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La Orquesta Filarmónica de Gran Canaria (OFGC) es otra de las formaciones fieles a la cita con el Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC). En esta edición lo va a hacer acompañada por dos de las más relevantes personalidades que ha dado a la música un país como Israel: el director Eliahu Inbal (Jerusalén, 1936) y el violinista Pinchas Zukerman (Tel Aviv, 1948). Juntos rendirán tributo al compositor alemán Max Bruch, de quien este año se cumple el primer centenario de su fallecimiento, interpretando una de sus obras más emblemáticas y populares: el ‘Concierto para violín, nº 1 en Sol menor’, con Zukerman como solista.

No será el único. La chelista Amanda Forsyth, habitual junto al violista Jethro Marks y el propio Zukerman de un prestigioso trío de cuerda, abrirá el programa con ‘Kol Nidrei’, también de Bruch. Y para la segunda parte del concierto, nada menos que la Cuarta de Bruckner.

Todo ello en el concierto que tendrá lugar este jueves 16 de enero en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, y el viernes 17 en el de Tenerife, a las 20.00 horas, y que cuenta con el patrocinio especial de Fundación Disa. Las entradas se encuentran disponibles en las plataformas habituales de los auditorios capitalinos y en sus taquillas, con precios que oscilan entre los 20 y 50 euros.

El concierto ha sido presentado por el viceconsejero de Cultura del Gobierno, Juan Márquez, en presencia del maestro Eliahu Inbal, quien destacó la evolución del Festival, en el que participó en sus inicios, por la calidad de orquestas y solistas que programa. Manifestó asimismo “estar muy a gusto en los ensayos con la Filarmónica de Gran Canaria”. El acto contó también con la participación del director del festival Jorge Perdigón y de la consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina.

Eliahu Inbal, una larga carrera de éxitos

El maestro Inbal fue uno de los directores participantes en la primera edición del FIMC, en 1985. Tenía entonces 49 años y regresa ahora con casi 84 y en plenitud, tras más de 60 sobre los podios, una carrera que ha estado jalonada de éxitos, reconocimientos y cargada de una enorme sensibilidad.

Alumno de Celedibache y Bernstein, de 1974 a 1990 fue director titular y forjador de la Orquesta de la Radio de Frankfurt (formación que también intervendrá en el festival), de la que en 1995 se convirtió en su director honorario. De 2001 a 2006 fue director musical de la Berliner Sinfonie-Orchester y desde septiembre de 2007, director musical principal del Gran Teatro de La Fenice en Venecia. En abril de 2008 fue nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica Metropolitana de Tokio, cargo que desarrolló hasta 2014 y también ocupó el podio de la Filarmónica Checa entre 2009 y 2012.

Se dice que su Mahler es de referencia y de su Bruckner suele destacarse lo que tiene de genuino, pues Inbal utiliza siempre las versiones originales. Lo cierto es que este maestro tiene el don de apoderarse de la música que dirige con una evidente sensación de humildad, de alguien que solo sube al podio para ponerse en manos de lo que dicte la música. Entonces todo suena equilibrado, magnificente, pleno de colores, matices y timbres.

“Cuando dirijo estoy en el cielo, en otra esfera; mis pies no tocan el suelo”, aseguraba en una reciente entrevista.

Pinchas Zukerman, una leyenda viva del violín

Por su parte, Pinchas Zukerman es una leyenda viva del violín y un intérprete icónico de la obra de Bruch. Con más de 50 años de carrera, continúa siendo uno de los músicos internacionales más demandados y versátiles. Es reconocido como un gran virtuoso, admirado por su lirismo expresivo, la belleza de su singular sonido y su impecable musicalidad, que puede recorrerse en una discografía que contiene más de un centenar de álbumes.

“La envidiable energía y el talento de Zuckerman pueden explicar por qué durante más de cinco décadas se ha mantenido como uno de los intérpretes más demandados de la escena musical», sostiene el director del FIMC, Jorge Perdigón.

Aunque el maestro ha visitado Canarias en otras ocasiones, es la primera vez que lo hace en el marco del Festival. Hace dos años, en la 34º edición, estaba programada su presencia para interpretar junto a la OFGC, dirigida por Karel Mark Chichon, el Concierto para violín y orquesta en re mayor Op. 61, de Beethoven, pero ante la imposibilidad de desplazarse a las Islas por motivos de salud fue sustituido por el ruso Sergei Krylov. En La Palma han podido disfrutar de su virtuosismo, tanto en el Ciclo de Música Jerónimo Saavedra Acevedo como también en el Festival Internacional de Música de la isla.

Más sobre el programa

El ‘Concierto para violín, nº 1 en Sol menor’ fue compuesto en 1866, casi exactamente en el punto medio de los conciertos de Mendelssohn y Tchaikovsky, y posteriormente revisado por el mejor violinista de la época, Joseph Joachim, quien estrenó esta versión en 1868, en Bremen, bajo la dirección de Karl Martin Rheinthaler. Antes de su estreno, un Bruch ilusionado mostró su concierto de violín a Johanes Brahms, un icono para los músicos. Y no sólo eso, sino que lo interpretó con gran entusiasmo. El viejo Brahms, que no era precisamente conocido por su diplomacia, se levantó al terminar la interpretación y, tomando con dos dedos una hoja de la partitura, preguntó: “¿Dónde ha conseguido este papel pautado para música? ¡Es de primera calidad!”.

Este concierto representa un punto cumbre en el repertorio de este instrumento y no le hacen ninguna sombra las otras dos grandes composiciones del Romanticismo, las de Brahms y Mendelssohn.

A pesar de eso, el nombre de este músico no figura con asiduidad en los programas de conciertos, pero el desquite de Bruch llegó por el cine. Siete años después de su muerte, cuando se estrenó ‘The jazz singer’, primera película sonora de la historia, él ya estaba allí con su ‘Kol Nidrei’, que abre el programa (en hebreo significa todos los votos, la oración que anuncia el día sagrado de Iom Kipur), una pieza de repertorio que tendrá como solista a Amanda Forsyth (Ciudad del Cabo, 1966), considerada una de las violonchelistas más dinámicas de Norteamérica. Esta intérprete ha logrado su reputación internacional como solista, músico de cámara y violonchelista principal de la orquesta del Centro Nacional de Artes de Canadá.

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