Sin_titulo_alasEl inclasificable Félix Albo representa este sábado (20.30 horas) en la Sala Insular de Teatro (SIT) ‘El pueblo de los mellados’, show recomendado por los profesionales de la Comisión de Teatro y Circo de la Red Nacional de Teatros. Albo, que cumple 20 años en el mundo del espectáculo, califica este delirante montaje, que mezcla con precisión humor e intriga, como «la historia de misterio más divertida que jamás se haya imaginado».

En ella, cuatro asesinatos perturban la vida de un tranquilo pueblo de costumbres variopintas. Lejos de devolverle la paz, la investigación llevada a cabo por un guardia civil autóctono, un alto cargo y dos agentes en prácticas venidos desde la capital altera aún más a los pobres lugareños.

Hay sospechosos, sí, pero también un santo, un forastero, una moza de Beniel (Murcia) y un sinfín de personajes más, incluidos los muertos: un panadero, un campanero, un pescadero y un enterrador.

La descripción de todos esos personajes y de los espacios, la sucesión de los hechos, las notas al margen, la gestualidad y el gran dominio de la palabra de Albo impactan y hacen reír a los espectadores que, durante la hora y pico que dura la obra, asisten atónitos a una cascada de hilarantes situaciones.

A partir de 10 euros (más descuentos), las entradas están a la venta a través de los canales habituales de la SIT: taquilla del Teatro Cuyás (c/ Viera y Clavijo, s/nº, Las Palmas de Gran Canaria); las páginas web www.teatrocuyas.com y www.entradas.com y el teléfono 902 488 488, así como la taquilla de la propia SIT (Avda. Primero de Mayo, s/n, Las Palmas de Gran Canaria) hora y media antes de cada función.

HUMOR Y MÁS.

En 2011, Albo hizo su primera gira por teatros. Su sencillez sobre el escenario contrastaba con la plenitud y satisfacción del público. Desde entonces, adapta, también para espacios más pequeños, sus mejores historias para toda clase de públicos.

El humor es el hilo conductor de todos sus espectáculos. Un humor elaborado, hilarante, disparatado, a veces mordaz y crítico, pero nunca vulgar, y que toma fuerza al rato de haber sido sembrado.

Sin embargo, en sus espectáculos no todo son chistes. Cada uno cuenta una historia y cada historia posee un universo propio, con personajes tan pintorescos y únicos como su autor, con un desarrollo disparatado y sorprendente y un final a lo grande.