davidquevedoEl pianista David Quevedo nos invita a su casa en Las Palmas de Gran Canaria. Desde que entramos en su centro de operaciones se respira un ambiente de trabajo, de laboriosidad envidiable. Empieza a mover algunos papeles, aparta su piano, acerca su ordenador y no para de enseñarnos música y de hablarnos de sus planes para los próximos meses. Hasta para años, pensamos que tiene.

Va a actuar en Tenerife, en Adeje en el marco de la II Canarias Jazz Showroom que está teniendo lugar en distintos lugares de la geografía isleña. Será el próximo 12 de octubre en el IKA Garden de esa localidad sureña a partir de las 22.30 horas. Viene con un proyecto muy potente que combina el rock con el jazz… ‘Addictive Rock’ ¿Cómo suena Paranoid de Black Sabbath al estilo jazz? Vamos a enterarnos…

-Hola, David, ¿Cómo se encuentra aquí en Las Palmas de Gran Canaria?

-D. Q.: Muy bien. Ya llevo dos años residiendo en Las Palmas desde mi vuelta en 2008. Sienta genial volver a respirar el tranquilo ambiente isleño.

-¿Cómo fue su formación musical? ¿Estuvo bastante tiempo trabajando en Barcelona?

-D. Q.: Mis estudios clásicos tuvieron lugar en el Conservatorio Superior de Música de LPGC, donde recibí clases de piano de la ya fallecida Cira Quintana y de Agustín Chirino. Sin embargo el periodo más importante del músico que busca colmar otro tipo de inquietudes lo pasé entre grupos de rock y bandas de rhythm n’blues. Aprendí muchas cosas por mi cuenta, como tantos músicos canarios que no fueron a estudiar fuera, y sólo hace unos años residí en Barcelona -entre 2004 y 2008- donde complementé mi formación como pianista y alenté mi carrera como compositor sacando mi primer trabajo SUITE MACABRA (Fresh Sound / World Jazz 2008).

-Cítenos a algunos de sus pianistas favoritos… a quiénes no nos debemos perder…

-D. Q.: Escucho muy poca música y en general conozco muy pocos pianistas jóvenes. Siempre tardo en enterarme quién está repartiendo candela de la buena por ahí. Supongo que en los últimos tiempos he oído a Robert Glasper, Vijay Ayer, Ethan Iverson y poco más. En Barcelona escuché unos cuantos pianistas que me encantan, como Albert Bover, Joan Moné o Joan Díaz. Mis referencias de un pasado no tan lejano son Hancock en cuanto a concepto y, entre muchos otros que podría citar, tal vez Peterson a nivel técnico. Siempre envidié y admiré la fluidez de sus ideas y su convicción absoluta en lo que tocaba.

-Su próxima cita en directo es en Adeje (Tenerife) este próximo día 12 a actuar como parte de la II Canarias Jazz Showroom ¿Qué nos va a ofrecer en este evento?

-D. Q.: Voy a presentar el proyecto Addictive Rock, que grabé en 2009 entre Tenerife y Gran Canaria. El cuarteto que va a defender el repertorio de este trabajo está compuesto por Bentejuí de Vera (voz), José Carlos Cejudo (bajo eléctrico), Eduardo Fdez-Villamil (batería) y yo mismo a los teclados. Para los que no hayan oído el disco, tocamos versiones de clásicos de rock de los 70 totalmente transformados, aunque reconocibles.

-Planes de futuro: cuéntenos sobre sus proyectos primero como músico y después como productor… se rumorea que tiene usted una actividad muy intensa…

