universidad o no pero que han usado los talleres de la Berklee como idea para terminar aquí en los Estados Unidos.

– M.C.: En Boston tuve la oportunidad y la experiencia de tocar con mucha gente. Es el sitio donde todo el mundo quiere ir. Es como el lugar numero uno en donde ir después de la high school, o el instituto que sea. Estando alrededor de tanta gente que tiene tus mismas ganas y energía de aprender, te contagias de tanta fuerza. Yo creo que es lo que hace de Berklee un lugar tan poderoso, la gente y el ambiente.

– Miguel Zenón, sitúenos discográficamente ¿Cuál es su lugar en la música ahora mismo desde el punto de vista de ediciones?

– M.Z.: He tenido la oportunidad de trabajar en varios proyectos discográficos en los cuales enfoco mis esfuerzos en varias áreas específicas del folklore de Puerto Rico, como por ejemplo desde el punto de vista de percusión, la plena. Es un ritmo de costa, también nos hemos centrado en la música jíbara que tiene que ver con las áreas más rurales y de montaña. En el último disco, ‘Alma dentro’ he trabajado con el cancionero puertorriqueño. Ahora estoy trabajando en un proyecto centrado en la idea de la identidad nacional de Puerto Rico pero relacionado con esa identidad en el área de New York. Es música escrita e inspirada en una serie de entrevistas que yo hice con músicos nacidos y criados en la Ciudad de los rascacielos pero de ascendencia de Puerto Rico. El disco se llama ‘Identities are changeables’. Va a ser una edición multimedia, y también cuenta con un ensamble más grande; un disco para big band. El disco está acabado y va a estar disponible en el otoño. Ha sido una experiencia bastante fuerte. Estoy muy contento con lo realizado.

Por su parte, Mario, ¿Qué novedades aporta? ¿Son los discos ‘Primavera’ y ‘Estrella de mar’?

– M.C.: Ese segundo disco está elaborado con el quinteto con el que llevo trabajando desde los años de Berklee. Son Jonathan Pinson a la batería, Kyumin Shim en el piano, Tamir Shmerling al contrabajo, Josh Shpak a la trompeta y fugelhorn. Básicmente es música original que incorpora cuarteto de cuerda. Intento encontrar mi voz en la música, trato poner lo más honesto que pueda y hacer música muy emotiva.

– No podemos soslayar que nos encontramos en ‘The Jazz Gallery’, en un loft de Broadway, hemos disfrutado de un gran concierto no sólo con ustedes dos sino también con Ricky Rodríguez al contrabajo y Joel Mateo a la batería ¿Le ven futuro a esta formación, de cara a un proyecto estable?

– M.Z.: Este proyecto fue desde el comienzo una idea que creó el ‘Jazz Gallery’, un lugar y plataforma que lleva décadas siendo uno de los sitios más importantes de la gran manzana. El primer ‘gig’ de mi propio grupo aquí fue en ese sitio. Ha sido muy importante para la formación de dos músicos de generaciones diferentes. Entonces, se les ha ocurrido hacer ‘The mentoring series’, juntar a un músico de una generación mayor para que sea el mentor de alguien joven. Me llamaron y me pidieron la recomendación de un músico joven y fue el caso de Mario, de primeras. No sólo por ser un buen músico sino por latinoamericano y puertoriqueño. Dentro de lo que uno pueda hacer, creo que así se van abriendo puertas. Estamos usando los conciertos como elementos exploratorios de música nueva y también clásicos de gente como Ornette Coleman o Lee Konitz que son definitivamente algunos de nuestros ídolos. De aquí podrían pasar muchas cosas. Hay que darle la oportunidad a Mario y que se presente a un público nuevo pero también usar estos experimentos como ejemplo de lo que se está convirtiendo la comunidad latinoamericana dentro del ambiente del jazz. La comunidad sigue creciendo y nutriéndose en diferentes filtros. Hoy tocaba con nosotros Joel Mateo y en otras ocasiones lo ha hecho Henry Cole, a la batería. Eso también es importante. Mantengamos esa unidad de nosotros como puertorriqueños. Es bonito crecer juntos como músicos.

– M.C.: Para mí, es emocionante. No puedo negarlo. Es importante también, en mi caso, Miguel es una referencia. Zenón es una persona que ha acudido cada fecha de Navidad a actuar en las jams session que se celebran aquí y eso ha sido muy enriquecedor para los músicos jóvenes. Detalles como estar preguntando sobre circunstancias que pasan en la música y estar interpretando música que yo escribí. Eso es siempre enriquecedor, con el grupo. Me parece muy fuerte personalmente. Cada set, estoy reafirmándome en mi trabajo. Es una revelación contante de lo que tengo y quiero hacer. Cada noche salgo como una persona diferente.

– Nos encontramos también en un loft, con lo que ello supone en NYC. Hablamos de personas como Ornette Coleman con lo decisivo que ha sido para la música…

– M.Z.: ¡Por supuesto! Todo lo que él ha sido en el pasado para cambiar esta música y, como comentábamos con Mario antes del concierto, como Ornette está bien activo creando y tocando. Su casa es un lugar bastante abierto para que la gente vaya a experimentar. He hablado con él varias veces y desde la primera vez –casi sin conocerme- estuve invitado para tocar, etcétera. En ese sentido, New York es muy inspirador por ese sentido de comunidad. Estamos en el mismo bote. Todos luchamos por lo mismo. Todos tenemos que aprender de nosotros mismos y eso hace de esta ciudad algo muy especial.

– Miguel, usted ha sido un veterano saxo que ha visitado España y Canarias ¿Qué recuerda de su paso por las Islas?

– M.Z.: Es curioso, también lo estábamos comentando antes. Ya hace 4 años que pasé por las Canarias. Sé que hace ese tiempo porque fue justo el verano en que España ganó el mundial (risas) ¡Nunca se me olvida! Justo tocaba en Las Palmas de Gran Canaria y la gente trepaba a la tarima con ánimo de celebración ¡Fue increíble! Es un lugar genial. Por supuesto, y no por lo que es ya de por sí, sino también por las similitudes que tiene con los lugares de donde nosotros venimos. Incluso, el caribe. No sólo en el hecho de ser islas sino en el acento y demás, la amabilidad. Nos sentimos bien a gusto ¡Estoy loco por volver!

– Recordamos en esas citas precisamente, dentro del Festival Internacional Canarias Jazz y Más de ese año 2010, el día posterior al que señala, en Tenerife, Ari Hoenig tocando el himno nacional español a la batería (risas).

– M.Z.: ¡Estábamos en ese tour juntos! ¡Estuvimos celebrándolo! (más risas)

– No les quiero entretener mucho más, es la primera entrevista que hacemos pero esperamos que los volvamos a ver por esta pasarela de la denominada World music y el jazz que es Canción a quemarropa y creativacanaria.com… ¡Muchas gracias!

– M.Z.: Muchísimas gracias, mi ‘helmano’.

– M.C.: Reitero el agradecimiento, encantado.