La Biblioteca Insular de Gran Canaria acoge el día 2 de noviembre, a las 18:30 horas, la presentación del volumen siete de la colección ‘La isla de los canarios’, titulado ‘Hacer o no ser. Tradición alfarera y vida cotidiana’, de autor Miguel del Pino Curbelo.
El acto de presentación del citado volumen publicado por el Departamento de Ediciones de la consejería de Cultura del Cabildo grancanario, contará con la presencia de la consejera de Cultura del Cabildo, Guacimara Medina, así como del citado autor y del director de la mencionada colección, Javier Velasco.
En ‘Hacer o no ser. Tradición alfarera y vida cotidiana’, Curbelo formula un trabajo exhaustivo sobre las producciones loceras, consideradas uno de los símbolos más reconocidos del legado prehispánico insular y uno de los elementos más empleados en la construcción étnica del antiguo canario. A través de la información proporcionada por varios yacimientos arqueológicos, el autor explora y explica los procesos sociales asociados a la cerámica, desde la captación de la materia prima para su elaboración, hasta el uso que pudo darse a cada tipo de piezas, sin olvidar la lectura histórica que las hizo únicas. Lejos de conformarse con la descripción de la forma y la técnica, el autor del volumen siete de la colección ‘La isla de los canarios’ avanza en la comprensión de un material que, como así expone, ayudó a construir identidad a lo largo de los siglos.
Como explica en el prólogo de este nuevo libro el director de esta colección, Javier Velasco, “hablar de las producciones cerámicas de los antiguos canarios es relatar desde dentro la historia de esas gentes que hicieron de Gran Canaria su lugar en el mundo”. El autor nos ofrece en las páginas de su libro “una mirada enriquecedora, no circunscrita solo al mejor conocimiento de las producciones cerámicas de los antiguos canarios, sino también a una de las expresiones de su materialidad social que mejor contribuyen a definirlos históricamente. Tiene de especial que nos acerca a las personas que, en diferentes tiempos y de diferentes modos, construyeron la isla de los canarios”, señala Velasco.
Curbelo deja claro que las producciones loceras, sin duda constructoras y transmisoras de identidad y de sentido de colectivo, muchas veces se elaboraron para definir unidad, pero también para distinguir. En los gestos de elaboración de la loza, en el uso cotidiano o excepcional de estos materiales se conjugan el hábito y la novedad para la construcción y la reconstrucción diaria de la identidad social. Todo ello sin entrar en la literalidad de la belleza de unas artesanías que, aun pasado el tiempo, siguen fascinando por el cuidado de su factura.
Frente a la tradicional visión de la loza prehispánica como un todo único, continuo y atemporal, Miguel del Pino Curbelo invita a valorar el cambio y la innovación en estas producciones como un exponente de un dinamismo social reconocible a lo largo de esta secuencia histórica. Hasta el punto, casi al final de la obra, de hacernos partícipes de la interesantísima reflexión que encabeza con la pregunta: “Canarios, ¿qué canarios?”.
Una colección cercana, pero rigurosa
La colección ‘La isla de los canarios’ persigue ofrecer al conjunto de la ciudadanía una información sobre los antiguos habitantes de Gran Canaria que sea, sobre todo, actualizada, rigurosa y con una evidente fundamentación científica. Pero también, como premisa básica, pretende ser cercana, directa y accesible. Por ello se aboga por unos textos en los que desde luego no proliferen los tecnicismos, pero tampoco las vulgarizaciones y, sobre todo, que sean capaces de ofrecer una visión humanizadora de este pasado compartido sobre la base de la investigación arqueológica más actual.
Desde el número primero de esta colección, el tiempo ha tenido un papel protagonista en las explicaciones ofrecidas sobre los primeros pobladores de Gran Canaria. Así, el cuestionamiento del momento en el que se produce el primer asentamiento estable de gente en la isla, la propuesta de cambios diacrónicos en las fórmulas funerarias o en la explotación de los recursos que ofrecía el mar han formado parte del discurso vertebrador de La isla de los canarios.
Como se indica en la contraportada de la colección, se aspira a ofrecer explicaciones históricas sobre estas poblaciones, desde el inicio del poblamiento hasta el momento de la colonización castellana, “en un intento de ofrecer respuestas veraces a algunos de los interrogantes que todavía ser ciernen sobre ellos”.
Es una colección pensada para un público amplio, que cada vez demanda más información sobre el patrimonio arqueológico insular. También para que los y las docentes cuentes con un material que pueda servirles de apoyo para abordar estas materias en sus actividades formativas. En definitiva, un libro con el que cualquier persona pueda identificar ese pasado como algo propio y evocarlo en el momento de visitar museos o yacimientos arqueológicos.
En los todos los volúmenes publicados hasta la fecha en esta colección se ha conferido especial importancia a las ilustraciones, buscándose ofrecer una imagen cercana, realista y plural de aquellos antiguos habitantes de la isla y de su legado material. Como en los anteriores, el excepcional trabajo de Agustín Casassa convierte a este libro en un referente de edición cuidada, plagada de imágenes estéticamente impecables, a la vez que dotadas de una enorme capacidad explicativa.
En los últimos años la “imagen del antiguo canario” ha sufrido importantes cambios, entre otros gracias al trabajo de creadores como Agustín Casassa, que han ayudado a generalizar una visión de estas poblaciones mucho más normalizada, cotidiana, diversa y, sobre todo, de mayor cercanía.
La difusión constituye uno de los elementos esenciales en el diseño de cualquier modelo de gestión cultural asociado directa o indirectamente con el patrimonio histórico. Así, es ineludible el compromiso por garantizar que las narrativas sobre nuestro pasado lleguen al máximo de personas posible, lo que exige diversificar lenguajes, fórmulas y soportes de comunicación, sin que ello suponga en ningún caso una pérdida de la esencia de sus contenidos. La colección “La isla de los canarios” quiere transitar por ese camino. En este sentido, es inevitable pensar que a estas alturas ya no es suficiente la descripción casi contemplativa de los yacimientos o los restos que allí encontramos, ni su mera exhibición para explotar su “natural atractivo”. No hay duda de que resulta mucho más eficaz que todos estos elementos que conforman el patrimonio arqueológico insular se incorporen a discursos elaborados, comprensibles, pertrechados de datos contrastables, con capacidad explicativa y generadores de cercanía.
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