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DioSSa es una de las drags referentes en el mundo del espectáculo. Desde comienzos de los 90 ocupa un lugar destacadísimo en diversas disciplinas artísticas. Aprovechamos que visita Tenerife gracias al Festival Encuentros en el Mar, que le concede este año el Premio STAR a toda su carrera, para colarnos en su camerino y charlar con una artista total, una diva glamourosa y una conversadora excelente.

DioSSa es artista, escritora, actriz, directora de cine y teatro, dj, presentadora de televisión, pedagoga, modelo, un referente drag… ¿Cómo se define alguien que ha hecho tantas cosas?

Esta pregunta me provoca un poco de vértigo y mucho pudor. Es cierto que, de manera puntual o más metódica, he tenido la ocasión de involucrarme en proyectos de toda índole, tanto delante como detrás de la cámara, encima del escenario o vinculados al espectáculo, pero desde otro lugar, como cuando trabajé en casting, como representante o como docente de interpretación. Esto me ha dotado de una visión periférica que me ha hecho entender mejor el terreno en el que me muevo, y valorarlo, pero no sobredimensionarlo. Creo que es importante relativizar lo profesional y priorizar lo personal. He visto a muchos artistas desequilibrados por no alcanzar ciertas metas. También he incursionado en literatura, en comunicación, en diseño… Y también he tenido trabajos ajenos al showbiz, por mera supervivencia o ligados a mi formación académica, de la que necesitaba una experiencia laboral, y que a la postre también han potenciado mi vertiente artística, que es la principal. Realmente es lo que quería, hacer todo lo que me apeteciera mientras pudiera, e ir aprovechando cada oportunidad que la situación me ofreciera. Esto ha supuesto que mi carrera resulte caótica, enriquecedora, inverosímil, entretenida y loca. Probablemente sea una simple aprendiz de todo y maestra de nada, pero nunca he buscado ser comercial o especializarme en una única faceta. Sí hay un estatus que ambicioné y a día de hoy no he alcanzado, pero de hecho lo desee solo para multiplicar mis posibilidades creativas, de trabajo, de aprendizaje, no obsesionada por la popularidad, ni presa de simple egocentrismo, el peor enemigo de un artista. Pero la pregunta la contesto diciendo que me encanta y me emociona el término “cómico”, “cómica”. No solo en su acepción de humorista, que es obvio, sino en ese sentido amplio, tradicional, noble, del artista que lleva su vocación en la sangre, y que hace todo lo que tenga que hacer, sea montar una carpa, pegar carteles o arrancar una sonrisa, una lágrima o un aplauso al público, bien interpretando, cantando, bailando, improvisando… movilizando emociones, creando magia, intercambiando energías… Detesto las etiquetas, la categorización, pero entiendo su cometido, y la necesidad de dar nombre a las cosas, justamente para posicionarlas en nuestra realidad. Soy una artista drag-queen, soy intérprete, soy cabaretera, soy… cómica.

¿Es importante el ego para crear desde un alter ego?

Este es un tema un poco complicado, que invita a mucha disertación y puede resultar críptico, denso, incluso aburrido, pero el manejo del ego en verdad es un asunto extraordinariamente importante, no solo para un artista, sino para cualquier persona, aparte de que todos somos creativos, en mayor o menor medida, y tengamos o no la necesidad de exhibirnos. Yo jamás he tenido ningún conflicto entre persona y personaje, eso desde luego. El dragqueenismo no es una identidad de género ni condiciona tu orientación sexo-afectiva, solo se hace uso lúdico de los estándares de sexo-género, una representación espectacularizante donde el género es tratado metadiscursívamente. Esta transgresión es un evento efímero que se lleva a cabo en el campo de la estetización, esa burbuja de contención espaciotemporal que el ámbito artístico supone para esta actividad, una disciplina más del mundo del espectáculo. Y bajo la puesta en escena del transformismo, el artista presenta cualquier perfomance, cantando, haciendo fonomímica, bailando, interpretando, y un amplio etcétera, como cualquier otro artista, pero con el añadido de la creación de un personaje que deconstruye el binarismo de género. Jugamos con connotaciones sexuales plásticas, lo cual a priori nos dota de gran atractivo, incluso morbo, pero que también lleva consigo prejuicios y discriminación inherentes al hecho, en especial al tratarse de hombres que subliman lo femenino, en una sociedad machista, falocrática, heteronormativa y heteropatriarcal, que desprestigia a la mujer y sus valores por sistema. Nuestro trabajo, a la vez, posee una carga política consustancial, que podemos o no aprovechar, para realizar algún tipo de activismo. Después de todo el cabaret supone crítica social. Muy en resumidas cuentas, lo que hay que pensar es que el propio ego es una creación al igual que el alter ego artístico, con la diferencia de que este último es voluntario y consciente. El ego es una creación social, tampoco somos nosotros mismos en esencia. Llevo años trabajando para entender y manejar esto, mi ego, que en el pasado me ocasionó desconcierto y dolor. Ahora mismo disto mucho de vivir en modo zen, pero me encuentro en un razonable estado de equilibrio y paz conmigo misma. Esto me permite hablar sobre mí sin que me suponga egotrip, porque desconecto de inmediato. En definitiva, interpretar a DioSSa es un ejercicio muy sano de ironía, de análisis introspectivo y de reflexión sobre la ridiculez del ser.

