La Casa de Colón sirve de puente entre las culturas canaria y americana también con motivo de la celebración de la fiesta de Todos los Santos, y lo hace en esta ocasión con una experiencia de danza inmersiva basada en el Tête Gede de Haití, un espectáculo inspirado en las tradiciones del ‘vodou’ haitiano que tendrá lugar el día 31 de octubre en dos pases, a las 19.30 y a las 21.00 horas.
La danza y la emoción se apropian de los espíritus de otras tierras en la Casa de Colón para crear una experiencia única, con el movimiento entendido como una necesidad humana y como la base de muchas tradiciones, en este nuevo ritual performático diseñado para festejar la víspera de Todos los Santos.
La experiencia sensorial cuenta cómo en tiempos pasados una viajera quería reinventar el mundo y se embarcó en un viaje peligroso con fe en su propia convicción. De milagro llegó a una nueva tierra, una isla bañada en violeta, en una noche nublada por el humo del cigarro, ensordecida por el sonido de los tambores, que apestaba a ron. Con el tiempo, intentó volver a esa isla, a esa noche, pero nunca más la encontró. ¿Fue un sueño, una quimera de su imaginación? Los recuerdos de esa experiencia perseguirán a esa viajera hasta el fin de sus días.
El vudú es un sistema de pensamiento de origen africano que se fue estructurando en tierras haitianas como un resultado de la esclavitud y la sociedad de plantación. Se basa en el culto a la naturaleza y a los antepasados y en la creencia de que los vivos y los muertos existen uno al lado del otro, un mundo dual al que se puede acceder a través de varias deidades.
En unos de sus principales rituales, los practicantes tocan tambores, cantan y bailan para animar a un loa, el espíritu del vudú haitiano, a que posea a alguna de las personas presentes y así comunicarse con el más allá. Entre las ofrendas que se brindan a los loa están frutas, licores y animales sacrificados. También se brindan ofrendas a los espíritus de los muertos.
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