El Centro de Artes Plásticas del Cabildo grancanario cierra la exposición ‘Historias de papel’ con la exposición de las 25 estampas originales que conforman el libro ‘Recetas de artista’, edición limitada de la que se hará entrega de un ejemplar a la corporación insular en manos del director general de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos, Oswaldo Guerra.
El acto simbólico de entrega tendrá lugar este viernes, 28 de septiembre, a las 12.00 horas, y pondrá un broche especial a una muestra que ha ofrecido al público una rica selección de cuadernos, libros de autor y pequeñas instalaciones en torno a los papeles íntimos de los 28 creadores que conforman esta muestra y que raramente suelen salir de sus estudios.
La exposición, comisariada por la también creadora Ana de la Puente, ha reunido a casi una treintena de autores y autoras vinculados al Taller de Grabado del Cabildo en un libro colectivo denominado ‘Recetas de artista’.
El Centro de Artes Plásticas impartió en septiembre distintos talleres alrededor del proceso de creación del llamado libro de artista y a las publicaciones independientes de bajo coste. El primero de ellos, denominado ‘Creación de un libro de artista’, se desarrolló los días 13 y 20 de septiembre impartido por la creadora Nieves Viadero, mientras que el segundo, ‘Hagamos libros de cartón’, tuvo lugar el día 21 dirigido por la artista gráfica y antropóloga, Elia Verona.
Una obra de arte en sí misma
No es un libro de arte ni un libro sobre arte. El libro de artista es una obra de arte en sí misma, concebida específicamente para el formato libro y, a menudo, publicada por los propios artistas. Un producto de los años 60, fruto del conceptual y el espíritu rebelde contra el elitismo del mundo del arte, que hoy revive un auténtico boom.
Para muchos entendidos y curadores los libros de artista son la cosificación de la imaginación del ser humano, y resultan tan libres que no la limita, sino que la lanza a infinitos universos. Empiezan a ser objetos pensados, en muchos casos, como objetos codiciados, atractivos y sugerentes, porque están elaborados pensados y creados por un artista, lo que genera siempre una nueva forma de mirar la realidad para quien lo contempla y posee. Y esa parece ser la principal razón por la que atrae ahora a tanta gente que quiere mirar más allá, que tiene curiosidad por la creación y la palabra.
Poco tiene que ver el libro de artista tal y como lo entendemos hoy con sus antepasados, producto de amistades entre pintores y poetas vanguardias de Europa y, después, Nueva York. Su historia pertenece al campo de la literatura y las ‘éditions de luxe’. No fue hasta principios de los 60, con el nacimiento del arte conceptual, cuando dio un giro: los artistas empezaron a hacer sus propios libros, lejos de fuentes literarias y catálogos ilustrados, como obras de arte. Fue producto de entender lo artístico como un instrumento de análisis, de una nueva conciencia del uso del arte y de una crítica a éste como negocio. También del auge de la fotocopiadora, de la contracultura y la generación beat, y la aceleración de los cambios sociales.
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