El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada despide el mes de abril con actividades artísticas para todos los públicos. La flauta de pico o flauta dulce nos transporta a la época del barroco con un exquisito repertorio centrado en las obras de Bach y Telemann. El concierto ‘La flauta de pico en Bach y Telemann’, interpretado por Javier Mederos (flauta de pico), Dávide Paiser (violonchelo barroco) y Vicent Bru (clave), se celebra el día 27 de abril, a las 19:30 horas. La narración oral y la danza, por su parte, tomarán la noche del sábado, día 29 de abril, de la mano de Orlando Santana, la bailarina Carmen Macías y la ilustradora Marta Nieves. La actuación también será a las 19:30 horas.
Ambas actividades son gratuitas, aunque requieren de inscripción previa. Las reservas se pueden formalizar desde el lunes, 24 de abril, de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 horas llamando al teléfono 928 89 54 89 (ext.3).
Música barroca en la Gáldar colonial
En el yacimiento de Cueva Pintada se cuentan por cientos los hallazgos de materiales que nos aproximan a la época de la transición colonial. Tras este proceso de contactos y de conflictos, las islas se convierten en tierra de acogida para las personas que provienen del continente, entre las que se encuentran excelentes músicos europeos que llegan a las islas para componer. Los nuevos estilos y formas musicales viajan también y llegan al territorio insular. El concierto ‘La flauta de Pico en Bach y Telemann’ del jueves, día 27 de abril, ofrece un completo repertorio del más puro barroco, resonando en uno de los patrimonios arqueológicos más importantes de Canarias.
‘De la cueva a la luna’
El sábado, día 29 de abril, a las 19:30 horas, el narrador Orlando Santana, la bailarina Carmen Macías y la ilustradora Marta Nieves proponen un recorrido especial a través del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. El conejo, como personaje de la literatura oral, y su velocísima hermana, la liebre, son la fuente de inspiración para crear este peculiar recorrido que celebra la primavera en el año lunar del conejo. La danza y la narración se funden con frescura a medida que nos acercamos, real y simbólicamente, al espacio emblemático de la Cueva Pintada: la cámara decorada.
‘De la cueva a la luna’ es un espectáculo itinerante cuyos límites son los del espacio para el que fue concebido, El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Se trata de un recorrido abierto a la improvisación, en el que sus creadores quieren hacernos sentir el poder de los símbolos y también hablarnos sobre nuestro anhelo de conexión con la naturaleza. “La naturaleza del recorrido es tanto real como simbólica”, explica Orlando Santana, “porque, al adentrarnos en el yacimiento, también nos ponemos frente a otra cueva. Imaginamos esa madriguera mítica donde presenciamos la transformación de los animales en humanos y viceversa; un acto mágico que tiene un papel central en el imaginario de las primeras culturas humanas, y que ha llegado hasta nosotros gracias, también, a los cuentos de tradición oral”.
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