Karl J. Müller-4

ENTREVISTA A KARL J. MÜLLER

Una etapa de su infancia transcurre en Canarias. Qué recuerdos conserva de Las Palmas de Gran Canaria en unas décadas tan importantes para el despertar del arte y la cultura en las islas?.

Llegué con mi familia a Las Palmas a finales de 1958. Tenía 13 años entonces. Por problemas con el plan de estudios del colegio alemán mis padres me embarcaron en el Colegio Jaime Balmes de Tafira. Ahí recibía una hora diaria de clase de español pero en realidad lo aprendí de oído, estaba durante todo el día rodeado de los demás alumnos que me veían como un personaje exótico pero me aceptaron. No había turismo todavía. Tardé medio año más o menos para instalarme en el español canario. Fue como una duplicación de personalidad, desde entonces me convertí en bilingüe. Había en estos años en el Jaime Balmes unos cuantos profesores muy notables que me dejaron entrever un poco que tras la fachada oficial del rimbombante franquismo se estaban moviendo las cosas. Yo era un poco su fuente de noticias de lo que se escribía en Alemania sobre España pero a pesar de mi afición a la lectura y al mordaz semanario alemán Der Spiegel que curiosamente se podía adquirir casi sin interrupción en los kioskos del Puerto, yo era demasiado joven para enterarme de estos secretos del (sub)mundo cultural canario de entonces.

También su formación académica en Filología Hispánica tuvo lugar en Canarias, además de su paso por otros lugares como Siena (Italia), Amiens (Francia) o Colonia (Alemania). ¿Qué ambiente se respiraba por aquel entonces en la Universidad de La Laguna?.

Muchos años después, al regresar a mi antigua patria alemana, a Colonia, para ampliar los estudios lingüísticos de La Laguna, me di cuenta del nivel extraordinario que había gozado en la Universidad de La Laguna. Me había tocado el último año de Emilo Lledó en filosofía, a Gregorio Salvador comenzando en lingüística, luego a Ramón Trujillo en Filología. Lo más notable fue que con algo de suerte podÍamos toparnos con ellos en algún bar en La Laguna y discutir hasta las madrugadas sobre lo que se nos ocurría. La universidad de La Laguna tenía entonces apenas 5.000 estudiantes.
Y el régimen franquista se estaba erosionando, hubo manifestaciones, declaraciones públicas contra la política oficial, divertidos experimentos teatrales, el turismo llegaba hasta La Laguna, o La Laguna iba donde el turismo, al Puerto de la Cruz. Todo este ambiente de despegue turbulento, de intercambio continuo, en mis cursos en Italia (Siena) o durante la estancia en Francia (Amiens), o un año en Giessen (Alemania) o más tarde en Colonia no se notaba para nada. Como si faltara movimiento intelectual.

El interés por la cultura y la historia canaria en general ha sido notable en muchos autores germanos desde figuras de la talla de Alexander Von Humboldt. ¿Qué le motivó a publicar su libro Die Kanarischen Inseln en 2005?.

El interés de los científicos alemanes en general iba más bien por la naturaleza botánica o geológica del archipiélago, la historia no interesó casi nada, haciendo la salvedad del gracioso Franz von Löher que postuló que los guanches, a veces rubios, fueron los descendientes de los vándalos que después de batidos en África se refugiaron en las Canarias. La prehistoria en cambio interesó mucho más. Caso antológico: Dominik Josef Wölfel y sus estudios sobre las antiguas lenguas guanches. El motivo del libro mio surge justamente del trabajo para la radio. Aparte de estar en la Deutsche Welle, la radio internacional de Alemania, como productor para los programas en español para América Latina y francés para Africa, como autor libre realizaba programas para la radio WDR (Westdeutscher Rundfunk), también en Colonia, una radio-televisión local pero tan grande que es la mayor de Alemania, y si no me equivoco incluso la mayor de Europa. Allí pude darme cuenta de la enorme ignorancia que reinaba alrededor de las Canarias en Alemania incluso en círculos culturalmente atentos como entre los redactores de programas culturales de la radio WDR de Colonia. Aproveché la oportunidad al prejubilarme en el 2000 para empezar una historia de Canarias para alemanes a partir de este programa, entrevisté a Alejandro Cioranescu sobre Jean de Bethencourt, llegué a adquirir como 10 metros de libros y empecé a escribir, a coleccionar estampas históricas y a fotografiar. No quería hacer lo de siempre, publicar un libro-ladrillo con sólo texto. Finalmente, después de muchas vueltas, en el 2005 salió el libro en la editorial Anroart.

