Joan_i_Andrea-3A Joan Chamorro y Andrea Motis les unió, en principio, un intenso amor por el jazz. Joan ya lo conocía y Motis fue poco a poco descubriéndolo, dadas sus clases del estilo. Ella, alumna, y él, profesor, pronto notaron que a nivel profesional tendrían todo un caudal de labores a realizar. Hoy por hoy, relucen en sus vitrinas un soberbio disco en común, ‘Joan Chamorro presenta Andrea Motis’ y otros dos con la Sant Andreu Jazz Band, ‘Jazzing’ (1 y 2). Estas tres publicaciones son el fructífero resultado de esta mezcla musical. En ellos se cuelan una multitud de colaboraciones tales como Esteve Pi, batería, Ignasi Terraza, piano, Dick Oatts, saxo, o Perico Sambeat, saxo, que hace crecer entre los jóvenes un indudable aliciente; tocar con sus ídolos y, en ocasiones, dejando atrás campos como la experiencia, poniéndose a la altura de los mismos.

También tendremos tiempo para abordar la curiosa forma que tiene Joan de enseñar a jóvenes. Alejado de la estratificación en cursos de enseñanza, Chamorro, los une en una clase a todos, cual en una Big Band, y fluyen conversaciones musicales, inquietudes diferentes, enseñanzas generacionales y sobre todo, parece que desprende la misma armonía propia de la música.

– Joan y Andrea , para empezar la entrevista me gustaría que nos den algunas señales sobre su trayectoria musical ¿Cómo les llegó el veneno de la música?

– Joan Chamorro: Siempre me gustó la música pero no era especialmente consciente. Era una cosa más entre otras y de pronto me vi acabando los estudios básicos y teniendo que decidir que hacer con mi vida. Imagínate, cuando tenia 18 años, me dio por comprarme un saxofon, ya tocaba la guitarra y también la flauta dulce, todo de oído. Después de cierto tiempo caí, como por casualidad en el Taller de Musics de Barcelona. Allí conocí el jazz y empece a estudiar mucho. Se puede decir que así comenzó mi carrera musical.

– Andrea Motis: Mis padres siempre quisieron que estudiara música, desde que cumplí los tres años estoy en una coral, después en la escuela, con un instrumento, y poco a poco he ido creciendo con esa idea. En lo que se refiere al jazz, a mi padre especialmente siempre le ha gustado, pero cuando éramos más pequeñas no nos llamaba la atención, ni a mí y a mi hermana. Ha sido tocando que hemos entrado y entendido esta música. Estoy muy agradecida al valor que he cogido de mis padres por el arte y el amor por el jazz que me ha transmitido Joan y después todos los músicos con los que he ido tocando.

– ¿Cómo surgió la idea de la Sant Andreu Jazz Band, estos volúmenes que llevan como título ‘Jazzing’?

– J. C.: En la escuela donde imparto clase de saxofón a niños empecé también a hacer agrupaciones. Todo comenzó hace unos 5 años, una de estas agrupaciones sonaba bastante bien y eran 9 niños. Tenían entre 10 y 15 años fuimos al Festival de Jazz de Terrassa, dentro del apartado de jazz joven. Creo que trabajamos muy bien y llevamos un repertorio bastante trabajado, todo de memoria de temas dixieland, swing, algún funky. Gustó muchísimo y continuamos trabajando en esa linea, aprendiendo la música a través del oído, transcribiendo a los grandes solistas, practicando cada uno su instrumento intentando imitar a los grandes. Al final llegaron a ser 18 jóvenes. Volvimos a Terrasa pero esta vez como un número oficial del Festival, allí empezó la Andrea a cantar algunos temas. En aquel momento era la única cantante de la SAJB. Gustó tanto que pensé que estaría bien que quedase constancia de nuestro trabajo en un CD pero también pensé que sería bonito que también hubiera imagen para que la gente pudiera ver que aquella música que sonaba tan bien y tan fresca era tocada por gente muy muy joven. Así que planeamos la grabación en directo y de ahí salió el ‘Jazzing 1’ en donde también colaboraban profesionales del jazz tales como Ricard Gili, Ignasi Terraza, Dani Alonso, Josep Traver, Sergi Vergés, Clara Sallago , Pepe Robles, Curro Galvez, Juli Aymi…) También con una intención pedagógica y también como una muestra de que los niños podían estar a la altura de las circunstancias.

– ¿Fue el momento en el que se les ocurrió hacer Jazzing 2?

