x © Aarón S. Ramos

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La Fundación CajaCanarias clausura, el próximo 28 de mayo, la exposición fotográfica titulada«Chema Madoz-XXI», muestra de carácter retrospectivo en relación a la obra del artista madrileño a lo largo del presente siglo, y que actualmente puede visitarse en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife. Hasta la fecha, más de 7.200 personas han contemplado esta exposición, formada por 189 imágenes deChema Madoz, Premio Nacional de Fotografía en el año 2000.

Para la preparación de esta retrospectiva, la más ambiciosa y completa de cuantas se han hecho en relación a la obra de Chema Madoz, la Fundación CajaCanarias ha contado con la colaboración de la prestigiosa agencia fotográfica «diChroma», así como de la Comunidad de Madrid, a través de su programa de fomento cultural «Espacios para el Arte»; y del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte desde «Promoción del Arte», una importante iniciativa a nivel estatal de exposiciones itinerantes.

A la finalización de su exposición en el Espacio Cultural CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, «Chema Madoz-XXI» se trasladará a la sede de la entidad en la capital de La Palma (Plaza de España, 3), para ser visitada entre el 7 de junio y el 23 de julio. Para finalizar su calendario de muestras en Canarias, la muesetra abrirá sus puertas en el Espacio Cultural Fundación CajaCanarias Puerto de la Cruz (Calle San Juan, 16), que este año reinaugura su actividad expositiva. Su presencia en la sala portuense se prolongará desde el 9 de agosto hasta el próximo 1 de octubre de 2016.

Chema Madoz

Nacido en Madrid, en 1958, Chema Madoz cursó estudios de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, simultaneando esta formación, entre 1980 y 1983, con la de fotografía, en el Centro de Enseñanza de la Imagen. Su primera exposición monográfica se celebra, precisamente, en el curso 83, con una muestra en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid.

Es a partir de 1990 cuando Chema Madoz comienza a desarrollar el concepto de objetos, tema constante en su creatividad fotográfica hasta la fecha, recibiendo en 1993 el prestigioso Premio Kodak. A finales de la década de los noventa, el recorrido creativo de Madoz alcanza un punto culminante: el Museo Nacional Reina Sofía le dedica la exposición individual «Objetos 1990 – 1999», que se configura como la primera muestra retrospectiva que este museo dedica a un fotógrafo español en vida. Un año después, Chema Madoz es condecorado con el Premio Nacional de Fotografía, la distinción de carácter público más prestigiosa que se otorga a nivel estatal en los diferentes campos de las artes.

XXI

Precisamente, las 189 fotografías que se reúnen en la retrospectiva que puede visitarse, hasta el próximo sábado, en el Espacio Cultural Fundación CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife, abarcan la labor creativa de Chema Madoz desde el período inmediatamente posterior a la concesión del Premio. De este modo, «XXI» muestra una amplia selección de la obra realizada por el fotógrafo madrileño entre los años 2000 y 2014, y conforman la mayor exposición que se ha realizado hasta el momento sobre su trabajo, ofreciendo una oportunidad excepcional para transitar por el singular universo del artista y descubrir los delicados vínculos que éste encuentra en la polifonía de significados que producen los objetos. Si la poética del objeto, precisamente, ha sido el eje sobre el que Chema Madoz ha vertebrado su trabajo, en esta selección el visitante puede comprobar cómo sus referentes e influencias se van abriendo a la presencia de la naturaleza, la aparición de la figura animal, la inclusión del dibujo como otra forma de representación, o la aparición del texto como un vehículo natural de la imaginación.

Cada una de las fotografías que pueden contemplarse en la retrospectiva «XXI» es el producto de una idea previa, resuelta conceptualmente y, a menudo, bocetada y dibujada sobre el papel. Pueden ser existentes y útiles en su aspecto natural, y en ese caso se trata simplemente de juntar los objetos y confrontarlos de la manera pensada, o deben ser modificados, intervenidos, violentados o fabricados expresamente como elementos únicos por artesanos y especialistas y, en ese sentido, la solución digital en la forma en que la usa Madoz en algunas piezas de su última época, es una herramienta más para conseguir la materialización del concepto. En este campo juega su creatividad, y lo hace utilizando muchos tonos; los que van desde el humor pop hasta el lenguaje hermético. Un arco tan extenso tiene necesariamente que ver con el propio espíritu de las cosas, que el artista traslada con admirable capacidad de síntesis y, al menos, tres cualidades decisivas: elegancia, naturalidad y precisión.

Esta exposición retrospectiva propone al visitante, en definitiva, un juego de percepción. Las imágenes hablan, proponiendo un paseo por el entendimiento, desde la maravillosa capacidad de Chema Madoz para observar el mundo y descubrir y articular mensajes visuales.