Empecemos por el principio. ¿El nacimiento de DioSSa fue en el Madrid de los años 90? ¿Qué puedes contarnos de aquel contexto?

Ya en los 80s comencé a hacer mis pinitos y a tirar de make-up a la mínima de cambio, pero aún no vivía en Madrid, y fue al moverme por allí cuando comenzó todo. Recuerdo aquello como el mejor de los sueños, porque realmente fue un sueño hecho realidad, una suerte de Cenicienta posmoderna y avantgarde. Hubo en mí una ingenua osadía que ayudó a crear lo que se fue materializando. Es absolutamente imprescindible señalar la relevancia que tuvo para mí conocer a Alaska y Nacho Canut a principios de 1991. Supuso desde el primer momento el mayor punto de inflexión de los diversos que ha habido en mi vida. Madrid vivía una efervescencia cultural que hacía de la noche un caldo de cultivo excelente para todo tipo de artistas, eventos y experimentos lúdicos. En el verano de ese año comencé a firmar diversas obras mías como Dios, S.A. (Diseños Intergalácticos Organizados Stupendamente, S. A.), y también colaboraciones en fanzines, como en el Fanzine Fatal, de Fangoria. Enseguida comenzaron a referirse a mí como “Diossa”, “Luis Diossa”. En la reentré tras el verano, me presenté en Morocco caracterizada de Femme Letal, de Tacones Lejanos, en la fiesta “Reunión de amigas” organizada por Alaska. Entonces no tuve la oportunidad de elegir un nombre artístico como drag, porque ya era Diossa para todos mis conocidos. O quizá lo elegí sin darme cuenta meses antes, a sabiendas de que todo el mundo se iba a referir a mí por ese apelativo femenino tan grandilocuente, incluso yendo en vaqueros. Entonces improvisé que mi nombre era el acrónimo de Drag Intergaláctica Súper Sideral y Astral, pero realmente venía de lo otro. Aquel noviembre del 1991 Alaska me presentó a Pedro Almodóvar en Stella, justo el día de mi cumpleaños, ¡menudo regalo! Me encargaba diseños para camisetas, para tarjetas, para discos, para su fanzine… Guillermo Hernáiz, director de la revista Primera Línea, también fue un gran apoyo, promocionándome continuamente. Seguí apareciendo en fiestas con maquillajes y atuendos estrambóticos. A principios de 1992 creé el dúo de playbackers Redentoras Humilladas, y el paso siguiente fue el debut oficial, teloneando a Fangoria, amadrinada por Alaska, en una Convención del Club Fan Fatal que se celebró en junio, en Morocco, donde presenté el show “Fantasías de monja”. Obtuve un apoyo incondicional de Alaska, que me facilitó contactos y diversos escaparates para mostrarme, como aparecer en el videoclip de “La Disneylandia del amor”, o aportar coros en “El dinero no es nuestro Dios”, entre otros muchos eventos divertidos, como recoger juntas un premio de Radio 3, caracterizada yo de Alaska, tirando las dos del premio. Comencé a trabajar con Paco Clavel, otro de mis grandes amigos hoy día, y a conocer a grandes cómicos, como a Moncho Borrajo, o Raúl Sénder, que también es de mis mejores amigos, hasta el punto de donarme todo el vestuario de su carrera, cuando se jubiló artísticamente. Él nos dio el título de “Cadera perpetua” para la obra de teatro de DioSSa y MalyZZia. También conocí a Carlos Berlanga, Ana Curra, Manolo Campoamor, Antonio Alvarado, Luis Miguélez, Fabio Macnamara, Bernardo Bonezzi… Yo no podía creer cómo había pasado de la noche a la mañana de vivir en un pequeño pueblo de la España profunda, a codearme con muchos artistas de la Movida a quienes idolatraba. De aburrirme en mi cuarto a presentar mi espectáculo en el mítico Satanassa de Barcelona, y que los medios me entrevistaran y el público me pidiera fotografías y autógrafos. Era una jovencísima provinciana catapultada a la vanguardia madrileña. Por supuesto no todo fue purpurina y éxito, tuve que arrastrar mi maleta por muchas calles, y aprender el oficio desde abajo, desde cero, y recibiendo bofetadas alternadas con los besos, porque este mundo es así, y los demás también. Y entonces, en 1994, apareció MalyZZia, y coincidió con el boom del fenómeno drag-queen en España, que vino de la mano del estreno de Priscilla, Reina del desierto. Esto supuso un nuevo giro. El boom se convirtió en una moda que estuvo años en tendencia.

Una parte fundamental de DioSSa estará siempre unida a MalyZZia. ¿Cuál dirías que fue la gran aportación del dúo artístico que formaron?