– J.C.: Claro, funcionó tan bien la primera parte que empezaron a salir actuaciones y la demanda de la SAJB fue a más. Entonces se me ocurrió que por qué no grabar uno por año en donde viésemos la evolución de la banda. Me pareció que pedagógicamente era muy interesante, el mero hecho de ver cómo crecían tanto musicalmente como físicamente. Vino ‘Jazzing 2’ en el que contamos con la presencia de músicos profesionales, pero ahora del panorama internacional. Estamos hablando de gente como Dick Oatts, Perico Sambeat, Bobby Gordon, Ken Peplowsky, Mathew Simon, etc…

– Joan, trabajando con chicos de esta edad -10 y 16 años – ¿Se siente uno más cómodo a la hora de moldear este barro húmedo? ¿Son más permeables a las influencias musicales?

– J.C.: La mayoría de mis alumnos comienzan conmigo cuando tienen 7 años. Es el caso de Iscle Datzira, y el de Eva Fernandez, y todo el resto de saxofones de la SAJB. Intento, ya desde el principio, crear una buena relación con el instrumento y mi concepción de esta relación es que tiene que ser lo más natural posible y en la música lo más natural es el sonido y no la mera codificación del sonido (partituras). Todo lo que se toca en el instrumento es lo que se oye interiormente, tengo comprobado que esta manera de trabajar, funciona muy bien. Trabajamos melodías, muchas melodías de memoria. Esto es más efectivo porque no existen las barreras de las partituras, que para mí, en principio, son barreras. Los resultados son increíbles. Los niños tienen una capacidad que no deja de sorprenderme cada día. Ellos son muy muy permeables a las influencias musicales por eso yo hago una selección muy precisa de lo que quiero que trabajen. Mi experiencia me ha llevado ver que eso es un buen camino, no el único pero un muy buen camino para que ellos se enamoren de esta música.

– Chamorro, usted los diriges pero ¿hay momentos en los que le sorprenden y le hacen una propuesta musical que después fructifica?

– J.C.: Absolutamente sí. Como te digo no dejan de sorprenderme y cada día más, los más grandes porque ahora dan sus frutos improvisando de manera muy coherente y en el estilo, sacando sus propios sonido, buscando sus propios modelos, su personalidad. Los más pequeños porque me demuestran cada día que están entusiasmados con esta música y son ellos mismos los que me proponen temas o solos para transcribir. Yo también aprendo con estos músicos un montón.

– Estos cds supondrían un orgullo para cualquier sistema educativo, ¿Es fiel reflejo de lo que sucede en las aulas musicales de Catalunya?

– J.C.: Estos cd’s son el reflejo de nuestro trabajo, yo no tendería a generalizar. La SAJB es un proyecto que ahora cuenta con veinticinco niños de edades comprendidas entre siete y veinte años con una media de catorce. Eso, en sí mismo, ya es atípico porque normalmente en las escuelas se estructuran por edades y por niveles. Es totalmente lo contrario que lo que pasa en este grupo ya que los más pequeños aprenden de los mayores y viceversa. Creando una energía colectiva que hace que todos aprendan de todos y generando un entusiasmo y ganas de trabajar que hace que suenen como suenan. Los sistemas educativos son muy rígidos por norma general (no digo que no haya excepciones que seguro que las hay) pero encuentro que se pierde mucho tiempo en analizar y en querer poner sobre el papel cosas que, ademas son difíciles de transcribir en un texto. Hay sensibilidades diferentes y el profesor tiene que tener margen para poder moverse dentro de estas diferencias. Obviamente, para el profesor es más cansado este sistema. Lo fácil sería tener tu libro e imponer las lecciones que tocar cada semana. El sistema tradicional tiene varios déficit en relación a la magia, a la libertad, a la emoción y creo que en esos aspectos no funciona.

– ¿Quiénes intervinieron a la hora de elegir el ‘Set list’, los temas de los cds?

– J.C.: En principio, básicamente, lo seleccionaba yo pero ahora, cada vez más son los integrantes de la banda los que también participan en la elección de los temas.

– ¿Cómo es un concierto de Andrea y de Joan? ¿Suelen cambiar mucho de formaciones? ¿En cuál formación -trío, cuarteto, Big band- se sienten más cómodos?

– J.C.: Los conciertos que realizamos Andrea y yo, sea en trío, cuarteto o otra formación, son mágicos. Por lo menos esa es mi sensación y ésta se corrobora con lo que nos devuelve el público con sus aplausos, su entusiasmo y sus comentarios finales que suelen ser positivos. Creo que Andrea tiene magia, canta desde el corazón, sin ser espectacular en absoluto, es sentimiento y le pasa lo mismo cuando toca su trompeta y sus saxofones. Andrea es música toda ella, une la capacidad musical del dominio de la materia sonora con la capacidad de hacer de eso, arte. Tenemos un concepto muy parecido de lo que queremos que pase en el escenario, una complicidad que hace que la música fluya sin trabas. Con Josep Traver a la guitarra nos entendemos muy bien, lo mismo pasa con Ignasi Terraza al piano. Pero, sin embargo, cuando tocamos con la Sant Andreu Jazz Band es diferente porque Andrea allí no tiene un especial protagonismo. Estamos muy contentos con la acogida que han tenido los conciertos en general.