-D. Q.: En 2009 saqué también un álbum llamado ‘Alzheimer’ que consistía en una miscelánea de ideas y arreglos de temas de muy distinta procedencia -desde ‘Sombra del Nublo’ (popular canario) a ‘Ther Day I Tired to live’ (Chris Cornell) pasando por ‘Caravan’ (Tizol/Ellington/Mills) o ‘Giant Steps’ (Coltrane)-. El tema que da nombre al trabajo lo compuse en colaboración con Martín Leiton, así como ‘Todos quieren ser Brad Mehldau’ que está incluido en el proyecto del Septenio ‘Once mensajes en una botella’ en su primera edición. Este año estoy tratando de sacar adelante algunos otros proyectos como ‘Anti-Dj’, en colaboración con Pablo Schwartzman, Jeppe Rasmussen y Santiago Miranda, de perfil electrónico y vocación internetil (para el que lo entienda) y una segunda parte de ‘Addictive Rock’. Como productor, aunque me cuesta considerarme a mi mismo como tal, reconozco que he ayudado a salir a la luz algunos proyectos canarios como Carlos Meneses & The Midi Cables, Mónica Campodarve y Luis Quintana, al que estoy echando una mano con su último disco.

Ahora mismo hay una convulsión tremenda alrededor del Conservatorio Superior de Canarias. Aún no creo tener un criterio muy fundado (…) Desde luego es fácil deducir que desde la consejería no se están facilitando mucho las cosas»

-¿Qué tal el proyecto con la cantante tinerfeña Esther Ovejero?

-D. Q.: Esa es otra. Esther está en Marruecos ahora mismo y Kike Perdomo y yo estamos seleccionando el material y preparando los temas que faltan por grabar. Son todo standards de jazz clásico con arreglos míos en diversos formatos. Casi todo es a trío con Kike pero también hay algunas colaboraciones como los contrabajistas Marco Lohikari y Tom Warburton y los baterías Mariano Steimberg y Juan Luis Castaño.

-¿Cuándo tiene previsto publicar su próximo disco y en qué va a consistir?

-D. Q.: Está al caer. Ahora se está mezclando en Barcelona y espero que salga en Enero como mucho. Se llama Coda’s Collection y es una vuelta a mis composiciones pero esta vez más allá del trío o cuarteto. He querido instrumentar un poco más los temas usando trombón, trompeta, saxo y flauta, aunque no todos juntos!. En casi todo el disco suenan 5 músicos a la vez y en algún track 6. He recurrido a Oliver Pospiech y Josep Tutusaus para los trombones, Audun Waage para las trompetas, Kike Perdomo y José Ángel Vera para los saxos y Carlos Alemán «Carlucho» para las flautas.

-Me gustaría detenerme en su último disco que lleva por título “Addictive Rock”, son canciones rockeras hechas jazz ¿Cómo surgió la idea?

-D. Q.: Cuando tenía 18 años cantaba y tocaba la guitarra en grupos de hard rock. Me encantaba Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Black Sabbath y toda esa pesca. Desde que descubrí el lenguaje del jazz supongo que siempre he tenido en la cabeza tocar los temas de esos artistas en piano-trío. Para cuando lo quise plasmar descubrí que ya lo hacía todo el mundo -Brad Mehldau, E.S.T, The Bad Plus,…- y me dio una inmensa rabia. Aún así, empecé a incluir en los repertorios de mis conciertos algunos arreglos de rock hacia 2007.

-El trabajo de Betenjuí de Vera a las voces ha sido muy comentado en el ambiente jazzístico … ha sido una sorpresa para todos ¿Cómo llegaste a este cantante?

-D. Q.: En 2009, a raíz de unas vocal jam sessions en el pub Cuasquías (LPGC), conocí a Bente y probamos algunos de mis arreglos con la inclusión de su voz. Encajó como un guante y aportaba al grupo el talante fresco y algo salvaje de un vocalista de rock. Grabamos con Martín Leiton y Borja Barrueta en Tenerife y José Carlos Cejudo y Dani Domínguez en Gran Canaria y todos quedamos sorprendidos del resultado. Bente es, de todos modos, un músico inquieto. No todos los cantantes de rock estudian en el Conservatorio y se preocupan de aprender armonía.

-En el anterior trabajo ‘Alzheimer’, luce, entre otras canciones, a trío ‘Sombra del nublo’ una canción tradicional canaria… ¿Es algo en lo que va a seguir investigando o fue una muestra aislada?