Gracias por formularme esta pregunta. No sería quien soy sin haber conocido a MalyZZia, sin todo lo que vivimos juntas, sin todo lo que aprendimos juntas. Alaska cambió mi vida por completo, pero 20 años codo a codo con una persona, pateándote la noche, riendo y llorando, trabajando sin parar… es algo que no tiene parangón. Por eso nos queremos tanto. Bien, entonces pasamos de hacer trash-cabaret a definir y refinar los personajes, para contemporizar con una moda que nos flipaba y que ya conocíamos, pero que hasta entonces era como intentar celebrar Halloween antes de que la fiesta se popularizase aquí. Con Redentoras Humilladas éramos muy Leigh Bowery, que prácticamente nadie sabía quién era, o sea, también era drag, pero una escuela muy extrema, de culto al feísmo. En el show de “Redentoras”, además, interpretábamos versiones grotescas de nuestros personajes favoritos, como Divine, Alaska, Raffaella Carrá, Betty Missiego, y muchos más, aparte de aparecer siempre con nuestros hábitos de monja. DioSSa no tenía una imagen definida. El paso a DioSSa y MalyZZia supuso cerrarnos a presentar dos caracteres en exclusiva, estas dos “divas” aparentemente antagónicas, haciendo uso del clásico en arte dramático: payaso listo y payaso tonto, una fórmula que personalizamos cuanto pudimos, y que alternábamos una y otra a lo largo del show, para mayor despiste y deconstrucción de tópicos. Y funcionó. En la primera mitad de los 90s había conseguido un aire muy de culto entre el moderneo, pero a mitad de década nuestro dúo escénico resultó muy carismático, y a medida que pasaron los años nuestra proyección se fue incrementando, sobre todo por salir mucho en televisión. En el `97 fuimos las primeras en tener nuestro propio dominio web www.diossaymalyzzia.com, y el boom, incluso internacional, nos llegó con el TeleDrag-Queen. En realidad, TeleDrag-Queen no era ninguna empresa, sino un simple sketch de un show, por medio del cual aunábamos el auge de los teleservicios y el fenómeno de las drag-queens, no exento de crítica. En una función había una periodista de la revista Intervíu, que nos entrevistó al terminar, interesada por si efectivamente TeleDrag-Queen era una realidad. ¡Obvio que actuábamos en domicilios particulares! Lo han hecho flamencos, strippers, magos, cantantes o payasos, toda la vida. Pero resultaba llamativo que drag-queens, a quienes se localizaba casi exclusivamente en la noche y locales mayoritariamente gais, con ese halo de glamour, pero marginal, pudieran amenizar tu cumpleaños en tu domicilio a mediodía. Tras lo de Intervíu aquello fue tremendo, aparecimos hasta en los telediarios, fue un espaldarazo increíble, concedimos entrevistas incluso a prensa internacional, porque aunque no existían las RRSS, el tema se hizo viral, digamos. También recorrería el mundo una fotografía nuestra para Photoespaña de Gorka Lejarceji, de DioSSa y MalyZZia en el metro de Chueca, publicada en El País aquel día de las elecciones que ganó Aznar. Crónicas Marcianas, El Séptimo de Caballería… estábamos en los programas más punteros, de mañana, tarde y noche, nacionales, territoriales, incluso en series de televisión. Esto nos abrió muchas puertas, y vivimos unos años en los que fuimos invitadas a todo y contratadas para cualquier cosa. Hasta Christopher Makos nos hizo una sesión de fotos, además de los más prestigiosos fotógrafos españoles. Incluso El Circo del Sol nos seleccionó para un espectáculo en Las Vegas, pero coincidió que me diagnosticaron diabetes, viví un impacto que me generó mucha inseguridad, y ante el estupor de MalyZZia, que se llevó un disgustazo, yo me vi impulsada a renegar de una oportunidad tan inconcebible, que ya no podríamos añadir a nuestro currículum. Suponía irnos todo un año a EEUU. Lloro recordando la pérdida de tamaña escuela, pero en mi estado no me podía comprometer y detesto la informalidad. Pero hubo un sinfín de experiencias positivas, galas por toda España, Italia, Portugal… Fueron años de dobletes y tripletes, de media vida en los aeropuertos. Siempre pensábamos que al mes siguiente se acabaría todo, así que no decíamos no a nada, pero así pasaron años y años. Alrededor de 2010 ya empezó a afectarnos la crisis económica que perjudicó a tanta gente, y nosotras, al fin y al cabo, éramos representantes del rango más vulnerable del artisteo.

¿Quiénes fueron o siguen siendo tus referentes a la hora de crear a DioSSa? Porque el imaginario de DioSSa nos lleva de Nina Hagen a Bowie o Boy George…

Sí, los artistas histriónicos me han causado interés desde que tengo uso de razón, cualquier personaje real o de ficción que conformara una alternativa estética, una hipérbole de lo femenino. Nina Hagen es una de mis artistas fetiche, efectivamente. Pero por momentos puedo sentirme más cercana a una Nacha Guevara. Me encantan las malvadas, las mujeres inteligentes, retorcidas, tóxicas y elegantes, que aparecen en muchas películas, que generalmente son también perdedoras. Hay toda una suerte de personajes, en su mayoría pertenecientes al imaginario gay, que habitan dentro de mí, desde Mildred Roper a Elvira, pasando por las villanas de Disney o las divas de Hollywood, toda femme fatale, todo enfant terrible. Y, por descontado, uno de mis principales referentes es Alaska, tanto en lo ético como en lo estético. En DioSSa encuentras una mezcla de humor negro y naif, con referencias igual a Mortadelo y Filemón, Groucho Marx, Lina Morgan, o el surrealismo de Gila. Pero, paradójicamente, al final fue el propio espejo que me proporcionaba MalyZZia, lo que me fue construyendo como personaje. MalyZZia y yo estuvimos 20 años trabajando juntas, y 10 años después de nuestra separación, seguimos hablando prácticamente a diario. Somos familia. Ella se fue a vivir a la playa, a su Murcia natal, y tengo que decir que le va muy bien en la vida, tanto en lo profesional como en lo personal. Montó un negocio que ha sido un éxitazo. Viaja mucho, hoy mismo me ha enviado un WhatsApp desde Berlín, donde se encuentra pasando una semana. En mi álbum, publicado hace dos años, incluimos el dueto “Nadie puede con nosotras”, que grabamos a distancia, por temas de pandemia, en estudios de Madrid y Murcia. Tenía que estar en mi primer álbum. Se lo debía y me lo debía.

