x © Aarón S. Ramos

La Fundación CajaCanarias ha inaugurado en su Espacio Cultural del Puerto de la Cruz (Calle San Juan, 16), la exposición “Chema-Madoz XXI”, una muestra retrospectiva que recorre el universo creativo del Premio Nacional de Fotografía a lo largo del período 2000-2005 y que, a su vez, protagoniza la reapertura de la sala portuense lo que, sumado a la reciente inauguración del Espacio Cultural de Garachico, amplía significativamente la oferta cultural de la Fundación CajaCanarias en la isla. La selección de creaciones del genial artista madrileño se despide, de este modo, tras su exitoso paso por los Espacios Culturales CajaCanarias de Santa Cruz de Tenerife y La Palma, donde ha sido visitada por casi 9.000 personas, y permanecerá abierta al público hasta el próximo 2 de octubre. El horario de apertura para contemplar la muestra es: martes a sábado (10-13 y 17-20 horas), y domingo (10-13 horas). Los lunes y días festivos el Espacio Cultural CajaCanarias del Puerto de la Cruz permanecerá cerrado.

Para la preparación de esta retrospectiva, la más ambiciosa y completa de cuantas se han hecho en relación a la obra de Chema Madoz, la Fundación CajaCanarias ha contado con la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte desde “Promoción del Arte”, una importante iniciativa a nivel estatal de exposiciones itinerantes. 39 imágenes componen la muestra, además de un largometraje documental que permite al visitante conocer de manera detallada la labor creativa de Chema Madoz

Chema Madoz

Nacido en Madrid, en 1958, Chema Madoz cursó estudios de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid, simultaneando esta formación, entre 1980 y 1983, con la de fotografía, en el Centro de Enseñanza de la Imagen. Su primera exposición monográfica se celebra, precisamente, en el curso 83, con una muestra en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid.

Es a partir de 1990 cuando Chema Madoz comienza a desarrollar el concepto de objetos, tema constante en su creatividad fotográfica hasta la fecha, recibiendo en 1993 el prestigioso Premio Kodak. A finales de la década de los noventa, el recorrido creativo de Madoz alcanza un punto culminante: el Museo Nacional Reina Sofía le dedica la exposición individual «Objetos 1990 – 1999», que se configura como la primera muestra retrospectiva que este museo dedica a un fotógrafo español en vida. Un año después, Chema Madoz es condecorado con el Premio Nacional de Fotografía, la distinción de carácter público más prestigiosa que se otorga a nivel estatal en los diferentes campos de las artes.

XXI

Precisamente, las 39 fotografías que se reúnen en la retrospectiva que puede visitarse, hasta el próximo 2 de octubre, en el Espacio Cultural CajaCanarias del Puerto de la Cruz, abarcan la labor creativa de Chema Madoz desde el período inmediatamente posterior a la concesión del Premio. De este modo, “XXI” muestra una amplia selección de la obra realizada por el fotógrafo madrileño entre los años 2000 y 2005, ofreciendo una oportunidad excepcional para transitar por el singular universo del artista y descubrir los delicados vínculos que éste encuentra en la polifonía de significados que producen los objetos. Si la poética del objeto, precisamente, ha sido el eje sobre el que Chema Madoz ha vertebrado su trabajo, en esta selección el visitante puede comprobar cómo sus referentes e influencias se van abriendo a la presencia de la naturaleza, la aparición de la figura animal, la inclusión del dibujo como otra forma de representación, o la aparición del texto como un vehículo natural de la imaginación.

Cada una de las fotografías que pueden contemplarse en la retrospectiva “XXI” es el producto de una idea previa, resuelta conceptualmente y, a menudo, bocetada y dibujada sobre el papel. Pueden ser existentes y útiles en su aspecto natural, y en ese caso se trata simplemente de juntar los objetos y confrontarlos de la manera pensada, o deben ser modificados, intervenidos, violentados o fabricados expresamente como elementos únicos por artesanos y especialistas y, en ese sentido, la solución digital en la forma en que la usa Madoz en algunas piezas de su última época, es una herramienta más para conseguir la materialización del concepto. En este campo juega su creatividad, y lo hace utilizando muchos tonos; los que van desde el humor pop hasta el lenguaje hermético. Un arco tan extenso tiene necesariamente que ver con el propio espíritu de las cosas, que el artista traslada con admirable capacidad de síntesis y, al menos, tres cualidades decisivas: elegancia, naturalidad y precisión.

Esta exposición retrospectiva propone al visitante, en definitiva, un juego de percepción. Las imágenes hablan, proponiendo un paseo por el entendimiento, desde la maravillosa capacidad de Chema Madoz para observar el mundo y descubrir y articular mensajes visuales.

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