El payaso Luis Monzón es el responsable del Festival Internacional de Payasos ‘3 días de Farándula’, que se celebra en el municipio de Valsequillo del 2 al 5 de noviembre. Una cita para los amantes del humor y la diversión que convertirá el municipio grancanario en el punto de encuentro de los mejores profesionales de las artes escénicas que aúnan humor, ironía, interpretación, malabares, teatro de calle…y, sobre todo, muchas ganas de pasarlo bien.
«No es normal que un municipio pequeño como Valsequillo logre mantener un festival de payasos durante 17 años ya. Pero cuando llega se nota en el ambiente que la gente, de todas las edades, está dispuesta a disfrutar como niños», indica Luis Monzón, director de este festival, también conocido como payaso Chincheta.
«Ser payaso es lo único que sé hacer, aunque también se me da bien ordeñar vacas y cabras, pero reconozco que de payaso se trabaja menos y se ríe uno más», indica este apasionado de las payasadas, cuyo trabajo es su filosofía de vida, «de entender que la vida sin risas no es vida». En 1989 nació el payaso Chincheta y desde entonces Luis no ha parado de formarse y trabajar con la mirada puesta en la necesidad de crear espacios, encuentros, convivencias, y jornadas para poder regalar felicidad y alegría. Con este propósito surge la idea de crear ‘3 días de Farándula’ «Fue el primero que nació en Canarias, aunque también somos los pobres. No nos tienen muy en cuenta, pero seguimos remando y peleando para que no desaparezca. Después del de Valsequillo han surgido en otras islas y lo importante es que sigan surgiendo más para poder dignificar y visualizar la figura del payaso», apunta Luis.
Alrededor de 300 artistas han llenado de risas y entretenimiento las calles y plazas de Valsequillo durante todos estos años y se espera que en esta edición más de 5000 personas visiten el municipio durante el fin de semana. Artistas internacionales como Gardi Hurte, Aziz Gual, Anthony Space, Oscar Zimmerman, Chacovachi, Fanchullini formaron parte del cartel en ediciones anteriores al igual que Pepe Viyuela, Antonia San Juan, Maestro Florido o Abubukaka. En esta ocasión el madrileño Dos perillas, un referente en el panorama cirquero nacional, será el encargado de cerrar ‘3 días de Farándula’. «Es indiscutible que a nivel nacional e internacional tiene repercusión mediática, igual no tanto como me gustaría pero nuestros recursos económicos son muy modestos. Creo sinceramente que en Canarias se conoce el festival y por ende el municipio. En estos 17 años ha habido un crecimiento en cuanto a calidad de los artistas y evidentemente eso ha hecho que se convierta en un evento popular. Para mi es un orgullo que un niño o niña en Valsequillo entienda que ser payaso es un oficio como cualquier otro. Creo que eso es fruto de la cultura, la educación y el trabajo que hemos hecho durante estos años», asegura Monzón. ‘3 días de Farándula’ contará en esta edición con 15 espectáculos para todos los públicos y todas las edades, conciertos en directo, una exposición y una entrega de premios a los mejores de espectáculos de esta edición cuyo jurado está compuesto por los niños y niñas que pasen por Valsequillo.
Alfonso Aragón Bermúdez ‘Fofó’ hubiera cumplido 100 años este año. Con sus hermanos Gaby y Miliki creó el trío más famoso de la televisión de finales de los 70 en España: ‘Los payasos de la tele’, que formó parte de una generación que entonaba un «bien» cuando les preguntaban cómo estaban. Luis Monzón fue uno de esos niños a los que marcó Fofó y Charlie River y que muchas décadas después asegura que se puede vivir de esta profesión: «llevo más de 20 años sobreviviendo como payaso, es cierto que hay que dedicarle mucho tiempo a este oficio y tenerle mucho amor, porque no es fácil, además de tener una familia que te apoye y que reme en la misma dirección». Sin embargo, Luis reconoce que esta profesión ha sido y es maltratada. «El payaso es denostado por la sociedad diariamente. La propia palabra en sí, desgraciadamente, es insultante. Lo peor que llevo es cuando le llaman payaso a los político, ahí si que me siento ofendido. Ser payaso es una profesión muy digna. Algunos políticos, con todos mis respetos, no llegan a los payasos ni a la altura de los zapatos», indica Luis.
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