DioSSa sabe lo que es acaparar el prime time nacional, presentar galas, estrenar obras de teatro, hacer cameos en películas… ¿Cómo se labra la trayectoria de una artista drag en medios tan diferentes? ¿Hay alguno en el que te sientes especialmente cómoda?

He tenido la oportunidad de tocar muchos palos, y ahora pienso que me compensan las ventajas frente a las desventajas, pues esto también ha entrañado mucha dispersión y, quizá, no proyectar una imagen definida como profesional, como por ejemplo las drags a las que se las conoce solo como cantantes, pero me quedo con la escuela que ha supuesto para mí, y las experiencias tan ricas. Contestando a la primera pregunta, muchas propuestas surgieron sin buscarlas, aunque sí provocándolas involuntariamente, supongo. Como yo me apunto a un bombardeo, he hecho pelea femenina en barro e igualmente interpretado teatro en verso, pues aprobé la entrada en la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Durante años he sido colaboradora en la Cadena SER, a la vez que actuaba en cualquier local, fuera o no de ambiente, y co-presenté un magazine vespertino diario en un canal autonómico de Madrid y Canarias. Fui personaje en el video-juego “Killer Drag”, y diseñé y desfilé en las ediciones de “Antimoda”, en la Joy Eslava. He trabajado muchísimo en fiestas privadas y de empresa, así como el circuito de teatro alternativo y discotecas, restaurantes, hoteles, ferias de pueblos, pasacalles. Fui la primera drag en exponer en Casadecor, en pasearme por ARCO, en ejercer de drag-guía turística o en actuar en un programa de Fin de Año de televisión nacional, junto a MalyZZia, y además fuimos repetidas veces invitadas a los Goya ya en los 90s, contextos a los que no accedían drag-queens. En muchos aspectos quiero pensar que abrimos caminos. Por cierto, una canción nuestra fue nominada a los Premios Goya en 2008. He publicado siete libros, algunos prologados y presentados por figuras de la talla de Alaska y Sara Montiel, o Boris Izaguirre, Leopoldo Alas, Abel Arana… y he colaborado en otros, como la biografía de Martin Mazza. Grabé mi primera canción en 1992 y sigo publicando discos, composiciones mías. He intervenido en veintitantas series de televisión, incluso con personajes fijos, y dramáticos, aparte de haber acudido a más de doscientos programas, para actuar o ser entrevistada, siempre sin prestarme a aquellas peleas de los denominados “frikis”, que coparon el prime-time, rechazando cachés muy altos. Y me he sentido cómoda y feliz en cada uno de estos contextos, aunque lógicamente haya vivido de todo y me haya comido mucha mierda también, que es una forma de aprender como otra cualquiera, y además muy efectiva. Me gusta mucho el momento de escribir, de crear. Disfruto mucho la dirección. Y me encanta actuar, por supuesto. Tengo que decir que he tenido mucha suerte y me he sentido muy respetada siempre, en términos generales. Experiencias muy negativas ha habido pocas, y nunca las he contado, ¡lo guardo para la biografía! Tengo amistades del mundo del espectáculo, nombres de mucho peso, que me han regalado clases magistrales con sus consejos, y me han apoyado mucho, y su aprecio es uno de mis mayores logros. Me precio de no ir dejando cadáveres a mi paso, y amistades de décadas pueden atestiguarlo.

Hablemos de la DioSSa escritora y de su alter ego Didí Escobart. ¿Cuál ha sido la evolución de tu escritura?

