TEATRO ULTIMO TREN A TREBLINKA2 (3)

Parte del público que asista este fin de semana a las representaciones de ‘Último tren a Treblinka’ se podrá sentir como uno de los niños protagonistas de la obra, asistiendo desde las camas, literas o mesas que forman parte del escenario a la organización interna, a los miedos y alegrías de un orfanato situado en el gueto de Varsovia durante los años del nazismo. Entre 15 y 25 espectadores serán, de forma voluntaria, parte del elenco participando en la representación en calidad de ‘extras’.

El espectáculo, basado en hechos reales, narra el experimento pedagógico desarrollado por el doctor Janusz Korczak (Varsovia 1879-Treblinka, 1942) en este orfanato, así como a la búsqueda infatigable de sustento y la ilusión que, pese a todo, nunca perdieron. La obra es una hermosísima historia llena de valores y principios, un canto a la esperanza y a la solidaridad.

‘Último tren a Treblinka’ viene avalada por el éxito de público y las numerosas nominaciones y premios obtenidos, entre ellos las nominaciones finalistas al mejor espectáculo y mejor dirección de escena de los XXI Premios Max, premio ‘Teatro Rojas XXVII edición’ al mejor texto de autor español y al mejor espectáculo’ y el premio mención de honor del público del festival ‘Don Quijote’, de Paris.

Las dos representaciones, que forman parte de la programación del Organismo Autónomo de Cultura (OAC) del Ayuntamiento de Santa Cruz, que preside la primera teniente de alcaldesa, Matilde Zambudio, tendrán lugar los días 8 y 9 de noviembre a las 20:30 horas.

Como es habitual cuando las representaciones pueden ser de interés para la comunidad escolar, el área municipal de Cultura ha programado una sesión especial para alumnos que tendrá lugar el viernes 8, a las 10:30 horas. El OAC se ha puesto en contacto con centros educativos y está previsto que asistan aproximadamente 500 alumnos de cuarto de la ESO, primero y segundo de bachillerato y ciclos formativos. Los escolares proceden de ocho institutos de prácticamente toda la isla: Santa Cruz, La Orotava, Los Realejos, Adeje, Granadillas.

Las entradas para las representaciones, al precio de 27, 23 y 19 euros, se pueden adquirir en la taquilla del Teatro Guimerá de martes a viernes, de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 horas y el sábado dos horas antes de que comience la función. También se pueden comprar por teléfono llamando al 922.609.450 o a través de la página web www.teatroguimera.es. Las personas con carné del Guimerá, jóvenes entre 13 y 16 años, mayores de 65, familias numerosas y discapacitados a partir del 33 por ciento se pueden beneficiar de diferentes tipos de descuentos.

La puesta en escena, a cargo de ‘Vaivén producciones’, es un homenaje tanto a estos menores como a Korczak. El resultado es una obra escrita por Patxo Tellería y dirigida por Mireia Gabilondo que narra como Korczak regentó el citado orfanato de doscientos niños durante la segunda Guerra Mundial y como luchó por dignificar sus vidas, hasta que finalmente fue llevado al campo de exterminio de Treblinka, donde murió con ellos. ’Último tren a Treblinka’ pretende ser una denuncia que señala con dedo acusador cómo todavía hoy la mayor parte de las víctimas de los conflictos siguen siendo niños y la mayor parte de los niños siguen siendo víctimas de los conflictos.

Ambientada en agosto de 1942 se sitúa en ese orfanato organizado por los niños con sus propias normas, regido Janusz Korczak con el apoyo de Stefania Wilczynska. Trabajando mano a mano con los niños corresponsabilizó a los pequeños de la gestión de sus dos orfanatos: les permitió redactar sus estatutos, discutir en común los asuntos disciplinarios y poner las sanciones. Coloquialmente llamó ‘repúblicas de los niños a dichos centros (uno para cristianos, otro para judíos), pues ambos tenían parlamento, notaría y hasta caja de préstamos. Dentro los chicos hacían teatro, radio y una revista. Para que inconscientemente se formaran una idea de lo que les esperaba, poco antes de ser enviados a Treblinka montó con ellos ’El cartero del rey’, drama poético de Tagore donde el pequeño Amal, convaleciente, aguarda a la Parca.

En ‘Último tren a Treblinka’ la vida continúa, los mozos bailan, se enamoran, se casan y contemplan el porvenir con fe. La alegría y vitalidad que transmiten sus protagonistas, en contraste con lo que les espera, es un logro de la directora, Mireia Gabilondo y del autor del texto Patxo Telleria, pero también de Ana Pimenta y de Bernués, ideólogos del proyecto.

Dedicado al mundo de la infancia, este médico polaco era un hombre obsesionado con la idea de la educación e ideó un sistema para varios orfanatos en su país natal antes de la invasión nazi. No solo cuidaba a los niños en sus necesidades más básicas, sino que tenía como objetivo una educación emocional e intelectual. El culmen de toda su labor educativa fue la creada en el gueto de Varsovia. En palabras de Ana Pimienta, “el público se engancha porque, aunque hablamos de sucesos reales de hace casi ochenta años, vivimos un tiempo de amenazas del totalitarismo que no son tan ajenas a lo que se cuenta en la obra”.

En la puesta en escena también se habla, aunque no explícitamente, de la opresión militar aunque solo aparezcan dos militares nazis, de un universo sombrío, de la falta de libertad, de la locura del mundo actual y de los refugiados.

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