-D. Q.: Hay un proyecto pendiente de hace unos años con Paco Perera, bajista grancanario residente en Barcelona. Como por una razón o por otra no hemos terminado de decidirnos a grabar, al final he dado escape a estos arreglos en mis discos. En Coda’s Collection va una segunda muestra, con intención de continuidad, de mi interés por algunas melodías canarias. Se trata en esta ocasión del Arrorró, que he querido dedicar a mi abuela fallecida hace pocos años.

-En ese mismo plástico nos sorprende con una versión del clásico de Juan Tizol “Caravan” con programaciones y un corte más bien moderno y después salta usted al clasicismo con mucha facilidad ¿Es intencionado este salto?

-D. Q.: Antes tenía ciertos prejuicios a la hora de juntar habas con nouvelle cuisine, es decir, jazz acústico con electrónica o instrumentaciones alternativas. Como habrás comprobado, he perdido, o mejor superado, estos prejuicios. Mi primer disco, Suite Macabra si era una obra concebida y grabada estrictamente por 4 músicos en la misma sesión tocando a la vez. No así mis siguientes trabajos. Ahora mismo creo que hay muchos artistas trabajando en otras direcciones, grabando incluso por la web. Yo por ahora me limito a mandar y recibir archivos y montar mucho material en casa. Pero no todo. Fantaseo un poco con confundir al oyente, que no esté seguro de cuándo una batería está o no programada, cuándo un músico está en la sala conmigo grabando o si lo hace desde su casa en Colonia, o desde un hotel en Addis Abeba.

-¿Cómo se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria el ambiente jazzístico? ¿Hay muchas actuaciones?

-D. Q.: Me contendré a contestarte con un monosílabo. La cosa está mal, como siempre. No creo que nunca haya estado bien. Siempre hablamos de la época dorada, del Búho en Tenerife y Cuasquías (en Venegas) en Gran Canaria, pero si lo pensamos no era tan dorada. Los músicos de perfil jazzero siempre hemos tocado en las salas de perfil rockero o salsero o cantautoril, que son las únicas que funcionan aquí. Aún hoy en día nos cuesta carros y carretas que los empresarios e instituciones nos den acceso a los auditorios y teatros, en muchas ocasiones más adecuados para nuestra música.

-Ultimamente hemos tenido acceso a ‘Arroró, abuela’, un tema con el prestigioso flautista Jorge Pardo… ¿Cómo surgió esta colaboración?

-D. Q.: Con Jorge he coincidido un par de veces en los últimos años. La última ocasión fue en el Café Central de Madrid en julio de este año, tocando con el cuarteto de Kike Perdomo. Le comenté acerca de mi proyecto y la verdad es que estuvo encantado de colaborar. Es una persona cercana y humilde en extremo. Siempre hablamos los músicos de aquí acerca de su capacidad para hacer sonar la travesera como a él le de la gana. En ocasiones la hace sonar como si fuera un cantaor desgarrado. La verdad es que es un músico muy orgánico e intuitivo. Inicialmente concebí la idea de las variaciones sobre el Arrorró a piano solo pero en cuanto tuve en la cabeza la posibilidad de contar con Jorge tuve claro que sería en ese tema.

-Con su trabajo y estudio en Barcelona trabó amistad con una gran cantidad de músicos, varios de los cuales son los que trabajan actualmente en sus proyectos… de quiénes estamos hablando…

-D. Q.: Hablamos de Dani Domínguez (batería) -actualmente en Granada-, de Tom Warburton (contrabajo), de Jeppe Rasmussen (saxo), de Martín Leiton (contrabajo). De todos modos es necesario que volvamos la vista a nuestro entorno. Hay gran cantidad de talento en las mentes y estómagos de los músicos canarios y hay que confiar en su solvencia para acometer un proyecto de calidad, sea en el ámbito del jazz o del funk o del rock o del latin o de la electrónica o de lo que sea. Por romper una lanza por mi pequeña isla, aquí tenemos a Fran Moreno, Santiago Miranda, José Carlos Cejudo, Eduardo Fdez-Villamil y muchos otros habituales de los escenarios. Además hay una buena cantera de canarios absolutamente reconocidos e integrados en el circuito de la ciudad condal como José Alberto Medina, Octavio Hernández o Paco Perera.

-Forma parte del quinteto de Kike Perdomo … ¿Qué tal la experiencia?