Quiero pensar que he pulido un poco mi estilo, aun conservando mi sello personal, el humor ácido y cierta petulancia paródica, una especie de lirismo petarda. Lo de Didí Escobart surgió porque cada vez que me anunciaba como DioSSa para algún montaje de monólogos y otras colaboraciones, el sector y el público pensaban que tal vez nos habríamos separado MalyZZia y yo, y eso nos podía perjudicar. Así que cuando presentaba algo unipersonal me mostraba como Didí Escobart, y todo lo del dúo se publicitaba como DioSSa y MalyZZia, aunque yo no dejaba de ser DioSSa nunca, pues DioSSa y Didí aluden al mismo personaje. Como Didí firmé mis libros, salvo el primero, “Manual de la Perfecta Petarda”, que aparece con ambos nombres, como cuando al principio anunciábamos Redentoras Humilladas y DioSSa y MalyZZia, ya que como las primeras gozábamos de más proyección. Con Didí publiqué con Planeta, y asistí invitada a premios como el de Novela Histórica y aparecí mucho en prensa convencional, además de la gay. “Curso de glamour para principiantes” tuvo bastante repercusión. También presentaba mis espectáculos unipersonales de monólogos, porque adoro el monólogo, y lo compatibilizaba con nuestros shows. Con respecto a la propia pregunta, piensa que publiqué novela y ensayo, dos géneros que requieren distinto tratamiento narrativo. Los ensayos estaban basados en mis monólogos. Todos aquellos libros fueron escritos en un relativo corto plazo de tiempo, no existe una evolución reseñable. Esta es posible que la podamos observar en mis próximos trabajos, que ya estoy trabajando unos y proyectando otros. De todos modos, también voy a publicar algunas cosas de corte académico, trabajos de investigación que no irán firmados como DioSSa, porque ahí voy a respetar otros protocolos y en este contexto el personaje queda al margen, porque tengo que sujetarme a normas muy estrictas, las de las revistas científicas.

Poca gente conoce tu perfil académico. O mejor dicho, el de Luis Escobar, y que, además, te encuentras elaborando una tesis doctoral…

Me parece que puede ser interesante romper estereotipos. Yo siempre lo he procurado, a distintos niveles. Por ejemplo, me encantaba esa Alaska tan punk y tan educada que irrumpió en los 80, y este siempre fue mi principio rector. Que un artista de la escena alternativa, con involuntarias connotaciones marginarles, con agraviantes implicaciones de género, posea una alta formación académica, con estudios de Pedagogía, Filosofía, Antropología, Enfermería… másteres, doctorado… creo que debería ser algo más que chocante; debería ser algo significativo y que invitara a la reflexión, haciéndonos olvidar los clichés. De antemano tengo que señalar que antes de tener mis carreras ya tenía una presencia intelectual y había publicado libros y artículos, y me gustaría recordar que Madame Curie obtuvo dos Premios Novel sin tener ninguna carrera. Que “el hábito no hace al monje” eso lo sabe mejor que nadie una drag-queen, que manejamos la destreza del transformismo. No es imprescindible tener títulos, pero sí creo importante leer, estudiar, porque las élites quieren ciudadanos sin criterio, para poder manipularnos, y así está el panorama en la calle. Adquirir criterio propio me ha costado muchos años de ver cine, teatro, exposiciones, leer… He estudiado mucho porque me ha apetecido hacerlo, y me lo he podido permitir, aunque siempre suponga un esfuerzo, claro, y sacrificar otras cosas. Me he formado para conocer y conocerme, para no embrutecerme, incluso para concienciarme de lo poco que sé. Mi dedicación a la investigación y el mundo académico está relacionada con mi actitud punk y mi conciencia política. En última instancia tiene incluso una implicación estética, porque me encanta la imagen de una travesti guapa y excéntrica, pero también culta, que es como imaginamos a la mayoría de villanas del cine y los dibujos animados. En la actualidad me encuentro terminando un doctorado en Diversidad, Subjetividad y Socialización; Estudios de Antropología Social, Historia de la Psicología y de la Educación. Mi tesis versa sobre el movimiento drag. Una vez presente esta investigación, trasladaré el contenido a un libro. Esta espero que sea una de mis aportaciones más relevantes a un mundo que me lo ha dado todo, sin desmerecer las sonrisas arrancadas en mis shows, pero este legado bibliográfico de investigación etnohistórica, proveniente de un agente del propio campo, como lo soy yo, quiero creer que posee un valor añadido para nuestra comunidad, tanto la drag como la lgtbiq+ en general. Estoy terminando también otro máster, y poco a poco quiero especializarme en estudios queer y posteriormente retomar mis publicaciones, y ojalá terminar en docencia sobre teoría queer, que me encanta, de hecho tengo estrenado un montaje paralelo titulado “Teoría Queer para rubies”.
¿Cómo has visto evolucionar la escena drag o travesti desde tus comienzos hasta la actualidad?

