LuciaM_MarioBurbano4_b_2Nueve pedazos de cielo componen el último disco de nuestra protagonista de hoy, Lucía Martínez. El disco lleva por título ‘AzulCielo. Berliner Projekt’ y en él se explora un sensacional viaje musical y físico, ya que no ha parado de girar hasta llegar a la ciudad germana. Esta joven gallega se ha horneado gracias a proyectos de tal calado como el del también gallego Baldo Martínez, recordamos el hacer de esta música en Projecto Miño y MBM Trío. Lucía ha dejado su personal estilo en esos discos, en distintos estilos músicales que abarcan desde el folklore hasta el free jazz.

AzulCielo supone una genialidad y, de cierta manera, un cambio de filosofía. Uno se encamina a disfrutar de una buena cantidad de diferentes registros de sus parches y platillo. Sin embargo, Lucía se marca otros mundos en este sugerente álbum. Como nos comenta en esta entrevista, en este su último disco es más ella, muestra en toda su intensidad una manera muy interesante de componer y también la compenetración, como decimos, con otros mundos. Es más su sello personal. Es un placer repasar esta edición y la combinación que nos propone con músicos clásicos, como Viktor Wolf al clarinete, Ludwing Hornung al piano o Silke Lange al acordeón, con su impronta siempre libre y sin ataduras. Con ustedes, Lucía Martínez.

– Lucía Martínez, para quien aún no la conozca ¿Cómo se presentaría al público canario? ¿Cómo se inicio en los intrumentos de percusión tales como la batería y los que conforma el vibrafonismo?

– Lucía Martínez: Me llamo Lucía. Soy músico, intérprete y compositora. Mi especialidad es la percusión y la batería, aunque mi corazoncito siempre estará en la música tradicional de Galicia y dentro de ella en la percusión tradicional y en la zanfona, instrumento que también toco. Como compositora y líder de grupo tengo 2 cd’s: Soños e Delirios y el nuevo Berliner Projekt Azulcielo. Como colíder también uno con MBM Trio. Además de eso, mi segunda pasión es el cine y en ese campo también me estoy moviendo bastante últimamente.

A la percusión llegué a través de la música tradicional. Al poco tiempo de tocar sus instrumentos ya sabía que eso era eso que iba a hacer toda la vida. ¡Tenía 9 años! Estudié la carrera de clásico y toqué mucho en orquesta, al tiempo que tocaba con los grupos folk y hacía grabaciones. Con el tiempo caí en la batería y el jazz, que como aire fresco, llegó cargado de luz a mi vida musical y de ahí, con todas las influencias del clásico, jazz, folklore y demás, no me he movido. Estudié superior de percusión clásica en España y superior de jazz ya en Portugal, me marché una temporada a Finlandia, donde empecé un poco con la libre improvisación y completé mis estudios con un Master de Jazz en Berlín. El vibráfono ya lo tocaba antes en el mundo clásico pero “transportado” al jazz abría mi paleta de posibilidades.

– Ha llegado a nuestras manos uno de sus últimos proyectos, Lucía Martínez y Berliner Projekt ‘Azulcielo’ ¿Cómo se le ocurre ese título? ¿Cómo nace el grupo y la idea de grabar en Alemania, en Berlín?

– L.M.: El título inicial era simplemente Azulcielo, al final añadí lo del “Proyecto berlinés” porque era lo que lo diferenciaba un poco de mis otros proyectos. Además lo peor de Berlín es el invierno pero los días en los que el cielo está azul, es la ciudad más maravillosa del mundo (después de Vigo). Si Berlín no tiene ese azulcielo, nosotros se lo ponemos.

El grupo nace en la UdK, Universidad de las Artes de Berlín. Es el resultado de mi proyecto de Master. Todo funcionó muy bien, tanto así, que más allá de la escuela se consolidó después del primer concierto como un grupo estable. Tengo la suerte de contar con músicos de primera, algunos de ellos muy jóvenes, con una energía excepcional, y otros más mayores, con experiencia y madurez musical, que aportan serenidad a la música. La idea de grabar en Berlín surgió de una manera natural, todos vivimos aquí, y además encontré las condiciones ideales para hacerlo aquí. Ni lo dudé.

