Porosidad del halito_detalle II_2018

El artista tinerfeño Jesús Hernández Verano exhibe en la Sala de Arte Contemporáneo del Gobierno de Canarias -SAC- una cuidada propuesta expositiva bajo el título ‘Rumia’, en la que deja entrever no sólo su compromiso poético y social, que se desliza entre la «ausencia de la presencia y la presencia de la ausencia», entre lo que vemos y lo que pensamos, lo visible y lo invisible, lo concreto y lo abstracto.

‘Rumia’ es la tercera exposición firmada por Hernández verano en 2018, que, en su conjunto, supone el resultado de un singular proyecto artístico y de investigación, en las que utiliza una serie de elementos y técnicas que transitan entre el dibujo, la fotografía, la escultura y la instalación para «activar las huellas, rastros, índices e indicios de dimensiones no evidentes, pero intensamente significativas», declara el artista.

El conocimiento que persigue con el arte “es siempre oscuro, incierto, enigmático, abierto, inagotable como todo conocimiento, como toda realidad. «Trabajo con la reducción a lo esencial, con la simplicidad y silencio visual. Es decir, el significado se halla en un espacio indefinido, que difiere tanto del aspecto formal de la pieza como de la mirada del espectador, llena de influencias externas”, apunta.

La memoria da forma a un tejido fragmentado, a un tejido superpuesto en capas. En sus obras afloran lo consciente y lo inconsciente, el placer y el dolor, lo oscuro y lo transparente, lo rígido y lo fluido. En lugar de una representación explícita, muestra la sugerencia del tránsito de las cosas. De ahí ciertos materiales pobres, de cambio, de metamorfosis, de alquimia, de desaparición. Cera, madera, ceniza, caucho, piedra basáltica, láminas de oro, papel, bronce ..

Su obra se construye, no en el centro de lo que se nos propone, sino en los márgenes, en el límite entre el objeto y el mundo, en el lugar donde se produce un hundimiento de lo visual. Una llave que perfora el vacío de la memoria y abre un espacio hueco. Proyecta sueños que procuran al espectador alguna ruta por la que ir desde su dolor hasta la calma, entre la irresoluble necesidad de dar testimonio y la conciencia de que es tan poco lo que puede darse o decirse. Lugares donde detener la mirada, que depende también de la predisposición de quien mira.

Lo real, lo ficticio, lo ilusorio, lo hiperreal recorre su propio abismo interior., con un arte de contención de la soledad, según el crítico Nilo Palenzuela, quien añade que este artista encuentra en «lenguajes simbólicos que se produjeron en un arte y una poesía más cercanos a nuestra época. Me refiero al fin de siglo XIX y al comienzo del siglo XX, me refiero a la época del simbolismo y de nuestro modernismo”.

La exposición podrá visitarse del 16 de noviembre de 2018 al 4 de enero de 2019 en esta sala ubicada junto al Parque de La Granja, en el edificio de la Biblioteca Pública del Estado en santa Cruz de Tenerife. El horario de apertura al público es de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas.

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