¿Ves? Esto ya daría para un libro, y probablemente lo escriba, si no se me adelanta alguna cerda. Efectivamente existe una evolución evidente. Básicamente tiene que ver con dos factores que beben el uno del otro, se retroalimentan: por un lado, la aparición de Internet y las RRSS, y por otro el éxito del programa de RuPaul: la globalización, vamos. El contenido artístico se ha diversificado mucho. Lo que existió por décadas era el artista de local nocturno y punto. Ahora muchas drags ofrecen una vida digital, interactuando con una pantalla, y a la vez con millares de seguidores. También se ha potenciado el planteamiento de mostrar el antes, el proceso y el después, solo con respecto a la construcción estética, pues nadie se graba escribiendo guiones, los largos ensayos y otras vicisitudes anodinas relacionadas con todo lo que engloba llevar adelante la producción de un espectáculo de nuestra disciplina. Pero en todo cambio hay mucha parte positiva. También encontramos reivindicación, y una labor de enseñanza y normalización muy necesaria. Yo la escena drag la viví desde que desembarca en España como tal, auspiciada por grandes empresas, como simple motivo comercial ligado a la industria de la música, el cine y la hostelería. No fue algo connatural, un auténtico movimiento, fue una moda impuesta. Aquí veníamos del cabaret, de esa escuela maravillosa del cabaret valenciano, catalán, que era la vanguardia de finales de los 70s y los 80s, y del transformismo folclórico de toda la vida, que aún venía de más atrás. Aparte de esa escena claramente moderna y drag, representado sobre todo por quienes integraron Belle Epoque, estaba el cabaret liderado por actrices, como Loles León o Las Veneno. Luego irrumpieron Diabéticas Aceleradas, en Madrid, y Katalíticas en Barcelona, La Botika, en Cáceres… Muchos grupos, ligados a la Movida, que ofrecían un producto nuevo, con reminiscencias de todo lo anterior, pero espíritu trash. Ahí comencé yo, aunque influenciada por los Club Kids americanos, el drag de Divine, la Escuela Vogue… todo muy neoyorkino, pero también mirando a ese cabaret clásico alemán de principios de siglo XX, o a las comedias españolas de los 60s o el cine de Almodóvar, aderezándolo con punk e iconografía religiosa, un batiburrillo estético, pero no exento de discurso, que fue determinando a DioSSa tal cual es. Yo también he intentado evolucionar, aunque está claro que soy un producto no tanto de mi generación, sino de mis propios gustos, pero que a la vez sí están supeditados a lo cronológico, porque soy resultado de la cultura audiovisual que me tocó vivir. Posteriormente me he ido ladygagatizando, si bien yo con anterioridad ya recurría a outfits de ese tipo, y me he ido adaptando a las nuevas tecnologías y los nuevos usos. Pero yo soy gente de teatro, y lo que necesito básicamente es un escenario y un micrófono, y público delante. Todos estos jóvenes que han nacido con un móvil en la mano ya no poseen un cerebro igual de conformado que el mío, que soy una inmigrante digital, pero igualmente pueden interesarte por investigar de dónde viene todo, pues manejan mejores herramientas para ello. Creo que es imprescindible conocer los cimientos de tu arte. Yo me preocupé de saber quiénes eran Divine, Quentin Crisp, La Cerillera Cósmica, Ocaña, la Otxoa, Ángel Palovsky, Boy George, y tantos otros precursores revolucionarios, y no tenía Internet. Ahora tenemos un programa maravilloso centrado en el mundo drag, y este paso era imprescindible, pero la evolución adecuada es que los artistas drag tuviéramos sentido interviniendo en cualquier otro tipo de programas, eso sí sería normalizar nuestra presencia. Barrios como Chueca o Castro cumplieron una función en los momentos en que al menos era necesario contar con un gueto, pero lo ideal es que no sean imprescindibles, y que cualquier persona pueda mostrar su afecto por la calle en cualquier barrio. Asimismo, igual que, por ejemplo, hay cantantes que intervienen en cualquier tipo de programa, y luego hay programas específicamente de cantantes, también está bien que haya un programa exclusivo de drags, pero lo ideal es que la presencia drag se diseminara por otros programas. Que pudiéramos ser jurado de Got Talent, o colaboradora de Ana Rosa, por decir algo. Generalmente se nos convoca cuando de manera concreta se trata algún tema relacionado con el drag, para dar opinión, y eso tiene mucho sentido, pero estamos en lo mismo, y no es suficiente, porque seguimos encorsetadas, nunca mejor dicho, a retroalimentarnos de lo nuestro, y lo interesante sería aportar nuestra visión sobre contenidos generales. Esta asignatura pendiente debe ser el próximo paso.
¿Consideras que a las nuevas generaciones de artistas drags les falta memoria? ¿Tener conocimiento de quiénes son sus precedentes y de la historia reciente del arte drag y el transformismo en España?

Un poco te he contestado en la anterior pregunta. No sé si les falta y, sobre todo, no quiero generalizar, pero sí sé que deberían manejar esa información, que las empodera a ellas mismas, y que les otorga base conceptual, técnica y artística. Realmente no creo que la mayoría sepa quiénes estábamos ni en los 90s, no te digo décadas anteriores. Artistas que tenían que actuar con pantalones debajo de las faldas, por si aparecía la policía en el local. Era delito ser transformista, te detenían. Las muy jóvenes me temo que están obnubiladas por la información más primaria de las RRSS, y no sé si saben cribar, y utilizar fuentes bibliográficas o videográficas que les proporcione datos historiográficos, pero incluso políticos, para que entiendan también la evolución de las Leyes, e intenten imaginar y empatizar con quienes nos comimos algunos marrones en tiempos todavía complicados. En fin, yo no sé su nivel de implicación. Reconozco cierta desconexión, porque yo ahora mismo me muevo en otra esfera. Procuro no perder el contacto, pero mi vida no se limita a esto, es más completa, afortunadamente, y el día sí tiene un número limitado de horas para administrar. Parafraseando a mi amiga y compañera Nacha la Macha, que dijo en una entrevista que “hay vida más allá del Drag Race”, yo digo que hay vida más allá del drag, directamente. No podemos limitarnos a mirarnos el ombligo. Incluso hay que mirar el drag pero desde otras ópticas, otras perspectivas y otros espacios profesionales y sociales. Yo no vivo presa del drag. Es bueno tomar distancia. Estuve casi cuatro años sin interpretar a DioSSa, y no pasó nada, fui feliz emprendiendo otros proyectos, amando a mis seres queridos, viajando, estudiando, desintoxicándome de este mundillo. Sí eché de menos hacer mi show, pero pude vivirlo sin trauma. Y cuando lo consideré oportuno, regresé. Ese paréntesis también tuvo un costo, sobre todo en seguidores en las RRSS, pero lo asumí. Yo lo asumo todo, soy patológicamente coherente.

