alljEn este episodio de Canción a quemarropa nos hemos introducido en el huracán que supone una rueda de prensa de Al Jarreau (Milwaukee, Wisconsin, USA, 12 de marzo de 1940). Siete, se escribe pronto, premios Grammys le contemplan y ciertas décadas que no se podrían entender sin la manera reposada que tiene de compartir su música. Jarreau se presenta como un cantante que pretende cambiar con su arte su música. Sincero y sin cortapisas, se expresa como quiere y deja, desde el comienzo, aparcados los rigores propios del fino hotel donde nos han citado para hablar sobre sus sentimientos y sobre su concepción religiosa de la música y, como no podía ser de otra manera, de la misma vida. Una persona con la libertad y con la trayectoria de Al Jarreau se presenta como un verdadero libro abierto. Postra su experiencia ante la prensa y es para nosotros un placer acudir a esa concepción de la música. El cantante estará actuando hoy martes 15 de julio en el Auditorio de Tenerife ‘Adán Martín’ y el día siguiente, mañana, en el Auditorio ‘Alfredo Krauss’ de Las Palmas de Gran Canaria, en el marco del Festival Internacional Canarias Jazz & Más. Los conciertos comenzarán a las 21.00 horas.

La banda que le acompañará en estas dos citas con el público canario estará formada por Joe Turano (teclados, saxofón y director musical), John Calderon (guitarra), Mark Simmons (batería), Chris Walker (bajo) y Larry Williams (teclados). Gracias a Esther Ovejero por su ayuda en la traducción. Jarreau viene presentando su último disco ‘My Old Friend. Celebrating George Duke’, su delicado tributo a este teclista que falleciese hace un año y que según sus propias palabras «llega 10 años tarde». Con ustedes, una de las figuras del Festival Internacional Canarias Jazz & Más este año: Al Jarreau.

– ¿Cómo se siente en Tenerife?

– Al Jarreau: En primer lugar muchas gracias a Miguel y a Amparo por organizar este Festival. Es muy importante realizarlo. Supone mi vuelta a Tenerife y a Gran Canaria. Es de vital importancia para mí, mantener esta relación que comenzó hace algunos años y venir y compartir la música que ustedes han continuado manteniendo viva para sus vidas y para el mundo. Es un estilo de música que considero de elevación espiritual, que te hace feliz, que camina bien, que da te esperanza. Continuamos haciéndolo, es lo que creo y es un buen trabajo.

– ¿Cuáles son sus sensaciones después de viajar alrededor del mundo durante todos estos años?

-A.J.: Sí, la verdad es que no he parado de viajar. El último invierno estuvimos en Japón y en primavera estuvimos en Brasil. Este verano venimos de Austria y de Alemania… es demasiado viaje para lo que puedo (risas) llevando la música allá donde voy. Esa ha sido siempre mi filosofía y mi sueño desde que tenía 20 o 21 años. En aquel entonces perseguía el sueño de introducir esa música en todos los sitios. Alemania, España, Italia, Yakarta… porque es el mismo lenguaje para todo el mundo (se toca el pecho, simulando el sonido de un corazón). Todos vinimos del mismo lugar, del vientre de nuestra madre. Escuchábamos el sonido del corazón, el fluir de la sangre. Es la razón por la cual nosotros hablamos el mismo idioma y nos comunicamos tan bien con la música.

– Ha estado usted en la ciudad de Estambul compartiendo con otros artistas la iniciativa de la ONU relacionada con el día mundial del jazz…

– A.J.: Cuando estuvimos en Estambul, en el ‘International Jazz Festival’ tuvimos el inmenso placer de saber que las mismas Naciones Unidas llegaron a la conclusión de que el jazz era bueno ¡Tremendo! Estuvimos celebrándolo. Estuvimos hablando con George Duke, Stanley Clarke, Herbie Hancock o Marcus Miller. Miller, en concreto dijo, (simulando la voz de M.M.) los políticos deberían escuchar más, cada vez que vamos a un lugar la gente no habla nuestro idioma pero tan temprano como empezamos a tocar somos capaces de comunicarnos con ellos. Nos conocemos a nosotros mismos y nos hacemos entender. Si los políticos se quitasen de en medio todo sería mejor (risas).

– ¿Cuáles son los contenidos que usted prefiere? ¿Cuál es el mensaje que le gusta compartir?

-A.J.: El mensaje es muy importante, para decir lo que sientes. Lo que yo siento es esperanza. Creo que todo esta bien. Las cosas marchan como Dios cree que tienen que ir. Hay muchos problemas en este planeta y muchos nos molestan pero la humanidad y la espiritualidad deben aprender estas lecciones de «no pelear». Para estar juntos es necesario cuidar a tu hermano, cuidar a los enfermos, a los pobres, a aquellos que no tienen. Esa es la lección que tenemos que aprender en este planeta. Cuidarnos a nosotros mismos. Ninguno de los grandes líderes mundiales han dicho esto, es lo que tenemos que aprender. Nosotros estamos bien cuando lo aprendemos y no se trata de dinero. Yo intento poner eso en mi música. Una vez escribí una canción con David Foster que decía (canta ‘Mornin’) ‘and touch the face of God’. Dije la palabra ‘Dios’ en el escenario ¡Es muy importante decir la palabra Dios en el escenario! Lo siento así, como lo hago. También divertirnos, también pasarlo bien, las canciones más divertidas son las más serias para mí.

– ¿Qué tipos de músicos tuvo usted como espejos? ¿Cuáles fueron sus influencias musicales más pronunciadas?

