Primer plano de Arminda, símbolo de Cueva Pintada.

Arminda, la joven hija de Fernando Guanarteme, su amigo  Fernandillo y Zarem, un simpático lagartito que representa la fauna de Gran Canaria, son los anfitriones de ‘TitereAndo’, la visita dinamizada guiada familiar al poblado del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar. Las marionetas que representan a los personajes que se han convertido en símbolo del centro museístico se encargan de guiar a las familias por los puntos clave del famoso yacimiento. La actividad, que es gratuita, se lleva a cabo el día 9 de marzo, a las 11:00 horas, con inscripción previa.

La propuesta ‘TitereAndo’, especialmente diseñada para la participación de familias con niñas y niños, se realiza gracias a la colaboración de la compañía ‘Entretíteres’. Se requiere inscripción previa, llamando de lunes a viernes, de 09:00 a 14:00 horas, al teléfono: 928 895 489 (ext.3) o en el propio Museo.

‘TitereAndo’ es el programa de visita con títeres de la Cueva. El objetivo es caminar con “mis pequeños pies” para recorrer con Arminda algunos puntos claves del poblado, a través de una narrativa infantil y curiosa.  Arminda es un personaje histórico real y el resto de personajes nacen de la imaginación de Dolores Campos-Herrero y su libro ‘Arajelbén (hasta otro día). De cómo se conocieron Arminda y Fernandillo’, y de Pedro Flores y su cuento ‘El tesoro del Mocán’. Ambos pertenecen a la colección ‘Las aventuras de Arminda’.

Cueva Pintada inspira. El origen

En septiembre de 2006 se presentó en el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada el cuento infantil ‘Arajelbén (hasta otro día). De cómo se conocieron Arminda y Fernandillo’. Pocos días después, esa misma historia se representaba con marionetas en el propio museo y, al tiempo, se ponía en marcha ‘TitiriteAndo en la Cueva Pintada’, que permitía trabajar en familia con los personajes y la historia de Arajelbén.

Culminaba así el largo proceso de diseño y producción de una acción didáctica que se había empezado a gestar en el seno del proyecto museográfico del centro. De forma que lo que comenzó siendo una aventura literaria, acabó por convertirse en una acción didáctica integral, contribuyendo a la difusión de los contenidos que ofrece la Cueva Pintada, además de ser un reclamo para la visita al yacimiento, escenario real en el que se desarrollaron las aventuras de Arminda.

El punto de partida de este proyecto consistía en transformar a la protagonista de los audiovisuales que se proyectan en el Museo, Arminda, en el personaje central de un cuento infantil. Posteriormente, debía ser dramatizado para que la historia pudiera ser representada con títeres, y culminarlo con la oferta de un taller concebido para el público infantil y familiar. La necesidad de contar con una historia o cuento que sustentara el resto de la acción didáctica llevó a plantear la posibilidad de que este cuento se convirtiera finalmente en un proyecto editorial que traspasara las fronteras del propio museo.

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