JuanJesúsHernándezLópez

La Fundación CajaCanarias ha procedido a anunciar el fallo de su Premio de Poesía “Pedro García Cabrera” 2019, que anualmente convoca en el marco de su calendario de galardones en diferentes ramas artísticas. El jurado de la presente edición, conformado por María Ángeles Alemán Gómez, Antonio López Ortega y Francisco Martín León, ha considerado ganadora del certamen a la obra titulada “Un taxidermista entre jirafas”, obra del autor grancanario Juan Jesús Hernández López. El premio lleva aparejado una dotación económica de 3.000 euros, así como la publicación de la obra vencedora.

Bajo el pseudónimo de “Travis Bickle” aparece un taxista de profesión, de la misma manera que el inolvidable protagonista de “Taxi Driver”, que el presente año ha irrumpido en la realidad de las letras canarias para no dejar indiferente. No obstante Juan Jesús Hernández, originario de la localidad británica de Reading pero establecido en Las Palmas de Gran Canaria desde 1976, comienza a escribir hace menos de cinco años, se une a un taller de creación literaria en 2017 y, en el presente ejercicio y tras ordenar su producción poética, decidió presentarse tanto al Premio “Pedro García Cabrera” como al “Ciudad de Las Palmas”, para alzarse con el primer premio en ambos casos.

Un poemario que destaca, a juicio de la valoración del jurado, por su frescura, por su tono y su dicción, donde se mezclan conscientemente y de un modo eficaz el realismo y las imágenes sorprendentes, imaginativas y llenas de intencionalidad para conducir a “Un taxidermista entre jirafas” a alzarse con el galardón poético que anualmente concede la Fundación CajaCanarias. No obstante, Juan Jesús advierte con respecto a la mencionada obra como de “Como el que monta una ferretería en el centro del Sahara” (Ganadora en el certamen de la capital grancanaria), además de un tercer volumen, aún inédito, que consisten en poemas que nacieron sin intención de pertenecer a ningún título en concreto, desordenados y caóticos, pero deudores del mismo impulso poético: el de la ingenuidad de alguien que aprende a nadar siendo ya adulto y observa, con desconcierto, cómo ese líquido se cuela por las rendijas y transfigura la memoria, para llegar a preguntarse: ¿por qué y para qué la poesía? A partir de ese interrogante, Juan Jesús Hernández cree haber sacado en claro dos cosas: La primera, la poesía no es una cuestión de voluntad sino de capacidad; la segunda, no sirve para nada, pero lo mantiene a uno entretenido.

Y es que la reflexión sobre la identidad, la libertad individual y las libertades colectivas, la pérdida de sentido metafísico y su proyección en la infancia tiñen sutilmente el conjunto de compromiso civil y político, pero sin caer en ensoñaciones masivas y haciendo gala, en todo momento, de un sentido crítico afilado y de un nihilismo irónico.

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