Collage Frankfurt

El Festival de Música de Canarias llega a su ecuador con uno de los conciertos más esperados de su 36 edición, el de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt, que estará en los dos auditorios capitalinos bajo la batuta del colombiano Andrés Orozco-Estrada, uno de directores más carismáticos y brillantes de la actualidad. En Canarias se presenta además acompañado del jovencísimo violinista japonés Fumiaki Miura, que se está convirtiendo en una revelación mundial. Traen un programa puramente ruso: ‘Una noche en el Monte Pelado’, de Mussorgsky, el Concierto para violín de Tchaikovsky y la Sinfonía Nº5 de Shostakovich.

El concierto será hoy jueves 23 de enero en el Auditorio de Tenerife, y el viernes 24 en el Alfredo Kraus, en Gran Canaria, ambos a las 20.00 horas, en sendas veladas a las que se ha sumado Binter como empresa patrocinadora. Previamente, a las 19.00 horas, se ofrecerá una charla introductoria en una sala anexa a cargo del musicólogo Ricardo Ducatenzeiler, que cuenta con la colaboración de Fundación Cepsa. Aún quedan entradas disponibles.

La Orquesta y su director

Fundada en 1929 como una de las primeras orquestas de Radio de Alemania, la Sinfónica de la Radio de Frankfurt se ha labrado una reputación excelente en el universo musical, gracias a sus múltiples conciertos y sus galardonadas grabaciones, ganándose una merecida fama por su maravillosa sección de viento (donde figura la salmantina Clara Andrada como flauta solista), su cuerda poderosa y el dinamismo de sus actuaciones. «En sus conciertos de abono, con cerca de 3.000 localidades, se suele colgar el cartel de no hay billetes», subraya Jorge Perdigón, director del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC).

Su tradición musical, iniciada por el maestro Eliahu Inbal, que también estuvo la semana pasada en el FIMC, ha brillado bajo la tutela de los directores musicales Dimitri Kitaenko y Hugh Wolff, así como gracias al trabajo del maestro Paavo Järvi, su actual director emérito. La Orquesta es ampliamente reconocida por sus interpretaciones de Mahler y Bruckner, si bien ofrece una extensa gama de estilos y ahora, bajo la batuta de su director musical, Andrés Orozco-Estrada, se asocia no sólo con la excelencia musical, sino con un repertorio variado.

Andrés Orozco-Estrada, director titular desde 2013, “es un ejemplo a seguir», destaca Perdigón, refiriéndose a este maestro nacido en 1977 en uno de los barrios más complejos de Medellín, rodeado de violencia y de la sombra de la muerte en cada esquina. «Fue su madre la que se empeñó en dar salida al talento natural de su hijo», quien en 1997 ya cursaba estudios en Viena.

Su reconocimiento internacional le llegaba en 2004, cuando tomó la batuta en un concierto con la Tonkünstler Orchestra Niederösterreich en el Musikverein de Viena y fue aclamado por la prensa local, que lo consideró «el milagro de Viena». Actualmente sigue consolidándose en la escena internacional como uno de los directores más solicitados de su generación, con una brillante carrera internacional. Y el Festival Internacional de Música de Canarias tiene el privilegio de haber sido testigo de ello: el maestro ya visitó el FIMC en su edición 2016 -junto a una estelar Filarmónica de Londres-, y ahora repite al frente de otra espectacular orquesta.

Fumiaki Miura, una revelación

En la cita con el FIMC estará acompañado por un joven talento, el violinista japonés Fumiaki Miura (Tokio, 1993) que en palabras de su mentor, Pinchas Zukerman, “es un gran violinista, un músico inteligente y sincero capaz de interpretar las grandes obras de todos los tiempos. El arte de Miura nos garantiza el máximo nivel del violín para las próximas décadas”.

Se formó en el conservatorio de su ciudad natal y posteriormente se trasladó a Viena para ampliar sus estudios con Pavel Vernikov y Julian Rachlin. En 2009 fue galardonado con el primer premio en el prestigioso concurso Joseph Joachim Hannover International Violin Competition, donde fue el ganador más joven. Ha colaborado con las más prestigiosas orquestas, invitado por los más renombrados directores y participado en numerosos festivales, visitando las salas más emblemáticas.

Programa puramente ruso

El programa está integrado por ‘Una noche en el Monte Pelado’, poema sinfónico del compositor ruso Modest Mussorgsky, que se inspiró originalmente en un cuento de Nikolái Gógol, en el que un campesino presencia un aquelarre en el Monte Pelado, cerca de la ciudad de Kiev, en la Noche de San Juan. Con mucho de original, el trabajo tiene una historia composicional tortuosa y es conocido en muchas versiones distintas. Fue utilizado en la película ‘Fantasía’ (1940), de Walt Disney, como representación del mal.

La segunda pieza es el ‘Concierto para violín y orquesta en re mayor, Op. 35’ que Tchaikovsky compuso durante una estancia en Suiza en la primavera de 1878, y lo hizo con la ayuda de un compatriota, el violinista Joseph Kotek. El compositor deseaba que el estreno lo realizara un violinista de renombre, pero todos rehusaron, incluido Kotek, y fue Adolph Brodski quien se comprometió a estrenarla como solista, aunque le hizo saber a Tchaikovsky que no le gustaba.

Se estrenó el 4 de diciembre de 1881 en Viena, con Hans Richter dirigiendo la Filarmónica de la ciudad. Las dos facetas del estilo de Tchaikovsky están presentes en el concierto. Por un lado su nacionalismo, reivindicador del folclore ruso, patente en la factura y carácter de los temas, y por otro su academicismo de tradición alemana, reflejado en la sólida construcción formal y en el meditado rigor del tratamiento temático.

La ‘Sinfonía Nº 5 en re menor Op.47’ de Shostakovich fue compuesta entre abril y julio de 1937, una reacción del músico contra el criticismo, para la celebración del vigésimo aniversario de la revolución de octubre. Se estrenó en Leningrado el 21 de noviembre de 1937, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Leningrado dirigida por Yevgeny Mravinsky, logrando un enorme éxito. Según el violonchelista Rostropovitch, la gran ovación que acogió su estreno evitó a Shostakovich su desaparición. En enero de 1938 la obra era presentada en Moscú y luego en New York y París, logrando siempre un extraordinario éxito.

Definida por su autor como una sinfonía lírico-heroica, su idea principal es la experiencia emocional y el optimismo triunfante del hombre. “Quería mostrar cómo, venciendo una serie de conflictos trágicos, debidos a la lucha intensa que agita violentamente al alma humana, nace el optimismo como una concepción del mundo. Toda obra de arte contiene elementos autobiográficos y el tema de mi sinfonía es el de un hombre que se está haciendo”.

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