P1030654Buscaglia, Martín. Vino a presentar al Auditorio Teobaldo Power de La Orotava su último disco que lleva por título ‘Temporada de conejos’. Se trata de un artista al que la palabra cantautor se le queda chiquita. Intenta siempre ir un pasito más allá. Se lanza a la experimentación sonora con juguetes si hace falta. Se esfuerza en darle siempre un giro a sus trabajos aún cuando tocados con la guitarra, así desnudos, serían de lo más recomendable.

Es capaz de construir la canción de la pasada Copa del Mundo y poner sus acordes al revés. Respeta tremendamente la herencia musical de los trovadores de su Uruguay natal, pero no es capaz de quedarse de brazos cruzados sin ser él también una particularidad en el mundo de la elaboración musical. Vamos a aprovechar su estancia entre nosotros para conocerlo un poco mejor…

-¿Qué tal Martín?

-Martín Buscaglia: Muy bien, muy contento estar por aquí. Estoy girando por Europa, vengo tocando mucho y no había venido a La Orotava pero ahora estoy contento aquí.

-¿Está afincado en Uruguay?

-M.B.: Siempre tuve un ímpetu viajero tremendo. Estoy afincado en Uruguay pero todos los meses salgo para tocar.

-¿Qué nos puede decir de su último disco ‘Temporada de conejos’ (2009)?

-M.B.:  Es un disco que lo hice en bastante poco tiempo. Las canciones están compuestos en un mismo momento y un mismo año. Más allá de que la canción sea un funk o una balada están relacionadas ya que no tienen años de diferencia. Quería exagerar algo que ya había probado en mi disco anterior que llevó por título ‘El evangelio según mi jardinero’ (2006) que era grabarme a mi mismo tocando muchos instrumentos . Tiene un costado muy rítmico, investigación en bajo y batería, pocas guitarras. Entonces compuse muchas canciones a partir de otros instrumentos. Unos clásicos como el piano pero otros que todavía no controlaba tanto como el ukelele, el banjo, programaciones, canciones acappella y cada uno de estos dogmas te lleva a lugares nuevas, para mi es lo más interesante.

-Precisamente el epílogo de este concierto que le trajo a La Orotava es “El hombre orquesta” ¿Cómo se lo monta usted solo?

-M.B.: El Hombre Orquesta es un formato que auna lo que te decía de viajar y su relación con tocar. Cuando empecé a viajar fuera de Uruguay no podía salir con una banda más clásica, aunque también lo hago. Sentía que tocando solo con la guitarra le faltaba un montón de elementos que quería manejar en directo. Empecé a incorporar otros sonidos como el cemerin, stereophone, juguetes intervenidos, cambiándoles las conexiones de dentro. Voy grabándome en directo, no pre grabado como karaoke, sino que lo hago en el momento con el error que eso conlleva y que me gusta sentir esa adrenalina y esa pequeña incertidumbre. De hecho los temas a veces varían por más que los tengas ensayados.

-¿Cuándo existe un error es aprovechable?

-M.B.: Yo me muevo con algunos músicos que tienen el dicho de que “un error repetido cuatro veces es un arreglo” (risas) de la manera que me gusta componer, me gusta propiciar un ambiente en el que el error sea bienvenido. Un error solo lo es en relación a algo más y no es un error en sí mismo. Si metemos una nota que no es, o cantar algo que no es se puede incluso cambiar para que se acomode a lo que estaba sonando o más allá cambiarlo todo para que eso esté bien acoplado y tenga sentido y prevalezca. Es muy interesante para mí y lo hago mucho. A veces parto de lugares, se me ocurre así y digo: “eso es lo último que voy a intentar”. A veces llegas a otros puntos.

«Uruguay es un país que tiene unas características particulares, es bastante chiquitito pero al mismo tiempo hay una buena cantidad de artistas»

-¿Entre el proyecto del Hombre Orquesta y el resultado cuando es con banda hay diferencias sustanciales?

-M.B.: Sí hay muchas. Me apasiona las miles de posibilidades que tiene una canción. Un día te muestran un tema rockero y el otro día te lo tocan solo con un cavaquinho por ejemplo, el tema da un viraje. Nunca intento reproducir lo que ocurre en un disco. Son dos instancias absolutamente diferentes. Una cosa es el estudio en donde tienes mucho tiempo en dónde te puedes fijar en detalles muy sutiles y el vivo tiene otra cosa, la presencia, el cuerpo, la adrenalina. No me interesa hacerlo igual. Con la banda suena más pesado, más funkero, todos tocan increíble y me relajo más desde el punto de vista instrumental. Hay canciones en el que solo canto o bailo. En este formato, en el que vengo hoy me implica mucha más concentración pero a la vez es el formato en dónde siento que voy a un lugar más mío y peculiar. Me gusta lo otro también por el poderío, al aire libre o una playa pero en el otro es el más experimental. Se me hace atractivo.

