MiradasDocs_Sandoval_5_Firma_Sergio_HdezLa ciénaga es Aracataca y es Macondo. La ciénaga, los platanales son localizables en el mapa; los pescadores, la humedad y el calor también se pueden palpar. Pero además, todo es la materia prima de un sueño, que se hizo reconocible bajo el nombre de Macondo a partir de las obras deGarcía Marquez. Sin embargo, ese mundo surreal debe de formar parte de la esencia del pueblo del Caribe colombiano, no un invento, ni un capricho literario, porque Macondo fue fotografiado antes de que García Márquez hablara de él en sus novelas.

El pavo real del mar, considerada como la fotografía perfecta, es el preludio de la belleza de ese sueño. El fotógrafo es Leo Matiz, un personaje de leyenda en su vida real y en la vida inventada que él se encargaba de contar a oídos ingenuos y crédulos, deseosos de que la historia del gran maestro de la fotografía colombiano fuera más allá de sus límites reales, como si hubiera sido insuficiente haber compartido vida artística con Buñuel, Frida Kahlo, Neruda, María Félix… en el México de la primera mitad del siglo XX o haber caído en desgracia por un conflicto con Siqueiros o haber registrado con la cámara el nacimiento del Estado de Israel o haber dejado de trabajar por convertirse en un fotógrafo ciego que perdió en un asalto a manos de delincuentes callejeros el ojo con el que sacaba las fotos, mientras el otro estaba nublado por las cataratas.

La búsqueda del origen de esa foto perfecta desencadena una investigación de la que se hace cargo el joven cineasta colombiano Andrés Sandoval, que viaja hasta Aracataca a rastrear la noticia del Leo Matiz joven y del viejo, en busca de quién fue ese fotógrafo de niño y primera juventud, antes de la gloria mexicana, y de quién fue cuando regresó a su pueblo ya anciano «como queriendo quedarse allá», dice Sandoval. El resultado de esa investigación de Sandoval es El ojo de Macondo (26′ / 2015 / Colombia), que compite en el concurso internacional de Cortometraje en la décima edición de MiradasDoc.

«Este pueblo es tan aburrido que la gente se inventa cosas», le dijo una vez una señora al director colombiano cuando visitó Aracataca para rodar su documental. Sandoval recuerda la frase porque le sirve para explicar que realmente debe de existir algo especial en el pueblo caribeño para que el realismo mágico sea la forma de vida común de sus habitantes. La razón, a su juicio, está en sus habitantes: «Tú vas a Aracataca y es un pueblo supersencillo. Lo que tiene de especial es la gente», sentencia Sandoval.

«Mi corto está centrado en un pedazo de la vida de Matiz que muy poca gente conocía, y también en qué hacía de viejo, qué fue lo que él hizo, quién era él y su personalidad». En ese recorrido, Sandoval se encuentra con gente que conoció a Matiz, «que me contó registros que no se conocían». La ocasión le sirve al cineasta para experimentar con la imagen: «Intenté aprovechar su visión fotográfica en el vídeo y experimenté un poco, mediante una técnica visual para que pareciera estático en ciertos momentos, en el que hice un juego entre la fotofija y el vídeo».

Andrés Sandoval es realizador de cine y televisión licenciado por la Universidad Nacional de Colombia. Ha realizado los proyectos Bardo (2009), Web Pop-Ups Tv (2011) y Albirroja pasión (2011). El ojo de Macondo (2015) ha sido seleccionado en varias muestras y festivales internacionales como el festival de Cine Latino de Sao Paolo y el festival de Escuelas de Cine de Montevideo.