Manolo_Vieira_copiaManolo Vieira regresa este sábado próximo, día 28 de noviembre, en una única función prevista a las 20.30 horas, al Auditorio de Teror, para volver a llenarlo de público, como ha sucedido en todas las ocasiones anteriores en las que el genial y querido humorista de La Isleta ha visitado el mencionado recinto. ‘Sólo por reír’ es el título del nuevo show que Vieira presenta en esta nueva ocasión, cuyo contenido habla de lo cotidiano desde una perspectiva «ecléctica» y «absurda», con relatos canarios y chistes a los que alude muy bien su denominación.

Como explica Vieira, «la risa es imprescindible para la vida. Todo adquiere sentido si reímos y si ríen los que queremos. Incluso las adversidades se sobrellevan mejor con la risa, dentro de las posibilidades, claro está. Dedicarse a esta bendita profesión es más una forma de vida que un trabajo al estilo clásico. Me ocupa hacerme eco de las necesidades de la gente, ser vocero de sus inquietudes y observador activo de la cotidianidad que nos acontece a todos. Pensar en mi público como pienso en mí mismo es mi fin último, reflejando nuestras bondades y nuestros desaciertos», explica.

Manolo Vieira es nuestro humorista de referencia. Ha sabido mejor que ninguno metabolizar con su particular ingenio, el espíritu y la idiosincrasia de los canarios y sus avatares domésticos. Nada tiene desperdicio en sus apariciones, y su genial manera de interpretar el carácter del isleño le ha granjeado el respeto en los últimos 25 años de un público que nunca se cansa de disfrutarlo. Al fin y al cabo, Manolo es como un espejo en el que infinidad de nosotros nos reflejamos. Es una especie de chamán cómico que nos recuerda esa multitud de situaciones que en alguna ocasión hemos vivido en el mercado, nuestro centro de salud, la farmacia, la parada de la guagua…

Sin trampa ni cartón Manolo Vieira presenta su nuevo espectáculo donde nos trae alguna historia de las de siempre con muchas nuevas para que nos veamos en un espejo donde nuestro reflejo sonríe. Manolo Vieira con un micrófono y una silla es la transparencia hecha espectáculo. Sin cortapisas y sin engaños presenta en el Auditorio de Teror este espectáculo de risa sana que mira dentro de todos nosotros.

«Estoy vivo y eso es un premio, por lo que he de justificar mi existencia actuando». Casi nada… Igual que nosotros: estamos vivos y, como premio, tenemos que seguir tirando como buenamente podamos entre la odisea de tanto recorte.

Lo que no parece querer abordar Vieira son cuestiones relacionadas con la actualidad política o social en su nuevo show. «Lo estoy evitando, aunque subyace en el discurso». Y lo hace porque, afirma, «te equivocas: hay cambios tan radicales que lo mismo afirmas algo que pasado mañana se desmiente», dice.

«El defecto de información nos venía tan a contrapié como el exceso que recibimos hoy en día, ya que tanto la carencia como la abundancia nos llevan a menudo a una postura de hastío e indefensión. Hoy en día pedimos transparencia. Nos ahogan las mentiras, o las medias verdades, que no es lo mismo pero es igual. Y queremos saber, no la opinión de unos pocos, sino la verdad de muchos», sostiene el humorista. «Una de mis verdades: no tengo Tarjeta Negra, pero puedo pintar la del Servicio Canario de Salud», bromea.

Como ya es habitual en Vieira, tanto sus vivencias y recuerdos de infancia cerca de la orilla de La Puntilla, como su peculiar capacidad para leer desde el sarcasmo todo lo que lo rodea y padece, se convierte en humor cercano, en disparatadas situaciones tan propias y comunes de la esfera doméstica de lo que podríamos denominar como hecho diferencial canario.

HUMOR IDENTITARIO

El humor de Vieira es un artefacto que celebra y elogia lo identitario empleando un riquísimo y original repertorio léxico y gestual que extrae del pálpito elocuente de la calle. Y de eso se percató en 1985, cuando su esposa, su recordada Maruquita, le dijo que podía ganarse la vida haciendo reír a la gente. Ahora tiene 66 años y nadie lo diría. «Duermo en la nevera… eso ya todo el mundo lo sabe. Yo hace muchos años que me acuesto temprano, me cuido y voy al médico cuando toso», bromea.

