La pieza teatral creada en torno a Alonso Quesada, protagonista de Letras Canarias 2025, se pondrá en escena este sábado 11 al Teatro Salinero, en Lanzarote, en una sesión gratuita organizada por el área de Cultura del Gobierno de Canarias. ‘Siempre: tres poemas, dos crónicas y un chelo’, es una obra diseñada por Clapso Producciones y cuenta, entre otros con la destacada actriz Mari Carmen Sánchez. Las invitaciones están disponibles en el apartado de esta actividad en www.culturalanzarote.com.
Estrenada el pasado 21 de febrero, Día de las Letras Canarias, en Gran Canaria, la obra ha iniciado un recorrido por otros escenarios del archipiélago. En Lanzarote, la función comenzará a las 20.00 horas. Se trata de una creación teatral en homenaje a la figura de este destacado autor isleño, diseñada bajo la dirección artística de Israel Reyes. El elenco se completa con los actores Víctor Formoso y Rubén Darío, que comparten también escenario con la chelista Paula Torres Vega, encargada de la música en directo.
Durante la sesión se repasarán algunos de los momentos más importantes de la biografía del escritor, a través de una selección de textos escenificados.
La consejera de Universidades, Ciencia e Innovación y Cultura, Migdalia Machín, señaló que “desde el Gobierno de Canarias trabajamos para que la cultura sea un derecho accesible y compartido. Homenajes como este nos permiten reconocer a quienes construyeron nuestra memoria colectiva y, al mismo tiempo, fortalecer el vínculo entre la ciudadanía y la literatura canaria. Reivindicar la figura de Alonso Quesada es también invitar a las nuevas generaciones a leer, escuchar y comprender las raíces de nuestra creación literaria, porque en la palabra de nuestros autores se encuentra una parte esencial de la identidad y del pensamiento de Canarias”.
Alonso Quesada
Rafael Romero Quesada, conocido artísticamente como Alonso Quesada, nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1886 en el seno de una familia humilde. Desde joven mostró una profunda inclinación por la literatura, pasión que lo acompañaría toda su vida y que se reflejaría en una obra marcada por la sensibilidad social y la mirada crítica hacia su entorno.
Durante su etapa escolar en el Colegio San Agustín, Quesada entabló amistad con figuras clave de la cultura canaria como Néstor Martín de la Torre, Saulo Torón y Tomás Morales, con quienes compartió inquietudes artísticas y una sólida hermandad intelectual. Como señala la filóloga Beatriz Morales, “el modernismo de estos autores buscaba hacer universales los elementos locales, abrir Canarias al mundo sin renunciar a su identidad”.
Tras la muerte de su padre, Quesada asumió la responsabilidad de sostener a su familia, compuesta por su madre, tres hermanas y dos tías. Trabajó como oficinista en la compañía británica Elder Dempster Canary Islands, experiencia que influiría notablemente en su literatura, donde plasmó una visión crítica del mundo colonial británico en obras como ‘Banana warehouse’, ‘Smoking room’ o ‘Las inquietudes del hall’.
Comprometido con su tiempo, fue autor de ‘Crónicas de la ciudad y de la noche’, donde retrata una Las Palmas en transformación, vibrante y contradictoria. Además, dirigió la revista cultural Ecos, consolidándose como una voz esencial de la modernidad insular.
En 1915 publica su primer poemario, ‘El lino de los sueños’, prologado por Miguel de Unamuno, adoptando definitivamente el seudónimo Alonso Quesada. Su poesía, de tono claro y profundo, refleja la conciencia de clase y la denuncia de las duras condiciones laborales de la época: “Yo gano el pan de una infeliz manera / porque yo no nací para estas cosas…”.
En 1920 contrajo matrimonio con Rita Suárez, con quien tuvo a su hija Amalia. Poco después enfermó de tuberculosis y fue acogido por su amigo Tomás Morales en Agaete, donde escribió ‘La Umbría’ (1922), una de las obras maestras de la literatura canaria. Inspirada en su convalecencia, la pieza retrata con hondura poética la represión familiar y la enfermedad como metáfora de la asfixia vital.
Alonso Quesada falleció en 1925 en Santa Brígida, dejando tras de sí un legado literario que combina compromiso social, modernismo y un hondo amor por su tierra. Su memoria y la de sus compañeros Morales, Torón y Néstor de la Torre siguen vivas como pilares de la identidad cultural del Archipiélago.
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