CPEHoy abrimos una ventana al trabajo del comunicador navarro Carlos Pérez Cruz que abre periódicamente, a su vez, la puerta de su Club de Jazz en la web www.elclubdejazz.com. Han sido 13 años de lucha fieles a la buena música. Trompetista y enamorado de la música, melómano, nada, episodio tras episodio, por las orillas y las profundas aguas del jazz. Lo que ofrecemos resulta una charla entre dos compañeros que se encuentran en webs, en esta red de redes. Carlos es un torrente que se implica cuando se le cuestiona sobre cualquier tema. Por ejemplo, se declara absolutamente crítico cuando le preguntamos sobre el trato, o maltrato, que recibe el jazz en cualquier medio de comunicación, privado o público.

Pérez Cruz, emite a través de una web pero tampoco ha cerrado por completo una opción como la FM tradicional. El programa se puede escuchar en la Radio de la Universidad de Cuernavaca (México) y en ciertos especiales de Radio Vitoria. Vamos a subir un poco el volumen de nuestro reproductor, a indicación de nuestro invitado suena la canción ‘A luftmentsch’ del disco ‘Out of sight’, del grupo polaco Kroke. Carlos Pérez Cruz, siéntalo como suyo, feliz cumpleaños.

– Carlos Pérez Cruz, ¿Qué fue primero el músico o el difusor de ideas en torno al jazz? ¿Además de la trompeta domina algún que otro instrumento?

– Carlos Pérez Cruz: ¡Bastante tengo con tratar de domar a la trompeta! Admiro a quienes son capaces de manejarse con soltura en varios; no es mi caso. Sigo luchando cada día por encontrar esos momentos de feliz dominio del instrumento, aunque normalmente decide él.

Primero fue la trompeta; después vino la divulgación, aunque el gusanillo del periodismo estuvo siempre ahí. Mi padre es periodista pero, más allá de eso (o quizá precisamente por eso), el periodismo ha sido una pasión que disfrutaba imaginándola de niño y ejercitándola de adulto.

– Como trompetista ¿Ha participado en algún disco en concreto? ¿Cómo fueron las clases con músicos como Chris Kase?

– C.P.C.: Sí, he tocado en alguna grabación pero nada jazzístico. Con Chris Kase estuve recibiendo unas cuantas clases particulares hace ya un montón de años, cosas que haces con determinada edad y en tiempo de formación: autobús a Madrid, casi cinco horas de viaje, cambio de estación, autobús hacia el pueblo donde vive, clase de una hora y media vuelta. Chris es un trompetista estupendo con un hermoso sonido y una sensibilidad como compositor y arreglista extremadamente sutil y preciosa. Recuerdo que incidía mucho en cuestiones armónicas. Antes me formé en improvisación en una pequeña escuela que había en Donosti, Jazzle, previa a la creación de Musikene (Centro Superior de Música del País Vasco) y al apogeo de los conservatorios con formación superior de jazz. Tuve un profesor de trompeta muy particular, Jacky Berecoechea. De vez en cuando se iba por África a tomar fotografías y nos quedábamos un tiempo sin clases. Incidía en cuestiones de estilo con las que, vistas con perspectiva, no estoy de acuerdo.

«A nivel estatal sólo se puede escuchar a ‘Cifu’ en Radio Nacional, por lo que el déficit es evidente desde varios puntos de vista»

– ¿Cómo surge ‘Club de jazz’? ¿Qué es lo que le lleva a escribir y a hablar sobre el jazz?

– C.P.C.: ‘Club de Jazz’ empezó a emitirse en 2001 en la radio de la Universidad de Navarra. Lo propuse por mediación de quien era director del conservatorio en el que yo me estaba formando, Fernando Sesma, que a su vez hacía un programa de música clásica en la emisora. Allí estuve cuatro años. Después de que lo censuraran seguí por mis propios medios a través de internet.