Este año recibirás el Premio STAR 2023 del Festival Encuentros en el Mar. Es un premio a toda tu trayectoria. ¿Qué sientes cuando te reconocen como un referente en tu profesión?

Siento un profundo y genuino agradecimiento, de todo corazón, y mucha emoción. Me vienen muchos recuerdos de tantos años defendiendo esta disciplina artística que es pura disidencia, desde tantos ámbitos distintos, con tantas satisfacciones, pero también con tanto esfuerzo y resultados dispares, incluyendo fracasos y decepciones, qué duda cabe. Más de tres décadas, en las que he procurado siempre observar una filosofía de profesionalidad, de rigor, de dignificación del transformismo, una actitud de búsqueda de la excelencia, desde mis limitaciones como eterna aprendiza, desde el underground y el tercermundismo técnico y empresarial, y desde el prejuicio institucionalizado, hasta en nuestro propio colectivo. El otro día una compañera a la que entrevisté, como trabajo de campo, me dijo que soy una “institución”. Me sonó como si me dijera que soy reptiliana, pero en plan bien. Me impactó, porque son palabras mayores. No digo que merezca este título, pero que haya iguales que verbalicen el verme como un referente es algo que posee un valor tremendo para mí, y que me hace actuar y hablar bajo cierta responsabilidad, y que también me infunde mucha energía. Me impactan los mensajes privados en mis RRSS, donde artistas drag jóvenes me dicen que me veían por la tele cuando eran niños, y que influí en su decisión de tomar este camino. Cómo no me va a emocionar esto. Y con respecto a este premio, siento un grandísimo cariño y respeto por el público canario, que posee una gran cultura en este tipo de espectáculos, y que no te regala un aplauso si no te lo ganas, pero que es el más generoso y entregado si logras hacer que conecte contigo. Además, admiro a mis compañeras canarias, que han creado un producto autóctono, una escuela única, personal, reivindicando su propia idiosincrasia, el Carnaval. Siempre he adorado actuar en Canarias, y echaba muchísimo de menos tener la oportunidad de regresar. ¡Eternamente agradecida a la organización de “Encuentros en el mar”! Me gustan estos premios que suponen un reconocimiento que te llega sin esperarlo. He conseguido algunos galardones importantes, como el Primer Premio del Ministerio de Cultura en un concurso de guiones de cine, por “Muy mujer”, en 2008, y posteriormente, en 2011, el Premio a Mejor Corto, y Premio a Mejor Obra en el LesGayCineMad, el certamen de cine lgtbiq+ más importante en lengua hispana, por esta película que también dirigí. Pero la verdad no soy muy dada a concursar, procuro evitar la competitividad. No gestiono bien esas situaciones. Contactaron conmigo para concursar en Drag Race España, en su primera edición, proponiéndome participar directamente, sin someterme a casting. Lo agradecí mucho, pero fui consciente de que no sería funcional al formato, al menos participando desde ese lugar, y con mucha pena tuve que declinar la oferta. Es bueno reconocer tus limitaciones. Compañeras que me lean se llevarán las manos a la cabeza por desperdiciar tal oportunidad, pero ser consecuente supone renuncias.

¿Cuál es tu opinión sobre este programa, que ha elevado el drag al mainstream? A muchos nos gustaría verte como invitada.

