SWCIFTC_Still_x.tif

SWCIFTC_Still_x.tif

La Filmoteca CajaCanarias recupera hoy martes 5 de mayo, a partir de las 20 horas, su cita con el público tinerfeño dentro del último ciclo programado que, bajo el título «El cine y el Muro«, recopila un programa de proyecciones coincidiendo con el 25 aniversario de la desaparición de la República Democrática Alemana y, en concreto, de la forzosa división fronteriza representada en Berlín por esa estructura que representó, por espacio de tres décadas, la polarización ideológica a nivel planetario. La cita, como viene siendo habitual, tendrá lugar en el Espacio Cultural Fundación CajaCanarias, de Santa Cruz de Tenerife.

Para la segunda fecha del mencionado ciclo cinematográfico, la Filmoteca CajaCanarias ha dispuesto el visionado del largometraje «El espía que surgió del frío», un auténtico clásico del denominado «cine de espionaje», género que alumbró notables producciones coincidiendo con el período de «guerra fría», entre las dos superpotencias. En esta producción, rodada en 1965 como adaptación de uno de los primeros éxitos literarios de John Le Carre, destaca la notable actuación de Richard Burton que, junto a la dirección artística del filme, recolectó las dos nominaciones a los Premios Oscar por parte de este largometraje, dirigido por Martin Ritt. Asimismo, «El espía que surgió del frío» se alzó con cuatro premios Bafta (Película, actor, fotografía y dirección); el Globo de Oro al mejor actor secundario (Oskar Werner); o el Premio Donatello a la mejor interpretación masculina (Burton).

En «El espía que surgió del frío» se relata cómo, a pesar de que sus últimas misiones son bastante irrelevantes, el agente secreto británico Alec Leamas no desea abandonar la clandestinidad para ocupar un despacho oficial. Su nueva misión en la Alemania Oriental parece más interesante: consiste en hacerse pasar por un desertor y para que su deserción resulte verosímil se las ingenia para desacreditarse y desacreditar a sus jefes hasta conseguir que lo expulsen de la agencia de inteligencia británica. De este modo no le resulta difícil entrar en los círculos de espionaje comunistas. Sin embargo, el agente acaba descubriendo que su misión es una simple tapadera y él un instrumento al servicio de un complot secreto.