El hidroavión Plus Ultra de hojalata litografiada de 1928 exhibido en la exposición La mar de juguetes.

La singular historia del juguete marítimo español se muestra hasta el día 20 de enero en la Casa de Colón, en la exposición ‘¡La mar de juguetes!’, que reúne una valiosa selección de 170 piezas pertenecientes a la colección privada de José Antonio Quiroga y María Covadonga Monte.

La muestra refleja, a través de más de un centenar de piezas, la evolución de los juguetes relacionados con el mar fabricados en España desde finales del siglo XIX hasta el siglo XXI. Un importante repertorio privado de juguetes de fabricación nacional, cuyos fondos han participado en más de ochenta exposiciones en distintas ciudades españolas para todo tipo de entidades e instituciones. En este caso, la Casa de Colón y el Gobierno de Canarias hacen posible que esta curiosa colección pueda contemplarse en Gran Canaria.

La evolución de la juguetería refleja los cambios sociales, políticos, culturales y tecnológicos. En ‘¡La mar de juguetes¡’, articulada alrededor de las secciones temáticas ¡A toda vela!, Barcos de vapor, El mundo submarino, ¡A la playa! ¡A la playa!, Embarcaciones de recreo, Transatlánticos, Teatro de cartón y ¡Es la guerra!, el público podrá admirar desde los clásicos de madera a los juguetes de hojalata que comenzaron a fabricarse en España a finales del siglo XIX, hasta llegar a la producción juguetera en plástico, que tiene sus inicios en 1949.

Para Elena Acosta, directora de la Casa de Colón, “desde que tuvimos conocimiento de la existencia de esta exposición nos mostramos interesados en traerla y haberlo podido hacer en el entorno de las fiestas de la Navidad ha sido una doble suerte; no se trata sólo de una exposición para niños, aunque estos tendrán su protagonismo especial en la misma, sino que confiamos en que los visitantes adultos, a través de estos juguetes marineros, revivan las ilusiones y recuerdos de su niñez, al tiempo en que los pequeños de hoy descubran como era el mundo lúdico de sus mayores”.

Como responsable de la exposición, José Antonio Quiroga, se muestra muy satisfecho de traerla a un lugar como Canarias, en el que la vinculación entre el juego y el mar es más que evidente: ‘nuestras piezas abarcan los años 1870 y 1970, y creemos que serán muchos los visitantes de esta muestra que tendrán en su memoria haberse entretenido con juguetes iguales o similares, y esa vinculación emocional con las piezas les confiere un encanto especial”.

Abundan en la muestra los barcos de juguete, barcos de vela, navíos piratas, mercantes de vapor, transatlánticos, embarcaciones de recreo o buques de guerra. Desde los más deseados, accionados por resortes de relojería o por otros sistemas de propulsión más o menos sofisticados (motor eléctrico, vapor, elástico de goma, resorte de cuerda o incluso de reacción por sustancia química), a otros modelos más modestos, pero no menos evocadores, como los veleros impulsados por el viento o las embarcaciones de arrastre manual.

Algunas piezas maestras que podrían denominarse “marina de juguete” se presentan por primera vez en las islas Canarias, entre ellas, el buque de guerra de Jorge Rais, el Vapor San Luis, de la manufactura Roca Farriols, o el buque mercante, de Enrique Rais, fabricados respectivamente en las décadas comprendidas entre 1890 y 1920 por los hojalateros del barrio de Gracia de Barcelona.

Estos juguetes de gran tamaño, decorados a mano con pigmentos naturales y ensamblados con las características soldaduras de estaño, son de excepcional calidad. Reproducciones fidedignas a escala, como el hidroavión Plus Ultra, sacado al mercado en el año 1928, emulando la aeronave Dornier Wal que alcanzó su celebridad al despegar de Palos de la Frontera y aterrizar en Buenos Aires -con primera parada en Las Palmas de Gran Canaria-, logrando una de las mayores gestas de la navegación aérea al cruzar por primera vez en la historia el Atlántico sur.

Las muñecas Mariquita Pérez y su hermano Juanín (década de 1940); la muñeca Mari Pepa Mendoza (1942); los dos balandros (1965 y 1966) de Juguetes Giner y Cayto, respectivamente; los insuperables Madelman (1968-1975), de Madel y la conocida muñeca Nancy (1972) de Famosa, son otros atractivos de la exposición.

Estos juguetes -muchos de ellos únicos dentro del coleccionismo español- fueron el mejor medio para expresar la imaginación, la destreza y la creatividad de numerosas generaciones infantiles, al igual que los más eficaces modelos para acercarse a las conductas y valores de los adultos, pues ayer, igual que hoy, aprender a jugar es aprender a vivir.

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