Con respecto al original de RuPaul, creo que ahora mismo no tenemos todavía perspectiva histórica para valorar en su justa medida la influencia tan grande ejercida en la cultura contemporánea. Por otro lado, me siento muy orgullosa de esta versión española, que no tiene nada que envidiar a ninguna de las diversas franquicias. Este programa ha revolucionado literalmente el mundo drag, está proyectando a muchas y nos ha empoderado a todas. No tengo absolutamente nada que objetar sobre el formato, y menos aún sobre las compañeras que edición tras edición lo protagonizan, ofreciendo gran entretenimiento. Fan total, mi admiración absoluta. Drag Race es un clarísimo antes y después del fenómeno drag y del transformismo de género de todos los tiempos. Por mí sí aprovecharía para incluir un contenido pedagógico, no digo tanto político, más directo sobre temas de género, o de denuncia social, que ahora es más transversal, o que subyace por simple contexto, pero entiendo que sería desvirtuar la esencia original del show. Con respecto a mí, y hasta donde he sido informada por terceras personas, lamentablemente las oportunidades de aparecer como invitada son nulas. Varios representantes artísticos han intentado durante las cuatro ediciones ofrecer mi presencia puntual como invitada, en base a una trayectoria sólida, mediática y multidisciplinar, con ciertos acentos únicos, como el tema de la literatura o mi tesis doctoral, pero sobre todo el concepto de artista veterana referente. Pero el director de casting, que desconozco si se trata del equivalente de Katrina Bayonas en el casting de entretenimiento, considera que, más allá de la posibilidad de concursar, no soy una artista relevante en el contexto drag nacional como para acudir de invitada, tal y como lo han sido ya otras compañeras. Esta negativa, por otro lado totalmente legítima, además ha sido acompañada de referencias edadistas, considero que bastante fuera de lugar en un arte donde género, físico o edad son triviales ante la creación de cada artista. Y se suman otros comentarios, para mí humillantes, que no son agradables, ni éticos publicar, porque son informaciones que además atañen a la dinámica de una edición aún por grabar y emitir, y por tanto confidenciales, y yo soy una profesional y sí respeto el trabajo de los demás. Respeto su criterio, pero no lo comparto. Y no respeto el agravio. Cuando yo trabajé en el departamento de casting, de ficción, de una productora multinacional, donde llevábamos algunas de las series más importantes que se han emitido en España, me preocupé por saber bien quién era quién en este campo, iba a todos los estrenos de teatro, veía todas las series, cine español, estudiaba cada videobook, visitaba escuelas de interpretación, consultaba la Guía de la Unión de Actores, cada página web de cada agencia o representante y, sobre todo, trataba con exquisito respeto a los actores y actrices veteranos. Pero estos jarros de agua fría nos vienen muy bien a todos, en especial a los artistas, para recordarnos periódicamente la necesidad de ser humildes y realistas, y mantener siempre los tacones en la tierra, porque no es que nuestra industria carezca de reglas no escritas, pero si no se conocen ciertos códigos de conducta, no se puede esperar que se respeten. Teniendo en cuenta mi trayectoria, y los proyectos en los que estoy involucrada, me hacía mucha ilusión formar parte anecdótica de este programa histórico… pero entonces recuerdo que Glenn Close no ha ganado ningún Oscar, y se me pasa. Sin embargo, lo que también es cierto, es que dentro de diez o veinte años, al margen de que yo continúe o no en activo, que por qué no, el caso es que seguiré siendo DioSSa, y técnicos hoy vinculados al tema drag, y con poder sobre tu CV, nadie sabrá ni se acordará de ellos. La verdad es que es la primera vez en mi carrera que aprovecho una entrevista para criticar el trabajo de alguien, no por miedo a represalias sino por una idea mal entendida de demostrar clase. Pero todo tiene un límite. Después de haber participado tanto en todo tipo de medios, para mí hubiera sido un sueño acudir a un programa con tanto significado, porque se presenta como el más representativo de nuestra disciplina escénica y con mayor trascendencia. Pero destierro tal sueño, más después de esta entrevista. Pensar en grande es aprender a no vivir esclava de la aprobación ajena, y valorar tantos sueños ya cumplidos y todos los que sí restan por cumplir. Un artista debe conocer los engranajes de su industria y aprender tanto a dar como, sobre todo, a recibir los noes, y a posicionarse frente a la sobrevalorada y tóxica cultura del éxito, que tanto resentimiento y tantos juguetes rotos deja por el camino. Yo encantada de seguir siendo una outsider.

¿Cuál es el presente y el futuro inmediato de DioSSa?

Estoy muy enfocada en el presente, si bien con cierta expectativa de futuro, porque siempre he sido prudente, pero tampoco a muy largo plazo. Tengo entre manos diversos proyectos, algunos de los cuales están todavía muy en el aire y prefiero no mencionar, no por superstición, solo por no decepcionar o ejercer de bocachancla innecesariamente. Acabo de entrar en estudio de grabación, de nuevo con el productor Javier León, con quien hice mi álbum “Morir de éxito”, para comenzar la grabación de mi próximo álbum, que vería la luz dentro de un año. Trabajar con Javier León es una delicia, y aprendo mucho. En diciembre voy a realizar una colaboración en un concierto, en la sala Maravillas de Madrid, con el cantante Tony Ansel, un dueto que también vamos a grabar y subir a las plataformas, y ya estamos pensando en otro trabajo conjunto. También estoy colaborando en un disco homenaje a OBK, junto a varios grupos y artistas, y mi versión de “Historias de amor” será el single de presentación de este álbum, que se estrenará en el Orgullo de 2024. Puede decirse que estoy ejerciendo de embajadora drag de la firma de moda internacional Agatha Ruíz de la Prada, mi amiga Agatha, que desde hace años me obsequia diseñando el vestuario de mis espectáculos, y yo tengo el privilegio de representar su firma en galas, fiestas, televisiones… Un lujo y un orgullo que confíe en mí. En tanto, continúo en gira por toda España presentando “Viva la diva loca”, en pequeños teatros, y estoy negociando con una sala de Madrid para presentar este montaje durante una temporada. Pero esta semana estoy centrada en mi presentación en Tenerife, en Icod de los Vinos, en este XIX Festival Encuentros en el mar, a quien estoy tan agradecida por esta oportunidad de mostrar mi show en una isla a la que adoro, de la que guardo entrañables recuerdos de mis meses de verano trabajando en la emblemática discoteca Vampi´s. Ofrecer mi show y recibir este premio STAR 2023 es un regalo de la vida. Me siento bendecida y me siento feliz. Voy a procurar transmitir estos sentimientos y compartir un buen rato de música y absurdas anécdotas de una diva loca.