‘Cómo robar a un país’ es el título de la nueva película que proyectará Filmoteca Canaria dentro del ciclo el ‘Documental del Mes’, una cinta que destapa un grave caso de corrupción en Sudáfrica con la implicación de quien fuera su propio presidente hasta 2018. Se podrá ver en espacios de El Hierro, Gran Canaria, Fuerteventura, Tenerife y La Palma, del 22 al 27 de mayo.
Las sesiones serán este sábado 22 en el Centro Cultural Ana Barrera Casañas de Frontera, en El Hierro; el martes 25 en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria; el miércoles 26 en auditorios de Puerto del Rosario y Corralejo, en Fuerteventura; y el jueves 27 en el Espacio La Granja y en Multicines Millenium de los Llanos de Aridane, en La Palma. La proyección es en VOSE (inglés y zulú).
‘Cómo robar a un país’ es obra de Rehad Desai, uno de los documentalistas africanos más notables, y Mark J. Kaplan, también uno de los principales realizadores sudafricanos, cuyas películas se centran en temas sociales y políticos, de derechos humanos y memoria histórica. El año pasado fue seleccionado en al menos cinco festivales internacionales, entre ellos de Australia, Nueva Zelanda, Países Bajos y Sudáfrica.
Cuenta cómo un grupo de periodistas de investigación destapa un caso de corrupción en el que está implicado Jacob Zuma, quien fue presidente de la República de Sudáfrica hasta hace tres años. Poco después, la redacción recibe una campaña de desinformación. La investigación parte de dos jóvenes de una empresa tecnológica que encontraron las pruebas que dejaban al descubierto el modus operandi tras el secuestro económico del estado de Sudáfrica, por parte de intereses privados y con la ayuda de algunos políticos.
Gracias al amigo Zuma, los miembros de la familia india Gupta utilizaron los fondos de un país en su propio beneficio para adquirir participaciones de las minas de carbón, de medios de comunicación y de empresas tecnológicas e, incluso, para ocupar algún cargo público.
Cuando se abre una investigación judicial, el presidente Zuma declara que todo son mentiras y noticias falsas. Frente al aumento de los vínculos entre intereses privados y el Gobierno, los periodistas se preguntan si queda lugar para la justicia en la incipiente democracia sudafricana, que con tanto esfuerzo costó ganar.
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