– Con este proyecto usted ha iniciado un viaje que ha ido desde la improvisación clásica del jazz a algunos territorios muchísimo más férreos como la música de cámara ¿Fue un trabajo duro adecuar un estilo a otro? ¿Qué ámbito sirve a cual?

– L.M.: En mi manera de entender la música ambos estilos se alimentan, con lo cual es una combinación muy orgánica. Lo de encasillar la música es algo muy delicado y muy difícil. Más para mí, que me considero músico. Debido a mi formación, experiencia o como quiera llamarse, tengo la suerte de poder enfrentarme a muchos tipos de música y poder defenderla. El estudiar los diferentes folklores del mundo te abre muchas paletas de posibilidades y como el mundo es tan grande, siempre hay material para estudiar y aprender. El clásico es un camino arduo, pero también fue muy importante para mí. El poder leer cualquier partitura, el poder “descifrar”, te hace más libre a la hora de elegir. Todo esto para explicar que de alguna forma, mi música es el resultado de mi camino, y aunque soy joven, nunca he parado de “rebuscar” y aprender. Así que me alegro que sea difícil encasillarme, o que de alguna manera se vean esas influencias.

– A la hora de componer el material en este proyecto de Berlín ¿En qué se ha inspirado? Hemos escuchado composiciones muy sugerentes como ‘Desayuno con mango’ ¿En qué etapa de la elaboración de un tema se lanza a titularlo?

– L.M.: Creo que la mayor fuente de inspiración en este disco y puede que también en el anterior, sea el cine. Básicamente las historias, los cuentos. Si hubiese la posibilidad, me encantaría poder escribir esas historias también en los discos, pero en los directos sí que cuento algunas de ellas. En la mayor parte de las ocasiones tengo el título antes que la música, es curioso. Pero como las historias vienen antes, normalmente tengo ya preparados los títulos. Otras veces se complica más la cosa, pero siempre pienso mucho los títulos, no pongo cualquier nombre a los temas, les presto la atención que merecen, al fin y al cabo el título es “el marco del cuadro” y aunque lo importante es el contenido, si tiene un mal marco desprestigia al cuadro. Además no me importa poner títulos largos. La música que hacemos ya no es comercial, no necesita durar 2 min. y que el título quepa en la parte inferior del televisor, así que yo con mis historias y fantasías.

– ¿Qué diferencias fundamentales ha encontrado con respecto a su anterior trabajo como líder ‘Soños e delirios’?

– L.M.: El cuarteto con el que grabé “Soños e Delirios”, es con el que aprendí y experimenté en una fase en la que buscaba mi lenguaje y mi identidad en este “estilo” de música. Llevábamos mucho tiempo tocando juntos, y somos como hermanos. El proceso de elaborar un repertorio y pulirlo fue más largo, quedábamos todas las semanas para tocar mi música, standars, transcripciones de discos que nos gustaban, quedábamos para escuchar música mientras tomábamos un vino de Oporto, íbamos a la playa en Oporto y en el coche escuchábamos la última novedad de alguien que había comprado un disco nuevo, en fin, que pasábamos mucho tiempo juntos tocando y escuchando música. Al final el repertorio se cerró y grabamos. El resultado es “Soños e Delirios”, un disco, a mi manera de ver, atrevido y fresco, lleno de ilusión y de ganas, y con una música alejada de lo estándar.

En Azulcielo, el proceso fue otro. Azulcielo es un trabajo más elaborado a nivel de composición, lo cual era un reto del que salí airosa. Considero que es un disco fresco, espontáneo y en el que cada músico tiene mucho que decir. Mi idea era tener todo bien claro y utilizar determinadas técnicas que pudiesen funcionar en el contexto de un quinteto. La formación tampoco es la clásica de un quinteto de jazz. Pero esa era mi idea, tenía al acordeón y al clarinete como elementos tímbricos para experimentar. Un tema como Silencio, en el que yo toco vibráfono, un tema para sexteto, no hubiese sido posible si no estuviese la composición escrita, al igual que X, en la que no hay improvisación. Primero estaba la música y después llegaron los músicos que le pusieron cara y alma al proyecto.

– Usted lidera su propio trabajo con esta banda ¿Es muy difícil hacerlo desde atrás, físicamente, desde los parches y las baquetas?