-A.J.: (cambia de voz a la de un niño) Mi padre (muchas risas), (cantando) Mi padre fue un gran cantante, como un tenor irlandés. Fue también un predicador. Mis hermanos mayores hacían también música y compraron a Ellington, a Stan Kenton, a Ella Fitzgerald, a Billy Eckstine, a Sarah Vaughan y se los trajeron a mi casa en discos. Cantaban en cuartetos en mi sala de estar. Los miraba cantar y a través de los discos que compraban por el mundo yo recibía a todos esos cantantes que eran estrellas del jazz. Eran nuestros primeros ‘Enjazzadores’ ¿Saben a lo que me refiero? Llevaron la música para el mundo. De América para el mundo. Fue muy importante para la gente. Era ver a la libertad en la música. Fue un tiempo muy cerrado y gris y todo fue más abierto y más libre a partir de ese entonces. En ese lugar del mundo llamado América, la gente tenía una nueva forma de libertad. También tenían algunos problemas muy similares (sonríe) pero aunque fuera con ellos, estaba la libertad. Podían expresarse aunque en algunos ocasiones las autoridades fueran bastante estresantes (Al hace sonido de represión). Pero el jazz estaba ahí. La gente de Rumanía o de Bulgaria no tenían permitidos escuchar música americana pero se escondían en los armarios para hacerlo. Ellos escuchaban libertad. Era bastante ‘elevador’ para ellos.

– ¿Qué podemos esperar del concierto que nos va a dar hoy y mañana en el Auditorio de Tenerife ‘Adán Martín’ y en el ‘Auditorio Alfredo Krauss’ de Las Palmas de Gran Canaria?

-A.J.: (Respira profundo, se toma un buen momento) Todo (risas). Voy a llevarles todo lo que hago. Fingiré que sea como la primera vez que nos encontrásemos. Me presentaré y haré todas las canciones que me han precedido en el tiempo. Canciones desde el comienzo de mi carrera, de la mitad y nuevas canciones. En algunos momentos será ‘jazzy’, en otros momentos será ‘pop’ y en otras ‘r&b’. Y todas serán del estilo y de la tradición de George Duke. Tanto Duke como yo vinimos del mismo sueño musical, teníamos el mismo espíritu artístico. Para tener un trabajo como el jazz que es inclusivo. Es estar donde tu estás e incluir la música de tu tiempo en tu forma de vida y no malgastarlo. Este último disco que hemos publicado, ‘My Old Friend’ con la música de Duke será algo bastante importante en el show. Los españoles iniciaron una tradición de la guitarra como ningún otro. Fue muy importante para mí, mucha gente que tocaba la guitarra. La relación personal que se mantuvo entre la guitarra que escuchas y la melodía que hay dentro de la guitarra (canturrea). Los acordes, como en el piano, son introducidos y se convierte todo ello en lo que podemos definir como una orquesta personal. Lo oímos en Brasil de manera diferente y en el flamenco, desde luego. Ayer mismo lo estuve escuchando desde mi cama ¡Había cuatro programas en España difundiendo flamenco, la música tradicional de España! Aquello cambió mi vida. Me recuerda a los tríos de jazz de toda la vida. Como los de Tony Bennett o Diana Krall. Cantando con tres músicos, estándares y canciones tradicionales. No puedo olvidar mis comienzos con Duke desde 1965 a 1968 en clubes nocturnos y cuando conocimos a los guitarristas (risas). Quería explorarme a mí con la guitarra. Sin batería, sin ‘llaves’, sin bajistas ¿Qué pasó? Todo estaba ahí. Podía hacerlo yo con la voz. Me cambió la vida. Tendremos algo de eso mañana.

– Ha nombrado a George Duke, relacionado con su nuevo disco ¿Cree que fue el momento preciso para su publicación o debió dilatar un poco este lanzamiento?

-A.J.: ¡Oh! Este disco llega 10 años tarde ¿Hola? Es muy tarde. Debí hacer este disco 10 años atrás pero cuando George dijo adiós ya fue decisivo: lo tenía que hacer ahora. Y más importante (cambia la voz) mi compañía discográfica lo entendió. Entendieron lo importante que era para Al hacer este tributo, estas gracias a George y ahora. Continuamos la historia que nos contaste, George. El sentimiento de R&B que tuvimos juntos y las cosas jazz que mantuvimos. Creo que Chick (Corea) y Herbie (Hancock) realizarán su propio tributo a Duke (simula unos solos muy jazz y complicados con la voz) pero ese no sería yo. Yo soy este disco. Otra cosa. Realmente, llegué tarde. Habrá más.

– De las nuevas generaciones de cantantes de jazz… ¿Cree que tiene usted un sucesor o sucesora clara?

-A.J.: He oído muchas veces a gente en la radio, ni siquiera sé sus nombres. Escucho a jóvenes con sus ritmos (simula el estilo rap y hip hop). Ellos no lo saben pero están haciendo de mí (muchas risas). Hay muchos cantantes como Kurt Elling o Kevin Mahogany, la misma Diane Reeves. Gente joven que he escuchado últimamente en Francia, que ganó una competición, no recuerdo exactamente su nombre. Me pareció que había cogido mi ritmo, de la misma manera que cantaba. Están viniendo… no cantan exactamente jazz pero cantan una nueva forma que articula la música. No todo iba a ser be bop, eso ya se está acabando. El be bop no es la única manera de aproximarnos al jazz. Tenemos la tradición en nuestra conciencia y el hip hop trae nuevos ritmos que me gustan. No sé si es exactamente lo que quiero hacer porque no sabría como vestirme de esa manera (muchas risas).

– Muchas gracias…

-A.J.: Quiero agradecerles a todos por estar interesados en mi música y en mi arte y ¡Nos vemos mañana!