-Denos detalles de su banda…

-
M.B.: En cualquier cosa es imprescindible que te enseñen. Si tienes la posibilidad de ser el líder eres el que aportas las ideas pero también es importante tocar con alguien al que respetes. En este caso se da porque son unos músicos maravillosos. La banda base es Martín Ibarburu, batería genial que toca con gente como Jaime Roos, en el bajo Mateo Moreno que proviene de un grupo que se llama No te va a gustar, que era la banda más famosa del rock uruguayo desde un punto de vista internacional, el era el líder. A la guitarra, Matías Rada, hijo de Rubén Rada. Yo me ocupo de la voz y de la guitarra eléctrica y últimamente también viene con nosotros Hermann Klang un pianista al estilo Gismonti. Podemos llegar a ser ocho, entre estos músicos y las coristas.

-Es un formato complicado para venir aquí a tocar a Europa ¿no?

-M.B.: Bueno, a principios de este año estuvimos en Madrid y en Barcelona. Obviamente es más complicado pero igualmente tengo el otro proyecto en solitario que cabe en una valija.

-Siempre hemos tenido un contacto bastante intenso con todo el folklore y la música de autor realizada en aquel país. Nos llegaba música de gente como Daniel Viglietti e incluso Eduardo Mateo  ¿Cómo fue crecer en ese ambiente?

-M.B.: Uruguay es un país que tiene unas características particulares, es bastante chiquitito pero al mismo tiempo hay una buena cantidad de artistas. Has nombrado a Eduardo Mateo, crecí con él, era medio tío mío. Hay más artistas en Uruguay que la estructura que ese país puede sostener. Hay artistas no epigonales. No hay gente idéntico a otros artistas norteamericanos o de otros sitios. Hay una especificidad muy grande. Te puedo nombrar a gente como Leo Masliah, Mateo, Darnauchans, Rada, el Príncipe, Fernando Cabrera y son muy singulares. Me siento parte de esa tradición no por parecerme en los sonidos pero si por parecerme en encarar lo que es hacer música. Hay mucha música. El momento es efervescente por motivos políticos por ejemplo y eso también se transfiere al arte.

-Crecer a la sombra de un padre como tuvo ¿Fue fundamental para su desenvolvimiento cultural?

-Sí, mi madre es bailarina y compositora, tengo cinco editados en Uruguay con ella para niños. Fue muy importante por ellos y también por la cotidianidad que generaba en la casa el hecho artístico. En casa siempre había alguien ensayando una obra, o estaba por los teatros y era como natural. Es como si tus padres son marineros y sabes de pescado y no te marea un barco.

-¿Qué nos puede venir de Uruguay…?

-M.B.: Desde el punto de vista musical, hay gente clásica y moderna, hay una importante faceta de músicos electrónicos gente como Daniel Viglietti sigue trabajando… estoy hasta yo. Desde el punto de vista político está el Presidente Mujica,  es el segundo periodo de un gobierno de izquierdas. En comparación con lo que había de manera previa está buenísimo. Date cuenta que en Uruguay había habido una dictadura y después gobiernos de derecha bastante ligado a lo anterior. Esto es realmente un cambio. Nos fue bien en el mundial (risas…) todo eso suma.

-Háblenos de sus planes para el futuro, se va a París… seguirá girando.

-M.B.: Los planes son como si tuviera un pequeño jardín o unas plantitas, uno los va regando y realmente no sabe uno qué planta va a crecer, alguna parece buena y después es carnívora y te devora, por otro lado a otra que le diste todo tu amor después no sale buena, y alguna semilla que uno tira sin repararlo se convierte en la viable. Suelo tener muchos planes y voy viendo cuáles lograr. Ahora, de aquí a fin de año,  voy a tocar mucho, como dices me voy a París y después seguidamente de llegar a Uruguay cojo un avión para irme a Chile. Después vuelta a Uruguay y toco con la banda, ahí ya no es con el Hombre Orquesta. También tengo un programa diario de radio en Uruguay que se puede seguir online, es una radio que se llama Urbana (www.urbana.com.uy), hasta el 31 de diciembre estoy ahí.

-Para el próximo año 2010 voy a empezar a trabajar en un disco nuevo del que ya tengo las demos. Tengo un proyecto de candombe, ritmo afrouruguayo, voy a empezar a trabajar en un proyecto de recopilación en el trabajo de mi padre que fue un poeta, director de un teatro, compositor que murió hace unos años y he visto que tiene gran cantidad de trabajo desperdigado y es preciso compilarlo. Aparte de eso estoy en una banda con músicos brasileños y argentinos. Se llama Orquesta Imposible Sur do Mundo y nos juntamos para dejar registro de este proyecto también. Si algo todo eso durante el año 2010 va a ser increíble. Es posible que algún plan se quede por el camino pero estaré con las antenas abiertas a otros planes que vayan surgiendo.

-Muchísimas gracias por este contacto…

-M.B.: Un placer.