No sabría qué responder a la segunda pregunta. Seguramente fue la confluencia entre mi vocación periodística y mis afinidades musicales la que me llevó a concentrarme en el jazz. Es verdad que mi primera idea era haber hecho un programa más próximo al ‘Diálogos 3’ que dirigía Ramón Trecet en Radio Nacional -una de mis adicciones radiofónicas más incondicionales-, pero en la emisora ya existía un programa que ellos consideraban que cubría ese espectro musical, por lo que me concentré en el jazz ¡Y menos mal! Porque yo no iba a cobrar un euro y les había propuesto hacer programa de lunes a viernes, con dos días en exclusiva para el jazz. Acordamos tres programas semanales del ‘Club’.

– ¿Cree que hay déficit de jazz en los medios de comunicación convencionales? ¿Cuánto daríamos por un espacio en televisión que se dedique al jazz? ¿No hay suficientes canales para una hora musical en condiciones?

– C.P.C.: A nivel estatal sólo se puede escuchar a ‘Cifu’ en Radio Nacional, por lo que el déficit es evidente desde varios puntos de vista. El de la radio privada, porque el jazz no existe (y cuando asoma, resulta embarazoso); el de la pública, porque resulta doloroso y sorprendente que no exista ni un solo espacio dedicado al jazz y músicas improvisadas de hoy. Simple y llanamente, Radio Nacional hace dejación de sus funciones. No le encuentro explicación. ¿Desidia? ¿Desinterés de sus responsables? Que en diferentes programas suene puntualmente jazz no compensa que no exista un programa con el que uno pueda estar al día de la multiplicidad de propuestas, de la riqueza tan variopinta del jazz y las músicas improvisadas: saber quién graba qué, qué se toca, por qué se hace la música que se hace, qué la fundamenta… Simplemente no encontrará un programa donde poder hacerlo. Eso es responsabilidad de un servicio público, que es el que debe compensar lo que los demás, regidos por leyes de puro mercado, ignoran. La única posibilidad que nos ofrece RNE son las lecciones de historia de ‘Cifu’.

Sobre cuánto daríamos por un espacio de televisión dedicado al jazz… ¡Ya damos con nuestros impuestos! También te digo que me parece mucho más importante tener una buena oferta radiofónica que televisiva sobre jazz. La radio invoca la escucha mucho más que la televisión.

– ¿Qué le sugiere como comunicador musical el nombre de Juan Claudio Cifuentes ‘Cifu’? ¿Tiene algún comunicador favorito?

– C.P.C.: Me sugiere referencia, me sugiere divulgación, me sugiere historia, me sugiere la impagable condición de tipo querido y admirado por muchos de quienes en este país se han aficionado al jazz. Seguramente es el único que en este país ha logrado ser, hasta cierto punto, conocido fuera del circuito. Sin duda la televisión tiene mucho que ver. Me sugiere también la memoria de una forma de vivir la música, de descubrir discos, de escuchar conciertos que, para lo bueno y para lo malo, casi ha desaparecido.

Sobre comunicadores, no soy un gran mitómano ni tengo referencias ligadas en concreto al jazz. Creo que hay una influencia directa de mi padre en mi forma de preparar y plantear las entrevistas (en mi opinión, un verdadero arte que requiere mucha preparación, recursos y práctica) y he disfrutado y disfruto, por unas u otras razones, de tipos como Ramón Trecet, Carlos Llamas, Iñaki Gabilondo, Lara López o Javier Gallego.

– Nómbrenos cinco de sus músicos históricos favoritos:

– C.P.C.: ¿Qué significa históricos? ¿Qué hayan muerto? ¿Qué tengan más de 80 años? Ningún personaje histórico tan importante como Dios, ¿no? Me quedo por lo tanto con él, con su encarnación suprema en forma de Coltrane, cuyos valores creativos y expresivos me tocan la patata.

– ¿Qué destacaría de lo que ha escuchado últimamente que le haya llamado la atención especialmente? ¿Qué nos recomienda?

