En su sexto encuentro de 2015, previsto para este viernes, 5 de junio, a las 18.00 horas, El Club de Lectura del Cómic Las Ranas de la Biblioteca Insular (C/ Remedios, 7, Las Palmas de Gran Canaria), coordinado por Luciano Díaz, abordará los valores del cómic ‘La imposible patrulla X. Dios ama, el hombre mata’, de los dos autores Christopher S. Claremont y Brent Eric Anderson, considerada por muchos como una de las mejores novelas gráficas publicadas por Marvel Comicshasta la fecha, o incluso la mejor historia de laPatrulla-X que se ha escrito jamás.
La obra, que recupera la editorial Panini Comics tres décadas después de ver la luz, se convierte en una de las críticas más afiladas que se ha visto en un tebeo hacia toda forma de fanatismo: racismo, xenofobia, intolerancia y, por supuesto, la maleabilidad de una sociedad siempre dispuesta a dejarse someter por los poderes fácticos. En esta ocasión, la Patrulla-X se enfrenta al nacimiento de un movimiento fanático religioso que está llevando a cabo acciones inquisidoras contra los mutantes, agarrándose a una ideología lo más purista posible que sigue los dictados de la Biblia.
La mencionada edición, según todos los entendidos, ha envejecido bien, no sólo por el buen hacer del guionista sino también por el gran trabajo de Brent Anderson que aquí firma la que posiblemente sea la mejor obra de toda su carrera. La edición que trae Panini viene acompañada de una serie de extras de lo más interesante, donde se narra todo el proceso de producción de la novela gráfica. Aunque en un principio la novela gráfica iba a estar dibujada por Neal Adams, Anderson se presenta en esta obra como un adelantado a su tiempo, y su estilo se escapa totalmente de lo que se hacía en Marvel por entonces estableciéndose una senda que posteriormente sirvió de referencia para el devenir del estilo artístico de futuras obras de la editorial.
De hecho, uno de los motivos por los que la obra sigue pareciendo tan actual es por sus dibujos. Cargados de realismo, oscuridad, espectacularidad y originalidad, los dibujos de Anderson consiguieron lo que muy pocos conseguían en la época, que es diferenciar a una obra del resto solo por su trazo y estilo diferente. Además, el trabajo de Anderson se ve resaltado por la también muy destacable intervención de Steve Oliff en las labores de coloreado, con un estilo muy marcado y rompedor para principios de los años 80.
La carrera de Chris Claremont tocó techo gracias a su larga etapa al frente de las colecciones mutantes que duró 17 años, casi nada. Mayor mérito se le puede dar si tenernos en cuenta lo que duran los autores hoy en día al frente de cualquier cabecera, ya sea en Marvel o DC. Fueron muchos tebeos escritos por el londinense, muchas historias que son consideradas clásicos, se adueñó de unos personajes para poder llevarlos a su terreno, convirtiéndolos en el punto de referencia de la industria.
Entre toda su obra no sólo vamos a encontrar series mensuales ya que hay algunos proyectos más autocontenidos, como este ‘Dios ama, el hombre mata’, que consiguieron llamar la atención de todo el mundo. Enmarcado bajo la etiqueta de Novela Gráfica, la obra que recupera Panini 30 años después de ver la luz, tocaba temas ya tratados en la colección regular, pero se le dio una magnitud bastante más elevada ya que los editores sabían del potencial del producto y viendo los resultados y la acogida que tuvo, no se equivocaron.
En esta ocasión, el enemigo a vencer era un movimiento religioso nacido recientemente y cuyo motor era el odio incondicional hacia la población mutante. Una ideología extrema la que predicaba su líder, William Stryker, basada exclusivamente en los textos bíblicos, que adaptaba a su conveniencia para poder machacar a Cíclope y los suyos ya que si los mutantes no aparecen en La Biblia deben tratarse de seres demoniacos. Una teoría bastante simple cuya única finalidad es intentar justificar los terribles actos que piensan cometer.
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