Su labor profesional como periodista en la radio alemana le ha mantenido vinculado con el acontecer cultural del mundo hispano hablante. Qué impacto tuvo en Alemania el boom de la narrativa latinoamericana y a qué autores de la otra orilla ha tenido oportunidad de conocer?.

Lo que respecta la narrativa hispana en sentido amplio, en Alemania tuvo un notable impacto que a nosotros, los miembros de la redacción latinoamericana de la Deutsche Welle (La Voz de Alemania) no nos sorprendió para nada. Yo particularmente comencé en aquel tiempo a coleccionar voces ya que hay una vieja y a mi parecer muy bella tradición alemana de ir a escuchar a los autores en su propia lengua, aunque no se la entienda. Habitualmente está también el traductor de la obra u otro traductor que presenta en alemán los pasajes leídos por el autor, se traduce entre el público y el autor que al final suele dedicar ejemplares de su libro que se puede adquirir. Pasaron bastantes novelistas latinoamericanos entonces por Colonia. Los grabé casi todos y tengo archivados los casetes. La primera grabación que hice fue de Juan Rulfo. Y sin falsa modestia, es la mejor que conozco de todas las que he oído. Juan Rulfo fue un impresionante intérprete de sus textos.

Usted ha traducido al alemán textos de autores canarios de varias épocas. Cuál es el nivel de aceptación entre los lectores alemanes?. Qué recomendaciones hace a las editoriales y las instituciones de las islas para la promoción exterior?.

Sí, hace tiempo que he traducido al clásico Augustín Espinosa 28º-7 y más recientemente a una antología poética de Olga Luis Rivero. El único libro de autor canario con alguna presencia notable es Mararía de Rafael Arozarena, traducida por iniciativa propia por la tan meritoria Gerta Neuroth. Y se puede percibir que algunas editoriales alemanas empiezan a fijarse en este nicho del mercado literario que son autores canarios en alemán. Además, visto a nivel comercial: hay como mínimo unos 2,5 millones de turistas de habla alemana por año en las islas. ¿Porqué no se les ofrecen autores canarios bien traducidos en los puntos más importantes de los centros turísticos?.

La Feria del Libro de Frankfurt se ha consolidado desde hace tiempo como un gran escaparate para la literatura contemporánea. Qué experiencias conserva de la presentación junto a Félix Hormiga del libro «Lancelot» de Agustín Espinosa?.

Frankfurt es la Feria Mundial del Libro, no una feria cualquiera. Si no me equivoco el Gobierno de Canarias estuvo cuatro veces representando a la literatura y la industria editorial canaria. Allí estuvieron Félix Hormiga y Sabas Martín. Lo importante en el mundo de Frankfurt es tener una presencia continua, sobre todo para una región tan dependiente de público turístico como las Canarias. En la feria los días abiertos al público en general llegan como 300.000 aficionados a la lectura a las salas, los salones de literatura de viaje suelen estar abarrotados ahí está el público estudiando los destinos de su próximo viaje. Ahí hay que estar siempre, sin falta.

Karl J. Müller. (Colonia, 1945). Traductor y locutor de radio. Licenciado en Filología Española por la Universidad de La Laguna (Tenerife) y completa formación universitaria en las universidades de Siena (Italia) y Amiens (Francia). Estudios de lingüística en la Universidad de Colonia. Es autor de libros sobre historia de canarias, traductor especializado en literatura canaria. Ha traducido a Agustin Espinosa, Olga Luis Rivero y Félix Hormiga. Reside actualmente en Colonia (Alemania).

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