La escritora y periodista catalana Laura Fernández protagoniza el próximo encuentro literario con el público organizado por la Casa-Museo Pérez Galdós, el día 7 de febrero, a las 19.00 horas, en el que la autora de títulos como ‘Wendolin Kramer’, ‘Bienvenidos a Welcome’, ‘Connerland’ o ‘La chica zoombie’, desvelará las claves de su universo literario caracterizado por buenas dosis de locura, sorpresa y humor bajo las que se esconden tramas muy bien argumentadas.
La cita, que forma parte del ciclo ‘Escritores en la Casa-Museo’ que organiza la Casa-Museo Pérez Galdós, será con entrada libre hasta completar aforo.
Periodista, escritora y crítica literaria y musical, Laura Fernández nació en Terrasa en 1981. Actualmente colabora en El Mundo, Qué Leer, Mondo Sonoro, Playground y Go-Mag. Debutó con ‘Bienvenidos a Welcome’ en 2008 y en 2017 publicó su última entrega, ‘Connerland’, una compleja y ambiciosa novela en torno a la creación literaria. Antes pasó por ‘Super Pop’ y fue reportera de televisión. Mucho antes trabajó en un videoclub y montó una banda. Es autora de la ‘sit–com’ galáctica ‘Bienvenidos a Welcome’ (Elipsis, 2008) y de la sátira superheroica ‘Wendolin Kramer’ (Seix Barral, 2011) y ‘La chica zombie’ (Seix Barral). Quimera ha publicado dos de sus historias de Rethrick (‘¿Por qué, por todos los dioses galácticos, tenía que ser ELLA?’ y ‘Cafeteras de Otro Mundo Vanderbilt’), y la tercera (‘¡Maldita seas, Doris Dane!’) fue incluida en la Black Pulp Box (Aristas Martínez, 2012). Otro de sus relatos, ‘Oh, Vinnie Kansas, ¿no harías tú lo mismo?’ formó parte de la antología ‘La lista negra. Los nuevos culpables del policial español’ (Salto de Página, 2009).
Su admirado Philip K. Dick, su autor totémico, recuerda Fernández que murió en 1982 poco antes de que se estrenara la exitosa película ‘Blade Runner’, de Ridley Scott, basada parcialmente en su ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’. De alguna manera en su novela ‘Connerland’ también le sucede lo mismo a su protagonista, Voss Van Conner, un escritor de ciencia ficción que alcanza la fama después de muerto y decide gestionar su éxito a través de una médium. La soledad, otro distintivo marca de la casa, está presente en algunas de sus novelas, porque como la propia Fernández recuerda: «Yo he sido hija única, y he crecido leyendo, yendo a otros sitios sin salir de casa a través de la lectura. En mis novelas digo todo lo que quiero sobre lo que significa para mí la escritura y la literatura, y sobre el consuelo que te puede dar la lectura, y felicidad».
La periodista catalana tardó cinco años en escribir su última novela. Y el resultado fue «un texto denso» que tuvo que ver con que en ese tiempo se entregó a la lectura de ‘El rey pálido’, de David Foster Wallace.
Otro rasgo de su escritura es el humor: «Me gusta reírme de los personajes, de mí y de las situaciones. Soy ridícula. Aceptemos nuestras ridiculeces y presumamos de ellas», dice. «El humor es lo que te convierte en alguien invencible», ha explicado la escritora, que considera que si uno se ríe primero de sí mismo, nada puede dañarle porque funciona como una armadura, en un mecanismo que les funciona a los personajes en las novelas.
Joven descarada, reivindica la herencia de su educación sentimental y cultural con la que ha crecido, desde las novelas de Stephen King, a películas de ciencia ficción, comedias como ‘Cariño, he encogido a los niños’, ‘Gremlins’ o ‘Roger Rabbit’, que “me marcó muchísimo y es el epicentro de todo lo que hago: darle a lo que son dibujos animados una vida adulta de mierda», ha explicado la autora en alguna ocasión.
Sobre su condición femenina señala nunca ha pensado en sí misma como mujer ni como hombre. “Como diría Siri Hustvedt, la mayor parte del tiempo somos personas, solo a ratos somos hombres o mujeres, o lo que se entiende como tal, y yo, la verdad, casi nunca. Me siento como una niña que sigue jugando con muñecos, solo que los muñecos ahora no son reales, solo están en mi cabeza. Llevo escribiendo desde los 12 años, sin parar, porque no puedo no hacerlo, publicar y todo lo demás, solo son consecuencias de haber hecho llegar lo que he escrito a gente a la que podía gustarle y a la que ha acabado gustándole mucho”.
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