El investigador del Salk Institute (California, Estados Unidos) Juan Carlos Izpisúa-Belmontepresentó algunos resultados de sus investigaciones con respecto al uso de las células en una conferencia divulgativa en la sede de CajaCanarias.
Ahó explicó a un público general su última línea de trabajo basada en la idea de que se puedan crear órganos humanos utilizando embriones de cerdos. El investigador fue presentado por el rector de la Universidad de La Laguna (ULL), Eduardo Doménech; y el investigador de Cibican, Eduardo Salido.
Este encuentro, en colaboración con la Cátedra Cultural Pedro García Cabrera, se enmarca dentro de la Conferencia Internacional sobre Células Madre y Sistema Inmune que se celebra en Tenerife y que está organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (CIBICAN) de la Universidad de La Laguna (ULL) en colaboración con la Fundación Alfonso Martín Escudero.
El prestigioso investigador avanzó que en la actualidad se ha logrado llevar al laboratorio la capacidad de crear células determinadas basándose en células madre. Es decir, que en una placa Petri se ha podido utilizar células madre provenientes de embriones humanos para cultivar células neuronales o cardíacas. Sin embargo, reconoció que no se ha logrado aún que esas células sean iguales que las que realmente crea el cuerpo humano de manera natural. Ante esta realidad, Izpisúa avanzó que se abren otras líneas de investigación.
Entre ellas, destaca el estudio de los factores que hacen que en ciertos animales -como en los peces cebra o en las salamandras- exista la regeneración de órganos. En esta línea, se ha logrado regenerar algunos daños, por ejemplo cardíacos, en ratones utilizando genes provenientes de animales con regeneración como el pez cebra. La ciencia estudia estos mecanismos para poder trasladarlos a los mamíferos y, por supuesto, a los seres humanos. Una novedad científica que puede dar muchas pistas sobre la regeneración humana está en que «recientemente se ha descubierto que los mamíferos tienen capacidad de regeneración en los primeros días de nuestra vida. Algo que es realmente interesante para buscar soluciones a ciertos problemas de salud y que se desconocía hasta ahora», explicó ayer.
El investigador destacó que la última línea de trabajo de su equipo está en utilizar los nichos, que son el conjunto de señales que hacen que un órgano exista, para manipularlos en el laboratorio. Así, se puede hacer que un embrión nazca, por ejemplo, sin páncreas para, posteriormente, añadirle la capacidad de regenerarlo. «Tenemos un ratón, le quitamos un determinado gen y a ese blastocisto le añadimos células pluripotenciales de otro animal: una rata. Al mezclarla, el resultado es que el ratón nace con páncreas pero vemos que ese órgano proviene de la rata y el resto de los órganos, del ratón». Es lo que llaman hacer quimeras donde se obtienen órganos de un animal en otro.
Ispizúa quiso dejar claro que esta es una línea de trabajo muy interesante pero que aún no se ha logrado hacer con células humanas. Sin embargo, sí avanzó que hay un animal muy compatible con esta idea de crear órganos humanos con el objetivo de un futuro trasplante que es el cerdo porque tiene unas interesantes características de compatibilidad genética con el humano y, también, por su tamaño.
En ratones se han conseguido avances y en cerdo se están haciendo experimentos. «La idea sería obtener un cerdo con células humanas que serviría para crear órganos para trasplantaros cuando se necesitaran», explicó en su conferencia. Sin embargo, esto plantea también algunos problemas tanto éticos como técnicos. «Tenemos el problema de cómo manipulamos el genoma del cerdo y la respuesta sería que igual que llevamos años haciendo con la
rata o el ratón», afirmó el investigador. El otro problema es qué células se pueden usar para crear un órgano humano en el cerdo y la realidad es que «tenemos células pluripotentes en ratón y rata pero aún no hemos conseguido hacerlo con células humanas. No existe ninguna célula pluripotente humana que pueda conseguir hacer estas quimeras hoy en día».
Sus trabajos avanzan para responder a de dónde obtener estas células, «qué genes tenemos que inyectar, en qué momento del desarrollo, etc.». También existe el riesgo de que algunos virus animales puedan introducirse en el ser humano con estas técnicas, aunque para Izpisúa-Belmonte este es un problema menor. «Para resumir, el embrión es muy listo y todos los días logra hacer órganos que en el 99,9% de los casos salen perfectos. Por eso, creemos que la mejor forma de hacer órganos es usar embriones para ello», recalcó el ponente. Una línea de trabajo avanzada y prometedora que sigue en su centro de investigación en Estados Unidos.
Curriculum
Juan Carlos Izpisúa Belmonte (Hellín, Albacete, 1960) estudió Farmacia en la Universidad de Valencia, doctorándose en esta misma universidad y en la de Boloña. Tras realizar estancias postdoctorales en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) y en la Universidad de Los Ángeles en California (UCLA), desde 1993 es investigador del Salk Institute, donde en la actualidad es profesor en el Laboratorio de Expresión Génica, y ha sido el director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona. Durante su carrera se ha dedicado al estudio de la biología del desarrollo en los vertebrados, ha recibido diversas distinciones prestigiosas -–como el W Clinton Presidential Award y el Pew Scholar Award– y es autor de más de 300 publicaciones, muchas de ellas en las revistas especializadas de mayor reputación, como Cell, Nature o Science. En su laboratorio se estudian los mecanismos responsables del desarrollo a nivel molecular, tratando de comprender cómo una célula da origen a millones de células, cómo dichas células se organizan para dar lugar a órganos completos –como brazos, corazón o cerebro–, cómo las células madre se diferencian para dar lugar a los más de 200 tipos celulares en el ser humano, o cómo ciertos animales son capaces de regenerar tejidos y órganos. Entre los hallazgos más importantes de su laboratorio se encuentran la identificación de algunas de las moléculas que instruyen a las células madre para la producción de tipos celulares específicos durante el desarrollo embrionario, con el objetivo de comprender las causas de las enfermedades del desarrollo. Juan Carlos Izpisúa ha sido un pionero en el uso de células madre con fines terapéuticos, contribuyendo a sentar las bases futuras de la medicina regenerativa. En este sentido, debe destacarse su participación en la generación de células madre de pacientes con Anemia de Fanconi, con la finalidad de, una vez corregido el defecto genético, tratar a los propios pacientes afectados.
La Fundación Alfonso Martín Escudero es una institución sin ánimo de lucro, de carácter privado creada en 1957 por Alfonso Martín Escudero y que tiene como objetivo fomentar la investigación y la ampliación de estudios superiores en España. Con la UIMP ha participado en varios programas formativos en materia de salud y consolida su relación con Cibican en la celebración de este programa formativo.
Hay que recordar que el Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias (CIBICAN), que se crea por la colaboración entre la diversidad de La Laguna (ULL), el Gobierno de Canarias y el Cabildo Insular de Tenerife y que ha recibido financiación específica del Proyecto Imbraim de la UE con el fin de potenciar la presencia internacional de estos grupos de investigación en matero de Biomedicina y Ciencias de la Salud.
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