– L.M.: Liderar, desde cualquier punto, nunca es fácil. Nuestra disposición en el escenario es en medio círculo, con lo cual no me siento atrás. Estoy bien adelante para poder dirigir a mis compañeros. Además me encanta hablar y contar historias, así que las presentaciones pasan a ser una parte importante del conjunto. Además yo estoy mucho en contacto visual con los músicos, pongo mucha energía en cada concierto y tengo una actitud muy activa, con lo cual, al fin nunca estoy “atrás”.

– Por favor, elija cinco instrumentistas en la batería y cinco vibrafonistas:

– L.M.: Por suerte tengo que decir alguno más, hay cosas que no se pueden dejar en el tintero. Baterías: Paul Motian, Daniel Humair, Brian Blade, Jim Black, Max Roach y John Hollenbeck. Vibrafonistas: Gunter Hampel, Steve Nelson, Mike Mainieri, Gary Burton, David Friedmann y Cal Tjader.

– ¿Cuántas veces ha tenido que explicar lo que significa el vibráfono? ¿Cree que existe el suficiente conocimiento sobre este instrumento en la calle? Si tuviera que remitirnos a un CD que no sea suyo ¿A cuál nos llevaría?

– L.M.: Casi siempre hay que explicar el instrumento. Unos piensan que ese es la marimba, o que es un xilófono, pero esa parte didáctica la considero también bonita e interesante. Hay tantos discos buenos de vibrafonistas que es complicado elegir, pero me podría arriesgar con uno. Gary Burton en el año 1971 grabó un disco a solo en el Festival de Montreux. En esta grabación está la memorable Chega de Saudade de Jobim. El disco se llama Alone at Last. Creo que hay una reedición, pero la que recominedo es en la que toca el solito, la del concierto. Ese hombre es increíble.

– Sabemos que se encuentra afincada en Berlín ¿Cuál es la perspectiva musical en una ciudad como esa que presume de ser tan cosmopolita? ¿Qué diferencias encuentra entre la ciudad alemana y las ciudades españolas? ¿Hay más posibilidad para una gallega o un canario en Alemania que en casa?

– L.M.: Berlín es una ciudad alucinante. La oferta cultural de esta ciudad es asombrosa. Teatro, música, cine. Lo puedes ver todo y escuchar todo. La oportunidad de ir a conciertos, ver a músicos del más alto nivel en clubs de jazz a 2 metros tuyo. Hacer sesiones con gente de todo el mundo, convivir y tocar con músicos de todo el mundo. Tener la oportunidad de haber estudiado aquí en la Universidad de las Artes de Berlín, y poder continuar mi formación en música de cine, en la Universidad de Potsdam, es un lujo al cual no tendría acceso en España. Me siento cómoda en la ciudad, feliz con lo que hago, satisfecha en el trabajo, extraña en las tradiciones, y sobre todo tranquila con mi música. Aquí puedo desarrollar los proyectos que quiera, si tengo la idea, lo hago y punto.

Pero hay tres cosas que echo mucho mucho de menos: mi familia, el mar y la luz. (Creo que no necesitan comentario) y nunca me convertiré en una alemana, lo mejor es aprender las cosas buenas de ellos y ser auténtica con lo que yo soy. Las posibilidades las tiene que buscar cada uno donde mejor se sienta. Sentado en casa esperando nunca llegan posibilidades. Pero como mucha gente sabe, estar fuera de “casa” y lejos de tu entorno tampoco es fácil, y no todo el mundo lo aguanta o lo lleva bien. Por suerte, yo me siento feliz aquí y viajo mucho, así que puedo siempre respirar otros aires.

Berlín es una ciudad grande, pero no tiene el ritmo de la ciudad grande española. A mí se me haría muy difícil mantener el ritmo de ciudades como Madrid, aunque si tuviese que hacerlo, iría también encantada. Pero es una ciudad que no para, rápida y muy ruidosa. Berlín tampoco para, pero el ritmo es otro, más sosegado y todo es más organizado, con lo cual se vive un poco más tranquilo aún estando en una gran ciudad.

– No podemos soslayar otros de los cds que más nos ha causado sensación últimamente y en el que usted y su batería y percusión ha tenido que ver y es el trabajo MBM con Baldo Martínez al contrabajo y Antonio Bravo a la guitarra ¿Es muy diferente este proyecto al Berliner? Y sobretodo, ¿Qué siente con ese trío tan ensamblado?

