Cartel_del_filme_El_Fantastico_Mundo_de_Juan_OrolEl jueves, 25 de junio, a las 20.00 horas, en la Casa de Colón (c/ Colón, 1, Las Palmas de Gran Canaria), se proyecta ‘El fantástico mundo de Juan Orol’, película realizada en 2011 por el mexicanoSebastián del Amo e inspirada en la biografía de uno de los iconos de la historia del cine mexicano.

De origen gallego, Juan Orol llegó a México para volverse, de manera involuntaria, en el creador de varios géneros cinematográficos (gángsters, rumberas, hippies…), obteniendo un enorme éxito en taquilla, aunque sus películas estuvieron siempre sometidas a unas críticas terribles y feroces. Se le conoce como El Gran Surrealista Involuntario y el Rey del Churro. La película de Del Amo aborda la figura de un hombre de cine, un hombre de carne y hueso al que le dio por llamarse Juan Orol.

Mezclando color con blanco y negro, escenarios y vestuarios ricos en detalles y vistosidad y a un elenco de estrellas modernas rindiendo homenaje a las estrellas de la época de oro, esta comedia ha sorprendido a la crítica y el público al presentar con humor, identidad y creatividad, la vida, el romance y el espíritu de un personaje tan carismático como controvertido.

Sus orígenes en el cine se los debe al director cubano Ramón Peón García, considerado uno de los mejores de la primera mitad del siglo XX, quien compaginó sus trabajos en los dos países en distintos periodos de su carrera profesional.

Sebastián del Amo estima que la figura de Juan Orol «es absolutamente fundamental para entender la evolución del cine mexicano, puesto que aunque él no se lo propusiera, fue un innovador absoluto de géneros. Inventó el cine de las rumberas que de alguna manera fue el que trajo la música cubana al cine mexicano, y fue el género que también define la estética del cabaret, que es un elemento fundamental en toda la temática de nuestro cine».

Orol tenía un discurso personal que estaba muy en boga en aquel momento y que se correspondía con películas de charros cantantes, Pedros Infantes, Jorges Negretes, un retrato de un México que no existía porque ese México de la hacienda que él retrataba ya se había evaporado para 1940-50.

Respecto al mote de surrealista involuntario que recibía el cineasta, vino dado porque Orol era considerado «el otro español que hacía películas en México», en alusión a Luis Buñuel, que sí que era verdaderamente surrealista.

Orol es muy poco conocido en España. Dejó Galicia a los trece años. Llegó a Cuba primero, luego fue a México, para regresar nuevamente a Cuba, donde empezó a probar diferentes oficios como deportista, corredor de coches, torero y boxeador. Más adelante, en plena guerra cristera, terminó siendo policía secreto en la ciudad de México. Empieza su carrera en el inicio del cine sonoro, en la época preindustrial. En su momento de mayor productividad, durante la época de oro, llegó a filmar hasta siete películas al año, y, ya los años 60 y 70, coincidiendo con su edad madura, se nota su vejez y su consiguiente evolución temática. Incluso físicamente empieza a decaer muy de la mano de la industria, que llega también a una decadencia total en los años 70 y 80.

PROGRAMACIÓN DE COLÓN CINEMA. La programación del ciclo que impulsa la Casa de Colón en colaboración con la Asociación de Cine Vértigo contempla hasta el mes de julio de 2015 numerosos títulos de las filmografías mexicana, colombiana, argentina, cubana, brasileña, portuguesa y alemana.

La próxima película que se proyectará en julio dentro de este ciclo será ‘Vinicius’.

Colón Cinema propone desde hace años un programa de difusión y promoción de las cinematografías de América Latina mediante la exhibición –en un marco estrictamente cultural- de diversas obras, de todos los géneros, en un rico recorrido por el cine hecho a ambos lados del Atlántico.

En este recorrido, la Casa de Colón y la Asociación de Cine Vértigo pretenden contar con la complicidad del público a la hora de recuperar la figura de cineastas de capital importancia en el devenir del cine iberoamericano, y que las proyecciones sean una ventana abierta a la actualidad y la historia, al riesgo incomprendido y al clasicismo incuestionable, pero, sobre todo, al buen cine.