Manolo Vieira confiesa que su humor «ha ido ganando con los años en propuestas y registros. Toco muchos más temas y de manera más recurrente y fresca: desde lo político a lo social, pasando por el absurdo al chiste de siempre», apunta. Se define como un ser «insatisfecho por naturaleza, porque hay que seguir aprendiendo y proponerse ser mejor persona. Hay que tener ilusiones que te mantengan vivo», sostiene. «Yo pertenezco más al arte de la calle, al que está más pegado a la realidad cotidiana de la mayoría», sostiene el humorista al que su padre siempre le recomendaba «relajo, sí, pero con orden».

El humorista confiesa que cada vez que se sube a un escenario se prepara «como si fuera la primera función y consciente de que el público se merece la máxima entrega y respeto. Es gente que espera que les cuentes algo y los diviertas, y por muchos años que lleve actuando, nunca pierdo ese respeto hacia ellos. Y cada vez más, porque cada vez me siento más responsable», dice. «Me dedico al humor porque necesito hacer reír a la gente. Todos los artistas necesitamos ser queridos».
De su local Manolo Vieira habla con mucho cariño. «Chistera fue un sueño que se llegó a cumplir con mucho sacrificio y tesón. Tras trabajar en Madrid y girar por España montó la sala que cumplió ya sus bodas de plata. «En una época en la que no existía la cultura en directo, no habían espacios ni auditorios como ahora –salvo el Pérez Galdós-, en unos años en los que sólo te contrataban en discotecas y pubs, tuve que construirme esta sala para crearme mi puesto de trabajo», avanza el humorista, que recuerda que por Chistera «han desfilado generaciones y generaciones de canarios. Ahora me vienen a ver los hijos de aquellos primeros clientes que tuve cuando empecé esta aventura», recuerda.

Las entradas para el espectáculo ‘Sólo por reír’ de Manolo Vieira, que se venden al precio de 15 euros, podrán adquirirse en la taquilla del Auditorio de Teror dos horas antes de cada función, así como los martes y los jueves, de 18.00 a 20.00 horas, y en la página de venta on-line www.entrees.es. Más información en www.ateror.es

MANOLO VIEIRA, MÁS DE 25 AÑOS HACIENDO REIR

En la primavera de 1949, en La Isleta, por aquel entonces un barrio marginal de Las Palmas de Gran Canaria, nació uno de los humoristas más representativos de Canarias.

El fenómeno Manolo Vieira no es fruto del marketing, ni de grandes estrategias de producto o mercado. Responde simplemente a la demanda de un pueblo que se identifica con un estilo de hacer reír basado principalmente en lo cotidiano y en la descripción en clave de humor de todo lo que le ocurre o ha vivido cualquier ciudadano español de a pie alguna vez en su vida.
La incorporación de Manolo Vieira al mundo artístico data de 1985 cuando decide dejar su trabajo de mañana para dedicarse a compatibilizar, en el mismo bar donde trabajaba de noche, las labores de camarero con las de humorista.

En 1986 abre su propia sala. Manolo da un paso decisivo en su carrera. Su sala, en donde actúa siempre que su agenda se lo permite y su temporada de 18 meses consecutivos en el Florida Park en Madrid, ya le otorgan a Manolo Vieira un cariz totalmente diferente. En 1988 abre una sala un poco más grande ‘Chistera’ en donde realiza dos pases diarios con un éxito absolutamente inaudito en Canarias hasta septiembre de 1990.

Durante 2002 Vieira afronta un nuevo reto: realizar un programa en un mercado tan competitivo como la Televisión. ‘Esta noche pago yo’ fue líder absoluto durante las trece semanas que estuvo en emisión batiendo a todas las cadenas nacionales en horario de máxima audiencia.

Galardonado con la medalla de oro de Canarias en el año 2002 y nominado al Premio Canarias de Las Artes de 1996, Manolo Vieira se ha convertido en uno de los personajes más queridos de su tierra. Su lucha por intentar, mediante el vehículo del humor, la concordia y la comprensión de los valores y forma de ser canaria, han calado hasta tal punto que ha ayudado a que el mar que nos separa no sea tan extenso.