– Andrea, le hemos visto cantar, tocar la trompeta, también tocas el saxo ¿Cómo fue tu historia? ¿Qué vino antes el canto, el saxo o la trompeta?

– A.M.: Primero comencé casualmente con la trompeta a los 7 años porque no había plaza para otros instrumentos. Cuando ya tenía 11 años, comencé con el jazz con Joan y veía a menudo sus alumnos saxofonistas y quise aprender a tocar el saxo también. Cantar me ha gustado siempre y escuchaba a las cantantes hasta que empecé a cantar con la Sant Andreu Jazz Band, luego con Joan, ahora ya hay cinco cantantes más a la banda que se han animado también. Cantar es diferente, para mí es como un añadido ya que apenas he trabajado como hacerlo y me siento más libre. Pero me gusta mucho también, me ayuda cantar también lo que toco y cuando aprendo algo, lo aplico a los tres instrumentos. Es complementario.

– ¿Toca en algún club que le tendría prohibida la entrada por edad, Andrea?

-A.M.: Pues hasta ahora he tocado desde los 13 años de vez en cuando en bares, clubs etcétera, donde no podía entrar otras veces a ver conciertos, como el Jamboree, el Apolo, en el Milano, entre otros. Y en horarios muy nocturnos también. Pero para mí es especial, me gusta poder entrar y tocar y me divierto tanto en estos sitios como en cualquier plaza o teatro.

– ¿Con qué instrumento se siente más cómoda?

– A.M.: Con la trompeta, porque llevo tanto tiempo tocando que siento que forma ya de alguna manera parte de mí. Además es más especial, lo veo menos común, me comunico mejor con ella o a través de ella y en definitiva es lo último que querría dejar de tocar.

– De cada una de esas disciplinas, Andrea, ¿Quiénes son sus ídolos?

– A.M.: ¡Hay tanta gente! En la trompeta destacaría a Chet Baker, Dizzy Gillespie, Harry «Sweets» Edison, Bobby Hacket, Miles Davis y Louis Armstrong, principalmente. En los saxos, son obligatorios, sobretodo Canonball Adderley, Charlie Parker, Lester Young, Sidney Bechet, Sonny Stitt y Johnny Hodges. Por citar a algunos.

– Joan a usted también le vemos con contrabajo y con saxo ¿Quiénes le influyeron para elegir esas vías para explorar la música?

– J.C.: Hay una persona muy importante en mi carrera musical y por extensión, muy importante para la mayoría de mis alumnos. Él es Scott Robinson, saxofonista, trompetista, trombonista, clarinetista y loco por la música y por el mundo sonoro en general, se trata de un miembro de orquestas tan importantes como la de Maria Scheneider o Joe Lovano nonet, Toshiko Akiyoshi Big Band y un sinfin de formaciones. Es un poli-instrumentista que a parte toca todos los estilos de jazz desde los mas arcaico a lo mas rabiosamente moderno. En eso también es una muy importante influencia sobre mí y sobre todos mis alumnos. Aprendemos desde Louis Armstrong y Sidney Bechet hasta John Coltrane, Miles Davis o Lee Konitz. Además quiero recordar que Scott Robinson forma parte del gran elenco de músicos con los que grabamos mi primer disco el tema Baritone Rhapsody y también tocó con la Sant Andreu Jazz Band, hace como unos tres años. Y últimamente, para mi sorpresa, lo que más hago es tocar el contrabajo puesto que nunca lo estudie con rigurosidad. Lo adopté intentando aprender poco a poco, disfrutando con él.

– Bajo su experiencia Joan, ¿qué nombres nos vienen en el jazz que nos pueden sorprender en breve?

– J.C.: Hay muy buenos músicos en Barcelona y algunos de ellos estoy seguro que harán cosas muy bonitas e interesantes – sería injusto nombrar a alguno y dejarme a otros- pero yo confío en que la mayoría de mis alumnos y que en unos años tendrán mucho que decir en el panorama del jazz. Creo que Andrea ya lo esta haciendo y con ella por ejemplo, Iscle Datzira y la Eva Fernandez.

– Háganos también un poquito de cicerone por el ambiente de Catalunya y de Barcelona ¿Cuál o cuáles es el club perfecto? ¿Cuál es el lugar que es ineludible de la ciudad para disfrutar del buen jazz?

– J.C.: Obviamente el primero que tengo que citar es el Jamboree. Es un local con una programación diaria increíble, combinando músicos locales con músicos extranjeros e intentando ser abierto tanto a las nuevas tendencias como a el jazz mas tradicional. La única pega es que cuando acabas el concierto no hay un paso gradual y empiezan con la música disco (será, me imagino por una cuestión económica pero es triste no poder tomarte una copa sin que te martilleen el oído). También esta la Jazz Cava de Terrassa, y otros locales en Barcelona que están apostando por programas esta música.