-D. Q.: Pues es la formación con la que más tiempo he pasado en los escenarios en los últimos 10 años. Puedo decir que he crecido musicalmente en gran medida a la vera de los proyectos de Kike en sus distintas etapas. Desde la época de Agustín Carló, con el que llegué a compartir una presentación del primer disco en CajaCanarias, pasando por Idafe Pérez, José Pedro Pérez, Epi Llorente, Luismo Valladares, Dimas Machado, hasta la actual formación con Martín Leiton, Borja Barrueta y Audun Waage. Creo que es uno de los proyectos de fusión canarios con mayor proyección. Aún andamos dando cola al repertorio del último disco, Acoustic&Funk y estamos a punto de entrar a grabar en estudio el nuevo trabajo que saldrá previsiblemente durante 2011.

-Nos sorprendió la noticia de que no se va a impartir el ansiado grado superior en “música moderna” en los conservatorios de Canarias ¿Cual fue su reacción?

-D. Q.: Ahora mismo hay una convulsión tremenda alrededor del Conservatorio Superior de Canarias. Aún no creo tener un criterio muy fundado. Prefiero dejar que las cosas se aposenten un poco para hacerme una opinión al respecto. Desde luego es fácil deducir que desde la consejería no se están facilitando mucho las cosas. Una de las cosas objetivamente reprochables es el desatino de ofertar guitarra y bajo eléctrico en el grado profesional -¿cómo son esas clases de combo?!- y no dar salida a esas promociones que ya están a punto de acabar el grado medio y no tienen posibilidad de continuar sus estudios superiores. Tiene toda la pinta de ser un parche para salir del paso y «ya veremos después qué pasa» -como siempre-. Parece que cuesta hacer entender que los estudios superiores en materia no sólo de jazz sino también de flamenco o de muchas otras especialidades están reconocidos en casi todas partes. Seguimos a la cola en esa materia. No espabilamos. En realidad no echo la culpa a nadie. Somos todos los que debemos ayudar a concienciar a las clases políticas con nuestra actitud y nuestros actos. Demostrémosles que puede y debe ser una realidad también en Canarias y detengamos el flujo de artistas noveles más que talentosos que se nos escapan a estudiar a la Esmuc en Barcelona o a Musikene en Donosti o a Madrid, o a Pamplona.

-Elíjanos, de su experiencia en la música algún concierto, alguna noche especial…

-D. Q.: Si te refieres a conciertos de otros artistas que me hayan marcado se me ocurren dos: la big band de María Schneider en el Palau de la Música de Barcelona y el quinteto de Michael Brecker en Tenerife durante el Heineken Canarias Jazz & Más creo que en su edición de 2006.Si te refieres a mis experiencias en escena con otros artistas, una vez me caí de culo durante la intro -a piano solo- del concierto de presentación del 2º disco de José Antonio Ramos en el auditorio de Teror, allá por 1999. Con Arístides Moreno, en el 2000 estuvimos en el Festival Emociona! en Madrid sustituyendo a Bebel Gilberto porque ésta se había «caído del cartel» y una azafata que nos atendía en la recepción del teatro nos preguntó si «se había hecho daño». Con Esther Ovejero y con Kike han sido tantas las experiencias que no sabría por dónde empezar. Sin ir más lejos hace unas semanas tocamos en la Cueva de los Verdes en Lanzarote y el promotor de turno se olvidó de la batería, así que hicimos el concierto sin batería, cambiamos el repertorio y aún así sonó interesante. También guardo gratos recuerdos del laboratorio de inventos sonoros en que se convierte el club Jamboree (Barcelona) los lunes por la noche. Tuve ocasión de experimentar con músicos de muy diversas procedencias y estilos. Entre otros, Munir Hussein, Llibert Fortuny, Raynald Colom, Gary Willis, Reid Anderson, Walter Smith III, Liz Wright, Chris Higgins, Anton Jarl, Bill McHenry, Adriano Galante, Guillermo Carrizo, Jefferson Otto o Weleló Zamora.

-Un saludo, gracias por su tiempo…

-D. Q.: Muchas gracias a ustedes.