– C.P.C.: Difícil, muchos sonidos en la cabeza. Tengo muy reciente el disco «Life carries me this way» de la pianista Myra Melford. Ha hecho un trabajo extraordinario inspirada por los cuadros de un artista amigo suyo, Don Reich, que falleció hace poco tiempo. Eso sí, la última vez en que se me han puesto los pelos como escarpias ha sido con la saxofonista Matana Roberts y su ambicioso proyecto ‘Coin Coin’, con el que promete llegar creo que hasta los doce volúmenes; lleva publicados dos. Resulta difícil salir del primero de ellos, te deja sin aire su fuerza expresiva y emocional. Y para darte ya una trilogía femenina, me quedo con algo que nada tiene que ver con el jazz pero sí con una fuerte personalidad artística y creativa. No se pierdan a Soledad Vélez.

– Deje que le ponga en aprieto ¿Prefiere al Chick Corea en su formato acústico o eléctrico?

– C.P.C.: No hay tal aprieto. No es un músico que me haya vuelto loco nunca, al menos hasta la fecha. Ahora, si he de elegir entre uno u otro formato, me quedo con el acústico.

– ¿Cuál ha sido el último gran concierto que ha disfrutado?

– C.P.C.: Disfruté hace poco más de un mes en Huesca con el ¡ZAS! Trío, que forman Baldo Martínez, Marcelo Peralta y Carlos González, ‘Sir Charles’. Lamentablemente mi ciudad, Pamplona, no es muy excitante en cuanto a la diversidad de sus propuestas musicales.

– Si se encontrase con alguien que no haya escuchado jazz jamás ¿Por qué disco le recomendaría empezar? ¿Es interesante comenzar desde el punto de vista histórico o a lo mejor con repertorio fusionero?

– C.P.C.: Si me encontrara con alguien que nunca haya escuchado jazz le diría que no se preocupe, que hay omisiones peores en la vida y que, además, se ahorra por ello una adicción. Si después de eso insiste, quizá le preguntaría qué ha escuchado en su vida, qué músicas, qué músicos le atraen especialmente. Quizá a partir de sus respuestas pueda llegar a asociar alguna sugerencia a partir de mi propio bagaje como oyente.

No creo que nadie que empiece a escuchar pop o rock lo haga por descubrir a Bill Haley. Seguramente lo hace a partir de lo que escucha en la radio, de los «éxitos» del momento, de la recomendación de un amigo, por pura inducción ambiental, por casualidad (aunque ésta nunca es puramente tal), etcétera.

La frase que más me han repetido con el tiempo es «yo no entiendo de jazz». ¿Acaso entiendes de pop? ¿De rock? ¿Entiendes Mozart? Salvo quien tenga conocimientos teóricos de música, nadie puede decir que entiende de tal o cual música. La podrá disfrutar, la podrá sentir más o menos afín pero, salvo algunos rudimentos técnicos que pueda llegar a percibir o reconocer, no podrá decir que entiende de música. Señoras y señores, el disfrute del jazz (que no es nada en sí mismo) no requiere de una carrera universitaria. Si a mí me hubieran invitado a entrar en el jazz a través de algún ejercicio «fusionero» quizá hoy ya no estaría sobre este mundo y, sin embargo, otros han llegado a profundizar en el jazz a partir de ahí. No, no hay una vía exclusiva de entrada. Cuando escucho algunas recomendaciones concretas y habituales como respuesta a este tipo de preguntas pienso: pobre, lo que se va a aburrir. En fin, señoras y señores, el jazz no es nada más (y nada menos) que música.

– ¿Conoce algo del jazz canario? ¿Quizás algún artista que haya actuado mucho por la península? ¿Se atreve a recomendar a alguno de ‘nuestros’ músicos?

– C.P.C.: No, no me atrevo porque es probable que crea que alguien es canario y resulte que sea de las Islas Caimán. Bromas aparte, tengo una memoria terrible y no suelo fijarme la región de origen de los músicos. Así que permíteme que le dé la vuelta a la pregunta y la devuelva transformada. ¿Cuántos músicos canarios pueden formarse y tener una vida profesional de actuaciones viviendo en Canarias? ¿Cuántos canarios se han visto forzados a emigrar para buscarse la vida de forma profesional porque en las islas no hayan podido tenerla? Que nadie se enfade conmigo. Yo vivo en una isla desierta.

– ¿En qué medios se puede disfrutar ahora mismo de ‘Club de Jazz’?

