Concilia el pintor Ángel Gustavo lo espiritual y lo carnal, el amor entre la castidad y la lascivia entre lo físico y lo espiritual. El placer del espíritu y de nuestra carne.
Y para ello se desviste de lo preconcebido y nos presenta veintidós obras que son como pequeños murales al óleo sobre madera, donde invoca a las deidades de la sensualidad, el sentimiento del mundo de la pareja, lo romántico. La poesía disfrazada en su propia creación y en las imágenes simbólicas de sus propios personajes.
La magia de la mujer y el canto pastoril, la «Sensualidad al abrigo de margaritas» la Naturaleza en tonos amarillo verdoso representando la luz del día, donde parece que las flores tiemblan entre la intimidad de una pareja. Flores como símbolo erótico. Los estados emocionales. La alegoría a la atracción sexual. Y la virginidad y el beso y el abrazo pleno en figuras tan enroscadas que forman una única forma, un único cuerpo.
Nos transmite el sueño erótico, la atracción entre los sexos, el fuego sobre el fuego y la nobleza y el valor representado en el caballo blanco. Junto con seres que se deshacen de sus cuerpos mortales en posturas insólitas resaltando el movimiento, el volumen y la perspectiva. Seres que flotan en un salto cuántico, atraídos por una dimensión de energía o por la unión de una fuerza poderosa, irresistible.
Reflexiona Ángel Gustavo sobre el sentido de la vida y el misterio de la humanidad y lo relaciona con lo espiritual, con la Naturaleza y Dios como manifestación divina. Y nos presenta una faceta fantástica de la Pasión. Un Cristo que tiende sus brazos hacia su padre. La Muerte y Resurrección y la corona de espinas transformada en una corona de flores. La visión del alma.
Representaciones pictóricas de la eterna lucha de la tentación simbolizada en las alas de un ángel. Y una Anunciación y un boceto de mural que representa el Nacimiento del Niño Dios, con su cortejo sagrado, festivo, y el Misterio representado de una forma delicada. Una obra que es toda una sinfonía de color.
Y quiero resaltar también el espléndido retrato de su mujer, titulado «Mi musa» en la que la poeta Mariló Álvarez posa a lo lejos, mira al pintor, en una imagen serena. Una obra que ganó el premio Liberty en Florencia.
«Alegoría a la carne y al espíritu» es una exposición basada en lo físico, en la carne, en la religiosidad, el misticismo y la espiritualidad. Representaciones pictóricas envueltas en sentimientos y símbolos que derivan hacia lo sensual y lo místico, no solo en los temas sino también en la forma estética: las líneas expresivas, las perspectivas, los cuerpos alargados, las cabelleras envolventes que pueblan las imágenes de nuestro pintor.
Una exposición alegórica que estremece por la poderosa sensación de un espacio ilusorio, tridimensional, en la que Ángel Gustavo, gran dibujante y maestro en el uso de la perspectiva y la profundidad consigue con una paleta rica en transparencias, en color y luz.
Una exposición que estará abierta desde el día 23 a las 20.00 horas hasta el día 10 de mayo en el Centro Comercial el Muelle. La Galería de arte dirigida por Diego Casimiro y Enmarcaciones Vidal, se encuentra en la segunda planta.
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