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La iniciativa La literatura es femenina, que está llevando a cabo la Diputación del Común a través del Proyecto Demos, financiado por la Unión Europea, para reflexionar sobre el desequilibrio de género en este ámbito cultural, celebró, este miércoles 14 de abril, en streaming, un encuentro entre las escritoras Elsa López y Fátima Martín, que contó con la presencia del coordinador del proyecto, Alex Leto y fue presentado por la adjunta de Igualdad y Violencia de Género de la Diputación del Común, Beatriz Barrera. En este diálogo se reflexionó sobre la importancia de los galardones literarios y cómo pueden impulsar las carreras y dar visibilidad a escritoras que están empezando.

Las escritoras Elsa López y Fátima Martín, que ambas han recibido premios literarios, coinciden en que los galardones son una puerta que se abre. En palabras de la primera, es una cadena: “En el momento en que te conocen, no solo los miembros del jurado, sino la prensa, supone mucho para cualquier escritora”. Esta creadora aclaró también que su primer premio le sirvió de mucho, pero que huye de la idea elitista de algunos respecto a los galardones: “No por tener premios eres mejor, no te da motivo para creerte el no va más”. Elsa López confesó que se había presentado a muchos premios, en secreto, que no le fueron concedidos; aún así, aconseja a la gente joven que lo haga, que presente su obra.

“De pronto te miran en todos lados, y en todos los sentidos: con una actitud, a veces muy crítica, y, en otras, te reciben con los brazos abiertos”, aseguró Fátima Martín, ganadora del Premio de Narrativa Torrente Ballester 2017. Esta escritora explicó por qué ella se presentó al concurso: “Me planteé presentarme a más de 20 premios, para medir qué posibilidades tenía y que diagnosticaran mi literatura”. Martín quería que su obra se editase, no pensaba en ganar un premio. “Cuando me dieron la noticia casi me caigo de la silla, no entraba en mi imaginario esa opción”, añadió.

Un mundo complejo

El mundo literario, en materia de premios, es un mundo complejo. Elsa López confesó pensarse mucho a qué concurso presenta qué obra: “Cuando me planteo presentarme un premio miro quién lo va a publicar si gano”. López comentó que ella se presenta a los premios “para que ese libro salga al mercado sin necesidad de hacer un viacrucis por las editoriales”.

El coordinador del proyecto La literatura es femenina, Alex Leto, ofreció datos de la gran brecha existente, incluso hoy en día, en los premios literarios. “En la última década solo han ganado más premios las mujeres que los hombres en 2013, 2019 y 2020”, explicó el coordinador del proyecto.

Aun ganando el Torrente Ballester, Fátima Martín no ha tenido la experiencia de ser publicada por una editorial tradicional, ya que su novela la editó la Diputación de La Coruña. Martín aseguró que le gustaría también recorrer ese camino, porque en la edición digital, “hay un caos que no termina de encontrar camino. Como un torrente de agua en una tormenta”. Por su parte, Elsa López compartió que hay editoriales en las que “lo que prima es lo que merece la pena”. “En mis manos yo he tenido la biografía de Antonio el Bailarín (Antonio Ruiz Soler), y la historia de su relación con la Duquesa de Alba. Era un libro escandaloso, y decidí no publicarlo. Publiqué un libro del que aún tengo ejemplares sin vender, y de esto hace 30 años”, comentó como anécdota López.

Asimismo, la autoedición también fue objeto de reflexión en este Diálogo. “Tiene que haber criterio, una orientación o asesoramiento”, advirtió Martín ante el peligro de realizar una inversión de esta envergadura.

Tras los pseudónimos

En la mayoría de premios literarios se exige la presentación a través de un pseudónimo o lema, para evitar conocer el género del autor o autora. Aún así, en este encuentro se comentó que los jurados tratan de saber quién está detrás del escrito. “Cuando estuve en 2018 en el jurado del Torrente Ballester, coincidí con Luis Sepúlveda. Ese año apostamos por que era una mujer la ganadora, por su intimismo, y acertamos; pero equivocamos la nacionalidad: pensamos que era argentina y era murciana”, comentó Fátima Martín. A raíz de este rasgo, que identificó Martín como propio de la escritura de una mujer, Elsa López comentó que, si hay una literatura femenina. “no es por el contenido o por la forma, sino por quién la escribe”. Y pone de ejemplo El huerto de Emerson, de Luis Landero. “Cuando él describe a las mujeres de su casa, sus labores, la cocina, una comida; cómo pueden decir que sólo las mujeres son capaces de escribir con sensibilidad”, comentó López. La catedrática y doctora en Filosofía plantea la duda como base de su vida, y duda de los prejuicios y las ideas preconcebidas, de las que actualmente huye.

Todas estas ideas van cambiando con los años, como apunta Elsa López, y en todas las facetas de la cultura: en el cine, las series, la música. “Se están viendo personajes que son mujeres detectives que investigan con arrojo; esas medallas que les colgamos hace muchos años a los hombres”, explicó. López ve la literatura como fruto de lo que vivimos, pero también como un arma “cargada de futuro”, dijo, citando a Blas de Otero.

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