– C.P.C.: Gracias por lo de «disfrutar». El epicentro es la web del programa. Es un orgullo y una satisfacción llevar desde 2004 en la parrilla de la radio de la Universidad de Cuernavaca (México), donde se emite una versión reducida cada semana. Además, en Radio Vitoria (de la radiotelevisión pública vasca) se emite una edición especial los festivos del año. En definitiva, si alguien tiene interés, nos encontrará en nuestra web y podcast. Después están los que de pronto descubres que emiten tu programa en no sé qué emisora de no sé muy bien qué rincón del mundo sin ni siquiera haberte pedido permiso. Por qué pedirlo si con un clic puedes descargar el trabajo ajeno, ¿verdad?

– ¿Cómo ha vivido el Premio Goya a Pat Metheny? ¿Es merecido?

– C.P.C.: ¿Le han dado un Goya al bueno de Pat? No sabía. ¿Vino a recogerlo?¿Merecido? Hombre, primero tendría que escuchar el resto de bandas sonoras nominadas y cómo están utilizadas en sus respectivas películas. Al fin y al cabo la virtud de una banda sonora está en su funcionalidad por encima de en sus virtudes extra-cinematográficas. Como desconozco los nominados diré que en la película de David Trueba, por la que imagino que ha sido nominado, aporta sencillez ambiental a una película ya de por sí sencilla y entrañable. Si mal no recuerdo firmaba junto a Charlie Haden, que era el músico que pretendía Trueba pero que, por su estado de salud, delegó en Metheny la mayor parte del trabajo.

– Siempre que se cumplen años se suele hacer un resumen de lo hecho y mirar hacia el futuro. Con ese propósito ¿Qué le falta hacer a Club de Jazz?

– C.P.C.: Creo que es el primer año en que he hecho seriamente una mirada retrospectiva con tal motivo, más con vocación de contextualizar el presente que de mirar a lo hecho para regocijo nostálgico. Al respecto escribí un artículo en mi web que quizá algunos han entendido como lamento pero que, en realidad, pretende algo bien distinto: poner sobre la mesa una situación profesional que es la mía pero también la de otros muchos periodistas y, por extensión, la de muchos jazzistas. Sólo desde la exposición de las cosas se puede discutir sobre ellas, sobre las consecuencias de que estén dispuestas de esa determinada manera. Dicho lo cual, no sé si a ‘Club de Jazz’ le falta hacer algo en concreto. Creo que, dados los condicionantes, se ha hecho más de lo que creo que incluso es razonable esperar. Creo que no es al programa al que le faltan cosas por hacer sino condiciones para seguir haciéndolas.

– En la otra cara de la moneda, ¿Qué le parece que ha sido lo más destacable de lo realizado? ¿Alguna entrevista de excepción?

– C.P.C.: Lo más destacable es haber sido constantes en el empeño, fieles a nuestra cita semanal sin que nadie nos lo exigiera o pidiera. El programa sale adelante cada miércoles llueva o haga sol, tenga o no ganas, se anuncie el apocalipsis o la llegada del Mesías. Entrevistas excepcionales ha habido muchas porque muchos de quienes han participado me parecen seres humanos excepcionales. No quiero destacar ninguna porque de todas he aprendido. Sólo insisto en que la entrevista es un arte que requiere mucho trabajo, preparación y recursos, que entrevistar no es preguntar por el título de un disco (o no sólo eso), que hay que dar tiempo y espacio para entender y para que un músico pueda expresarse y nosotros aprender de y con él. Hablar con un músico por el hecho de que lo sea o porque saque un disco y sea lo que toca, no me interesa. Quiero salir de la conversación pensando que sé algo más, como quiero salir de un concierto pensando que no hay otra música en el mundo que la que acabo de escuchar.

– El nombre ‘Club de jazz’ ¿Cómo surgió? ¿Se vive mejor el jazz en un club que en un teatro u otro aforo?