– L.M.: Son dos estilos diferentes. Azulcielo es más mío, MBM es de los tres a partes iguales. Azulcielo, como comentaba antes es ‘más compuesto’, más cerrado, camerístico, una música más sosegada. MBM, es otra cosa. La música es más libre, un poco más rockera, más baterística. Me siento también bien, en otros contextos.

– ¿Podría nombrarnos alguno de los trabajos gallegos que le conste su publicación y que debamos estar atentos desde Canarias?

– L.M.: Si te digo la verdad, estoy muy poco al tanto de lo que se hace en Galicia. Pero claro, siempre hay que estar pendiente de los trabajos de Abe Rábade, Xacobe Martínez que por las noticias que me llegan y los discos que escucho, no paran de producir buenos discos.

– ¿Conoce a algún jazzero canario? ¿Ha venido en algún tour por Canarias?

– L.M.: Una vez toqué en una jam Session con Mario, un contrabajista de las Palmas, y bueno, siempre me llega desde aquel día información sobre la Big band ¡Conozco los festivales y siempre estoy deseando que me llamen para tocar en ellos!

En Tour estuve, pero tocando con mi otra faceta de percusionista de Folk. Estuve tocando en Tenerife varias veces y en Las Palmas. Pero como batería y líder de grupo jamás ¡A lo mejor después de esta entrevista me llaman! ¡Os avisaré y os invitaré a una buena cena si eso acontece! Además tengo familia en Las Palmas ¿El mundo es muy pequeño, no?

– Háblenos sobre su futuro más próximo ¿Qué planes tiene? ¿Cree que la edición de estas características como Azulcielo debe de estar acompañada de una serie de conciertos que sirva como apoyo?

– L.M.: ¡Estoy embarcada en un montón de proyectos! Lo más inmediato es conseguir conciertos para Azulcielo, no cesaré en mi insistencia hasta conseguir presentar al quinteto en España. Lo considero fundamental. Entiendo el momento por el que estamos pasando, pero me daría mucha pena no poder organizar algo, cuando veo que en otros aspectos más comerciales y de dudosa calidad se reciben ayudas, apoyos y promociones. ¡Seguiremos luchando!

Ahora mismo estoy escribiendo para orquesta clásica y experimentando nuevas cosas. Sigo estudiando duro, considero que es una gran oportunidad para mí tener la posibilidad de seguir ampliando mi formación. Últimamente estoy bastante alrededor del cine, ya que estoy estudiando un Máster en la Universidad de Potsdam en Filmmusik. Así que estoy que no paro. Además estoy grabando bastante en otros proyectos como baterista y percusionista. Tocando con Sebastian Liedke y otros tantos proyectos. La libre improvisación también ocupa un gran espacio en mi día a día, así que también trabajo con un trío y un cuarteto de libre improvisación. Y tengo la idea de empezar a grabar una serie de dúos de música improvisada.

Lo próximo sería grabar con mi cuarteto portugués. Creo que ya es hora, así que estoy en ello, escribiendo temas. Y siempre dispuesta a nuevos proyectos que se me ofrezcan y sean interesantes. En principio me interesa dedicarle tiempo también a componer y al cine, son dos aspectos de mi vida, junto con tocar, que me llenan de satisfacciones y alegría.

– ¿En qué lugares se puede adquirir este disco? ¿Ha explorado vías modernas como Spotify?

– L.M.: El disco se puede comprar en cualquier gran almacén, en Amazon, internet o directamente pedirlo en mi web. También se puede encontrar en itunes y en Spotify. ¡Nuevas tecnologías, todas!

– Para finalizar nuestra entrevista le vamos a pedir, fiel a lo que sucede en esta serie de ‘Canción a quemarropa’, que nos mande un saludo a los lectores de la web de la ciencia, la tecnología y la cultura, www.creativacanaria.com y que recuerde algún dato que se le haya quedado en el tintero o que por su relevancia deba ser contado…

– L.M.: Con mucho gusto y una gran alegría mando un saludo muy grande a todos los lectores y lectoras de la web de la ciencia, la tecnología y la cultura, os doy las gracias por vuestro tiempo, y gracias a los que hacéis que la web sea posible, muchas felicidades ¡Salud!