– Andrea, ¿Cómo se siente una chica como usted editando música con gente tan importante como el mismo Joan, Perico Sambeat, Dick Oatts, Bobby Gordon o Ignasi Terraza? ¿Es consciente de lo afortunada que es?

– A.M.: La verdad es que sí. Estoy muy agradecida a la vida, a Joan, y todos los músicos con los que he compartido experiencias en estos discos y conciertos. Es increíble que cada vez más a menudo toco con músicos a los que, si no lo hiciera, soñaría con escuchar y aún más tocar. Además yo cada vez que esto ocurre, aprendo musicalmente y en todos los sentidos. Siempre he recibido mucho apoyo y mucha alegría y confianza de estos grandes músicos que me acompañan, además.

– Más allá del jazz ¿Tiene tiempo para otras cosas? ¿Escucha más música que el jazz o eso es lo tuyo?

– A.M.: El jazz es lo que más me llama la atención, pero es un campo tan amplio que escucho música muy, muy diferente. Más que estilos escucho canciones que me gustan, intérpretes y me gusta indagar en canciones antiguas o modernas y escuchar cosas, a ser posible, nuevas.

– Me da la sensación que en el CD ‘Joan Chamorro presenta Andrea Motis’ han hecho una elección cercana a los medios tiempos, a las baladas ¿Hay planes para hacer nuevas ediciones que den más swing al oyente?

J. C.: No ha sido de una manera consciente. Sencillamente salió así de manera natural. Habían más temas y algunos de ellos eran mas rápidos pero finalmente escogimos estos, buscando también una coherencia en el sonido del disco. Ahora tenemos planes para hacer cosas diferentes un disco en el que se hará un homenaje a la gran Billie Holiday y al saxo Lester Young, un trabajo que se llamará algo así como ‘Only for dancers’ y que integren temas muy pensados para bailar swing. También tenemos en cartera otro disco que será de Andrea, con Joan Chamorro Group para el cual ya estamos pensando temas diferentes y algunos de ellos serán bastante rápidos y ‘swingantes…’

A. M.: De hecho, cuando grabamos el disco estuvimos varios días y grabamos muchísimos temas con diferentes acompañantes. Es casual que los temas que elegimos eran la mayoría cantados y de tiempos medios y baladas, aunque también los hay que no, como L.O.V.E. o Bli-Blip. Eran los que más nos apetecían en el disco, pero ahora ya casi no tocamos estos temas si no los piden, porque intentamos incorporar un nuevo tema cada concierto. Así que el nuevo álbum será completamente diferente.

– Aprovechando esta visión al futuro ¿Qué planes les espera para los próximos meses?

A.M.: Creo que vendrán muchos conciertos muy interesantes, alguna gira por el extranjero, y , como te señalamos, grabaciones de nuevos discos compactos.

– Si tuvieran que destacar alguna anécdota de estas giras, de los ensayos y de estas grabaciones ¿Cuál sería?

– A. M.: Las hay en todos los conciertos y ensayos, la verdad. Pero una de las buenas fue cuando en un concierto decidimos que vamos a tocar «I can’t belive that you’re in love with me», marcamos y empiezo tocando «24 hours a day» (que por suerte está en el mismo tono) y Joan Chamorro y Josep Traver, a la guitarra, se desesperaron, siguiéndome como pudieron. Las veces que he salido a conciertos descuidando la etiqueta del vestido dentro, o los múltiples nombres con que me llama Joan y la gente siempre alucina. Pero no hace falta nada especial para hacer cualquier broma y siempre acabamos estando de risas. Hay un buen ambiente dentro de la banda.

– J. C.: Anécdotas muchas, pero yo resaltaría algo que paso cuando acabamos la primera sesión de grabación con Ignasi Terraza, en dónde estábamos tocando a trío, en casa de nada más y nada menos que Chano Dominguez. Andrea y yo nos miramos y de nuestros ojos empezaron a brotar lágrimas y nos abrazamos, sintiendo que habíamos hecho algo muy bonito, algo especial, algo que llegaría a mucha gente, algo que nos llevaría a lo que nos esta pasando ahora, algo que era el inicio de un camino musical maravilloso que nos permitiría compartir nuestro amor por la música con muchísima gente. Y eso es lo que esta pasando, lo que esta sucediendo. Ahora, cada vez que acabamos un concierto nos abrazamos como diciéndonos que seguimos ahí con esa inmensa ilusión y felicidad de poder hacer lo que estamos haciendo; sencillamente música y la verdad es que cada día nos lo pasamos mejor.