– C.P.C.: No lo recuerdo, la verdad. Supongo que manejé varios nombres y que ganó este. Lo curioso es que cuando empezó a emitirse en la radio universitaria, grabaron la sintonía y las transiciones como «El Club del Jazz». Me costó creo que un par de años que quitaran ese «del». Por otro lado, por cuestión de dominios de internet, muchos lo conocen como «El Club de Jazz» pero en realidad es «Club de Jazz».

Como no hay club de jazz en mi ciudad ni soy demasiado dado al bullicio ni a la nocturnidad, prefiero una pequeña sala de cámara, oscura y en silencio. Detesto esa asociación que se ha hecho entre jazz y bullicio. Silencio, se toca.

– ¿Le suena un desconocido disco llamado ‘Kind of blue’? Suponemos que lo haya escuchado ¿Se acuerda cómo fue?

– C.P.C.: Me suena, sé que es de esos que dicen que tienes que escuchar si nunca has escuchado jazz, también sé que entonces pienso que hay altas probabilidades de que quien lo haga no vuelva y también que probablemente yo esté equivocado y que se dé el milagro de que despierte su curiosidad. No, no recuerdo cómo fue la primera vez.

– Dedíquenos una canción para amenizar esta entrevista… sálgase del guión clásico, si quiere.

A mí me cuesta mucho leer y a la vez tener puesta música. Si alguien tiene esa habilidad y quiere probar… ‘A luftmentsch’ del disco ‘Out of sight’, de Kroke, y ‘South Mountain’ del disco ‘Run with wolves’, de Soledad Vélez.

– Como amante del jazz, ¿Qué opina del free jazz y su falta de forma? ¿Considera que todo es jazz? ¿Si hace falta definirlo es que no lo conocemos, que diría el clásico?

– C.P.C.: ¿Falta de forma? ¿Te refieres a una estructura predefinida? Bueno, tampoco necesariamente; puede haberla de antemano. No tengo opinión sobre el free jazz como no la tengo sobre el be bop. Como mucho, puedo tener una ligera idea de qué me puedo encontrar si alguien se acoge voluntariamente a determinado cajón. La puedo tener sobre propuestas concretas de músicos y discos concretos. Sólo diré que bajo esa etiqueta –porque no es otra cosa que eso, una etiqueta, una clasificación política incluso- he disfrutado mucho, muchísimo, al igual que me he aburrido mucho, muchísimo. Insisto, proyectos concretos, músicos concretos, momentos, instantes…

¿Todo es jazz? ¿Definirlo? No nos volvamos locos. Al único que posiblemente le da igual definir qué es o no el jazz es a quien lo disfruta.

– En todo este tiempo ¿Ha habido algún disco que le haya verdaderamente sacado de quicio? ¿Es usted de escuchar dos o tres veces un disco o desiste con más facilidad?

– C.P.C.: Sí, claro, hay discos que te sacan de quicio. Incluso discos que te sacan de quicio en un momento y al siguiente te suenan a música celestial.

Si tengo que escuchar para escribir una reseña de encargo, repito y repito y repito y repito y vuelvo a repetir y me lo pongo y me lo vuelvo a poner. Fuera de la obligación, soy obsesivo si algo me fascina. Eso sí, lamentablemente quien se dedica en cuerpo y alma a la difusión de la música corre el riesgo de perder esa posibilidad obsesiva de disfrute.

– Cuando no escucha jazz, usted escucha… (complete según proceda)

– C.P.C.: El silencio, la vida, ruido, a mis vecinos, a mi gata pidiendo insistentemente comida, la radio, mi voz en los auriculares, el tráfico…

– Un abrazo desde las Islas Canarias, le deseamos feliz decimotercer cumpleaños ¿Algo que añadir? ¿Le manda un saludo a los lectores de Canarias y de creativacanaria.com?

– C.P.C.: Sean curiosos, vayan más allá de lo evidente, pregunten, pregúntense, lean, viajen, pongan en duda sus certezas y las ajenas, lean entre líneas… Y, por favor, envíenme un poco de sol y calor desde las islas. Sí, ya sé que son tópicos, pero precisamente aquí escasean esos. Ah, y son siempre bienvenidos a mi club. Gracias Héctor por el interés en mi trabajo.

Visita «Canción a Quemaropa»